2.BRIGHT

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_Qué pesado está mi padre. Sinceramente, no sé si ha sido buena idea ponerme a trabajar en el bufete familiar. Mi padre me controla cada paso que doy, y mi abuelo se comporta más como el típico abuelo entrañable y orgulloso que como el dueño de uno de los bufetes de abogados más importantes de la cuidad.

-Bright, a mi despacho -me llama por tercera vez en lo que va de mañana.

Pongo los ojos en blanco consciente de que lo hago porque no lo tengo delante. Me levanto de mi silla y me arreglo el traje chaqueta negro antes de dirigirme al final del pasillo, donde se encuentra el despacho de mi jefe bueno de mi abuelo.

Llamo con los nudillos un par de veces a la robusta puerta de madera maciza.

-¿Se puede? -pregunto.

-Pasa, Bright -dice levantando la vista de los informes que tiene en la mano-. Siéntate.

Tomo asiento en uno de los sillones de cuero blanco que hay delante de su majestuosa mesa de roble.

-Tú dirás...

-Estoy realmente impresionado por el trabajo que has hecho estás últimas semanas -dice, y puedo ver el orgullo en sus ojos.

-Gracias, abuelo.

-El consejo de administración está de acuerdo conmigo en que ha llegado el momento de empezar a darte casos en solitario.

Temo que el pecho va a explotarme de la emoción que siento. Después de tantos años de carrera y de algún que otro máster ha llegado el momento que tanto he soñado.

-¿De verdad? ¿Lo dices en serio, abuelo? -pregunto rodeando la mesa para darle un abrazo.

-Pues claro que hablo en serio... Vas a ser una gran abogado, lo llevas en la sangre -dice lleno de orgullo.

-No sé qué decirte... Estoy tan contento.

-Solo dime que no me vas a defraudar... Con eso es suficiente.

Lo miro y veo como sus ojos brillan llenos de emoción.

-Eso no pasará jamás, te lo prometo.

Cuando acaba la jornada laboral decido llamar a First, él es mi mejor amigo y quiero darle la noticia. Ya no voy a ser ayudante, ahora voy a llevar los casos yo solo.

Quedamos en El Temple, una cervecería cercana al barrio, donde ambos vivimos con nuestros padres.

-¡Qué orgulloso estoy de ti! -me abraza-. ¡Vas a ser él mejor del bufete!

-¡Eso es mucho decir estando mi padre y mi abuelo! -río divertido.

Después de beber un par de cervezas, nos despedimos con la promesa de vernos el fin de semana para poder celebrarlo como toca. First está en el último curso de Ingeniería de caminos y también está deseando de trabajar en la empresa de su padre.

Cuando llego a casa, veo a mis padres viendo la televisión en el salón.

-Cariño... -dice mi madre mientras se levanta para darme un beso-. Me lo acaba de contar tu padre, enhorabuena.

-Gracias, mamá.

-Ya verás como vas a hacerlo genial.

Le dedico una amplia sonrisa mientras asiento con la cabeza.

-Voy a ducharme -digo.

-Jenny ha dejado la cena preparada antes de irse, no tardes -dice sentándose de nuevo al lado de mi padre, que no ha quitado el ojo de la película policíaca que están viendo.

Me dirijo a mi habitación y preparo mi pijama

Voy a la ducha y dejo que el agua caliente y el atrayente olor a vainilla del gel de baño me relaje.

Una vez duchada y con el pijama puesto, salgo de nuevo al salón.

En la cena sigo siendo el centro de atención. Los tres estamos emocionados y expectantes por el que vaya a ser mi primer caso.

Mentiría si dijera que no estoy nervioso ante el reto... Solo tengo veinticinco años, pero soy consciente de mi potencial.

Mi madre recuerda con nostalgia su primer caso. Ella también es abogada, sin embargo, lo dejó todo en cuanto me tuvo a mí.

Muerto de sueño y de cansancio, decido ir a leer un rato a la cama. Apenas comienzo el tercer capítulo del libro que he comenzado a leer caigo en los brazos de Morfeo.

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