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Nuevamente se encontraba en el hospital, el olor de este ya se había adueñado de sus fosas nasales; cada vez que entraba se sentía mareado y con ganas de irse, ¿cuál era el punto de seguir checándose si la única respuesta que tenían es que cada día estaba más cerca de su muerte?
No le había contado a absolutamente nadie, no tenía las fuerzas ni la voluntad de contar por lo que estaba pasando, prefería llevar esto en silencio a qué los demás sufrieran por su culpa.
No quería despedirse, ni llorar, ni mencionar ni una sola palabra acerca de su enfermedad... Pero sabía que en algún momento tendría que hacerlo, dolería más saber que los estuvo engañando todo este tiempo. Sus miedos en algún momento se harían realidad y prefería estar preparado mentalmente para aquello.

¡Pasado el fin de semana volvió a reencontrarse con sus amigos! Estaba emocionado de poder verlos una vez más y tan felices, en especial a su estrella... Tsukasa siempre fue de esas personas que se preocupaban tanto al punto de enfermarse él mismo por estar tan pendiente del bienestar ajeno. ¡Ush, él nunca entendía! Rui siempre le repetía que siempre debía pensar en él primero, que antes de hacer alguna acción primero pensará en cómo le afectaría a él en algún futuro, ¿lo chistoso? Nunca le hacía caso. Corrió hacia él con la fuerza de un rayo y con mucha felicidad lo abrazó como si fuera la última vez que lo viera. Y es que él tenía miedo de que fuera así. Junto a su grupo tomaron algo en una cafetería de por ahí cerca, se pusieron al tanto de las cosas que sucedieron durante aquellos últimos dos días, entre todas y risas Rui aún tenía presente que debía hablarles sobre lo que le sucedió realmente, debía dejar las mentiras a un lado y darle paso a una dolorosa verdad.

Se despidieron con la misma alegría con la que se volvieron a encontrar, Nene y emu por una parte, Tsukasa y Rui por otra. Decidieron entre ambos ir a la casa del segundo mencionado, porque por más que quisiera ocultarlo estaba verdaderamente fatigado.

Estás muy rojo.. ¿seguro que estás bien, Ruru? - El tono de Tsukasa siempre había salido tan dulce... Que incluso cuando se preocupaba sonaba aún más lindo.

Claroo, estoy así de rojo únicamente porque una estrella como tú me hace entrar en calor. - Lo único que pudo lograr con aquello fue un leve sonrojo en la cara del contrario.

Eres un idiota. - Tsukasa agarró uno de los almohadones del sofá y se lo tiró a Rui.

¡Y amas a este idiotaa! - Tomó a aquel chico por sorpresa, rodeando su cintura con sus brazos y unió sus bocas en un lindo beso. Como toda una pareja linda y empalagosa quedaron uno arriba de otro recostados en el sofá, Rui repartía miles de besos por la cara de Tsukasa y este solo se limitaba a sonreír.

Rui... Quiero casarme contigo ,- Dió un tierno beso en la sonrisa que había puesto su querida luna. - Quiero toda mi vida contigo, a tu lado, dónde ni la muerte pueda separarnos.

¿De verdad, cariño? - ¿Cómo podría romper las ilusiones de su querido sol? ¿Cómo le explicaría él que no podría otorgarle esa linda experiencia?

¡, quiero que sea así! Quiero.. quiero que tengamos una linda casa. - Había comenzado a sentir un nudo en su garganta, un revoltijo en su estómago. - ¡Una linda casa de dos pisos! Siempre he querido una..

Pues yo la construiré, y tendrá un lindo balcón para que podamos ver todas las estrellas. - No podía dejar de sacar mentiras.

Concédeme un último deseo. ♡ || Ruikasa angstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora