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Las gotitas de lluvia golpeaban y se arrastraban lentamente por la ventana de su habitación. Dejó que la palma de su mano se deslizará por la madera frente a él y descansó una de sus mejillas en ella. Con su mano libre alcanzó el frío vidrio de la ventana y golpeó con su dedo índice unas cuantas veces, viendo como las gotas de agua corrían más rápido. Las hojas de los árboles se mecían con fuerza por la gran brisa y las pocas personas que transitaban las calles caminaban con cuidado bajo el resguardo de sus paraguas.
Entrelazó su mano con la otra, su barbilla acomodandola sobre sus delgados y largos dedos. Tomó aire con emoción, amaba el aroma que se hallaba a su alrededor después de una tormenta o lluvia, la mezcla del cesped con el agua del cielo era simplemente relajante. Por eso le gustaba abrazar a su mamá cuando estaba triste o molesto, porque su madre olía a lluvia y naranja.
Cerró sus ojos, con el sueño acechándole tras sus cansados párpados después de haber estado estudiando los últimos tres días para un exámen que malditamente se aplazó. Para su lástima no pudo dejarlos cerrados gracias a la vibración de su teléfono al recibir un mensaje. Lo sacó del bolsillo de su sudadera y lo dejó apoyado frente a la ventana, tocó suavemente la pantalla.
jiwoong hyung
¿Vendrás? Dijiste que venías, matty, papá no esta.
No contestó, en cambio cerró sus ojos, ignorando el zumbido que provenía del -ahora- molesto aparato electrónico.
Él no quería ir a la casa del mayor y tenía unas razones lo suficiente claras que le ayudaban a refutar su decisión: la primera era el hecho de que sus nervios al estar con el alfa lo volvían loco, tanto que su aroma lograba ser más chicloso y fuerte, llenando una habitación completa con su aroma, en ocasiones siendo confundido como un omega en celo; la segunda, y por consiguiente la más aterradora razón era el hecho de que Jiwoong tenía un padre tan... para entrar en contexto, el hombre sentía un odio incomprensible hacia los omegas varones, creyendolos débiles y una perdida de tiempo.
Matthew había perdido la cuenta de la cantidad de veces que escuchó al hombre llamarle zorra, un chico omega ridiculo que solo buscaba meter a su hijo entre las piernas.
La tercera y no por eso menos horrorosa era que, el darle tutorías a Jiwoong en cualquier area siendo Matthew de la clase más baja e insignificante en la jerarquía, convertía a el alfa, estúpido y poco dado a respeto.
Y es por ello que Matthew había decidido no volver a esa casa. Le molestaba y le causaba temor toda la ideología que aquel alfa incompetente tenía hacia el mundo actual y asi mismo, no contestar ninguna llamada proveniente de su queridisimo alfa y optó por quedarse dormido, con el sonido de la lluvia y su aroma, arrullandole.
