Ansiedad...
Lo único que siento es ansiedad, muchos dirán "¿estas nervioso?" y si ese fuera el caso yo me reiría, pues a diferencia de los nervios no es solo un sentimiento del momento por algo que ha pasado, no, la ansiedad va más allá de ello, es un sentimiento que te exige su atención hacia algo inesperado, algo que sabes que nunca deseaste y que no sabrás como afrontar, aunque al final sabes bien que tarde o temprano llegara...
"Padre nuestro, que estas en los cielos..." rece, rece una y otra vez aquella simple oración en mi interior mientras daba inseguros pasos hacia el interior del circo, sabía bien que no me serviría de nada pues hace mucho que había perdido la fe en algo, siquiera en ser realmente libre en mi mente...
Continue con las plegarias, mi corazón estaba al mil por hora aun con la esperanza de no ser notado, pero creo que dentro de mí sé que será inevitable ser detectado y nuevamente usado, desechado, roto y finalmente obligado a seguir con esta mentira. Tomé una bocarada de aire tratando de no sudar "el cuerpo es tan extraño" pensé al darme cuenta de que estaba tan frio como un glaciar y aun así sudaba a mas no poder, mis palmas de las manos goteaban sudor mientras mis ojos se llenaban de lagrimas aun cuando nadie me había tocado.
- Destiny? Destiny, ¡Destiny!
Alguien gritaba mi nombre, aunque para mí solo se trataba de un eco alejado de mi ser, hasta que finalmente una mano logro sacarme de mi trance, mire a la mano verde que me sostenía, subí la mirada y me tope con el vendedor del circo, el me ofreció una cálida sonrisa mientras con una de sus 4 manos me ofrecía tanto una manzana acaramelada como un bote de palomitas.
- ¡Anímate! No me gusta que mi rayito de sol tenga esa cara
Su voz era cálida, reconfortante, aunque con un toque de miedo, parecía que sabía lo que venía para mí.
- El señor te está buscando...así que pensé que...querrías comer algo
- Gracias, eres todo un amor how- digo...ciempiés
"imbécil" eso es lo que soy, un idiota que no sabe cuando cerrar la maldita boca y se da cuenta de su idiotez al borde del desastre. Pude notar como el hombre se encogía, parecía darse cuenta de mi casi error y de igual modo eso lo había asustado un poco, pero sin dejar de ser amable – tranquilo, todos cometemos errores – respondió en un intento de tranquilizarme.
- Je...todos menos el señor Darling
- El no es tan perfecto como crees
- Que no te escuche decir eso...aunque siendo honesto ya ni se si te pondrá o te quitara otro brazo
- Dios mío respira, nadie cortara extremidades hoy, estoy harto de procesar carne para las salchichas
- Y justo por eso no como carne de este lugar
- Es lo mejor, por alguna razón a la gente le encanta el sabor del intestino grueso
- Vaya gustos y pensar que sigues vivo por tus manzanas
- El se ve como un monstruo
- Es un monstro
- Uno con sentimientos, uno necesitado de algo y a veces creo que ese algo...eres tu
Por mas que odie la idea él tiene razón, el necesita de mi tanto como yo de él, pero no del modo que el imagina, no de un modo dulce o sano, más bien de un modo retorcido y vomitivo.
- Debo irme...
- Lo sé, suerte
- ¿Suerte? Lo que necesito es un milagro
Dije antes de alejarme de él, para así caminar a la pequeña carrosa en el fondo del sucio circo, podía escuchar mis jadeos interrumpiendo cualquier sonido del exterior mientras mi cuerpo pedía a gritos salir corriendo y huir de aquel lugar. Finalmente llegue a la puerta , coloque mis manos en la cerradura y justo antes de abrirla dude , dude de seguir adelante , retrocedí unos pasos , es curioso como las situaciones llenas de tensión hacen que uno note los pequeños detalles , desde el sarro en los tubos de cobre hasta los restos pegajosos que algún niño a dejado caer por accidente , el olor del sudor y palomitas inundaban todo , es curioso que no lo había notado antes...pero algo era claro para mí , por más alegría y emoción que hubiese en aquellos gritos del publico era incapaz de discernir si era euforia o dolor lo que había en mis oídos.
- ¿A que le tienes tanto miedo? Creí que disfrutabas venir a mi oficina
Susurro aquella voz que me dejaba sin habla, aquella voz que amaba aprovecharse de lo roto que estaba, el señor Darling apareció detrás mío mientras me abría la puerta igual que un caballero mientras me daba la sonrisa mas pura y adictiva que uno pudiese ver, no necesitaba decir mucho para saber que quería que hiciera, por lo que aun temblando de miedo y con lagrimas al borde de mis ojos abri poco a poco la puerta, sabiendo el tormento que me esperaría.
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Welcome to Circus
HorrorUn circo a mitad del bosque lleno de secretos que helarian la sangre de cualquier espectador , una historia devastadora detrás de camerinos del aclamado circo en el bosque narrada por uno de los tantos artistas atrapado en este funebre lugar...No to...