ÚNICO

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Su padre había muerto hace un mes, fue un duro golpe para la familia ya que todo había sido repentino. Ni su madre ni él habían visto señales de la depresión que debía tener. Un día como cualquier otro recibió una llamada, recordaba como tuvo que sentarse mientras escuchaba las dolidas palabras de su madre. Ella lo encontró y el resto es historia. 

Ahora se encontraba en la cocina de su casa tomando un café helado, su madre taladrándole la cabeza con la misma conversación.

—La señora Hye me ha dado la dirección de un chamán.—Era exasperante como su madre podía cambiar al tema que le apetecía.

—Ya hemos hablado de eso y conoces lo que pienso.—Estaba cansado de que no cesara el intento.

—Yoongi, por favor,—ella agarró su mano con una mirada triste—necesito hablar con él.

—No sé si sabes que papá está muerto.—No le gustaba ser tan duro con ella pero se le había metido en la cabeza aquella fantasía de los videntes y brujas que hablaban con el más allá. Sólo querían sacarle dinero a su pobre madre.

—Escucha, la señora Hye es de confianza y ella me ha contado como el chamán le ha dicho cosas que nadie sabía. Además evitó que su hijo se arruinara con aquella inversión.

El chamán le había dicho a la mujer que acabaría sin un won, cosa no difícil de deducir pues pretendía hacerse rico vendiendo productos de una estafa piramidal.

Suspiró cansado, llevaban con lo mismo días.—Haz lo que quieras. Eres un adulta, no puedo impedirte que vayas a ver a ese supuesto brujo.

—Quiero que vengas conmigo, si consigue contactar con tu padre podrías despedirte de él.

Su grandioso padre, llevaban sin hablar tres años desde que le contó su orientación sexual. Había tardado años en armarse de valor y su temor se hizo realidad cuando lo repudió. Parecía digno de una película dramática, su madre mantuvo el contacto en secreto.

—¿Para qué quiero hablar con él?.—Replicó mordazmente.

—Te lo pido, hazlo por mi, por favor.

Así sucumbió al chantaje emocional de su madre. Días después concertó cita con el chamán que vivía bastante lejos de la civilización.

Desviaba su vista hacía la ruta que su móvil había trazado.—¿Dónde vive este hombre?.—Preguntaba en queja.—Espero que no sea un psicópata, la policía tardará horas en llegar.

—¡Yoongi!,—sabía que la mujer era muy supersticiosa contrario a él.—no digas eso. El muchacho debe ocultar su magia, además los brujos siempre viven cerca de la naturaleza.

—Me voy a callar...—¿Magia? No podía creer que estaba haciéndole caso a su madre.—No voy a preguntar cuanto te cobra por hacer unos trucos.

—100.000 wons.

Yoongi giró su cabeza inmediatamente.—¿Cuánto?.¿Por una hora?.

—Si, por sesión.

—Madre mía, mamá. Una y no más, ¿lo has entendido?.

—No tienes que hablarme como si fuera tu hija, soy una adulta.

—Una adulta que si quiere venir más veces va a tener que usar el transporte público.

Finalmente tomaron un atajo que los llevó a un camino en cuyo final una bonita casa estaba construida en mitad del bosque. Aparcó a un lado y bajaron.

—Este sitio es precioso.—Comentó su madre.

—Si, lo es.

La casa estaba envuelta en enredaderas llenas de flores que le daban un aspecto mágico. La luz del sol se colaba por la ramas de los enormes arboles que los rodeaban. Un pequeño pasillo de flores daba a una puerta de madera de donde colgaban extraños artilugios místicos. 

Magia BoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora