Limerencia. [Cancelada]

S e i s

No asumí las consecuencias en aquel entonces.

No asumí que él me gustaba. Que estaba enamorada de él.

Aunque por su parte no fuera así.

Empecé a darme cuenta cuando apareció en mis sueños, y no en uno, ni en dos; en todos mis sueños. Algo como una simple charla, en donde hablábamos normalmente y el hechaba su cabeza hacia atrás riendo como niño pequeño.

Aún siendo consciente de que en la realidad eso jamás pasaría.

Nunca podría hablarle sin dejar de tartamudear, de ponerme roja, y mucho menos sin temblar, y es que eso me producía, me producía ponerme en alerta, a veces un poco triste, a veces un poco feliz, a veces un poco vuelta mierda. Y para él parecía ser solo otra persona más.

Cuando me veía en persona era como si no existiera. Como si yo no estuviera ahí.

Pero aún así me gustaba.

Me gustaba demasiado.

En el punto de que llegue a preguntarme,

¿Que tanto puede gustarte una persona? Y, ¿cuales son las posibilidades de que le gustes a él también?

En mi caso,

él nunca, jamás, nunca, se fijaría en mi, y por más que trataba de asimilarlo,

dolía.

Él dolía.