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-Aquel alfa
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El sonido de mi irritante alarma comenzo a sonar, introduciendose en mi oido y llegando a golpear directamente en mi timpano, perturbando mi bello sueño.
Un bufido de molestia escapo de mi boca y mi mano se movio inconscientemente, dandole un fuerte golpe a ese estupido reloj. Al dejar de oir ese sonido tan molesto, mi cuerpo volvio a relajarse, creyendo que tendria unos minutos mas de paz para dormir.
- ¡Cariño, a levantarse o llegaras tarde a la escuela! - Se hizo escuchar la voz de mamá y sus golpes en mi puerta.
Un gruñido salio de mi boca, completamente voluntario. En verdad odiaba asistir a clases, recibir las miradas duras de todos cuando caminaba por los pasillos... Era un asco.
- ¿Piti? - La puerta de madera se abrio, asomandose la cabeza rubia de mamá. - Asi que te hacias la tonta.
Una pequeña sonrisa se formo en mi boca al ver la pose de indignacion que mamá estaba haciendo. Me sente mejor sobre mi cama y la observe, encogiendome de hombros.
- Solo estaba despertandome, ma. - Hice un puchero, sabiendo que ella era debil ante mis pucheros y ojitos de cachorro.
- Ujum. - Rodo los ojos y camino hasta las ventanas de mi cuarto, abriendo las cortinas de par en par y haciendo que la luz de fuera entrara.
Me lance hacia el suelo al recibir el golpe sofocante de la luz solar, pude oir la risa de mamá.
- Apresurate, Rebecca. - Fue lo unico que dijo y salio del cuarto, dejandome alli tirada al lado de mi cama.
Bufe y tome aire, levantandome de un salto. Acaricie mi trasero, el cual habia sufrido el golpe de mi caida. Lo siguiente que hice fue prepararme para el dia duro que se me venia por delante; Cepille mi pelo, lave mis dientes y me vesti con mi uniforme, no sin antes inspeccionarme en el espejo.
