UNO

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—!Es un imbécil malcriado! —gritó el chico que salía del camerino del cantante más aclamado del momento.

Jin solo se frotó la cara con frustración, mientras recibía una tablet y un celular que le entregaba el chico, ya no necesitaba preguntar nada, otro asistente más que renunciaba por culpa de Taehyung... el quinto en tan solo un mes.

Entró a la habitación, Taehyung descansaba en el sofá con las piernas apoyadas en la mesa ratona, estaba tan tranquilo revisando su celular como si nada hubiera pasado.

—No puedes seguir así Kim Taehyung, ya no eres un niño carajo, tienes veinticinco años deja de actuar como de quince, necesitas un asistente y no dejas de hacer que renuncien, ¿No te puedes comportar bien de aquí en lo que se termina la promoción de tu álbum?

—Yo no tengo la culpa de que todos sean unos inútiles Jin.

—Te quejas cuando tú mismo los escoges, y solo porque te parecen atractivos, no por sus capacidades. Solo para que al final termines quejándote, pero ya me canse, está vez yo voy a escoger a quien contraté y tú tendrás prohibido meterte en la contratación, ya verás encontraré al asistente perfecto... que pueda controlarte -lo último lo dijo casi en un susurró que pasó desapercibido para el cantante.

Media hora después, Jin se encontraba tomando una copa en el bar cercano al estudio de filmación donde se estaba llevando a cabo la grabación del próximo mv de Taehyung, pensaba en dónde podría encontrar a alguien lo suficientemente desesperado para trabajar con su muy caprichoso artista y que tuviera la fuerza necesaria para aguantarlo y sobretodo controlarlo.

En ese mismo lugar pero atendiendo en la barra estaba un chico rubio, juntando todo su autocontrol para no mandar a la mierda a su jefe, estaba harto, de la forma en que lo trataba solo por ser el nuevo, y la gota que derramó el vaso llegó junto con un grito molesto y un par de cosas rompiéndose.

—Ya estoy harto de ti imbécil, piensas que por ser el sobrino del dueño tienes derecho de humillar a la gente, pero conmigo te topaste con pared, no pienso permitir un insulto más, vete a la mierda con tu trabajo —gritó furioso.

Antes de salir de ese lugar se dió el gusto de estampar su puño en el rostro del tipo que cayó de lleno al suelo, para después salir a toda prisa de ahí, mientras Jin sonreía. Acababa de encontrar a la persona perfecta, dejó un billete en la barra y corrió para alcanzar al pequeño rubio que acababa de salir.

Lo alcanzó rápidamente y lo detuvo tomándolo por el hombro, este se volteo a mirarlo entre confundido y furioso, pensando que sería el imbécil de su ahora ex jefe.

—Tranquilo —dijo Jin apartándose y poniendo los brazos en alto señalando que no tenía intenciones de atacarlo.

—¿Qué quiere?

—Acabo de ver lo que pasó ahí adentro y quería hablar contigo.

—¿Así? ¿De qué?

—Permíteme presentarme. Soy Kim Seokjin y me encantaría ofrecerte un trabajo.

El chico enarco una ceja con duda antes de hablar.

—No bromeé, ¿quién querría contratar a alguien después de ver cómo golpeó a un imbécil?

—Alguien desesperado que busca quien pueda controlar a otro imbécil.

—Nunca había escuchado a alguien insultarse por gusto.

Jin rió de buena gana, el chico le caía bien y sin duda era perfecto para el trabajo, ahora solo rogaba por qué accediera.

—No me refería a mi. Soy agente para una de las empresas de entretenimiento de mayor renombre en el país, y necesito con urgencia alguien que acepte ser el asistente personal de uno de nuestros artistas. El trabajo es relativamente sencillo, solo estar pendiente de su agenda, que esté a tiempo en los lugares donde debe de estar, evitar que la prensa lo acose, estar pendiente de lo que necesite.

—Un niñero en pocas palabras.

—Se podría decir, pero ahí es donde entra lo difícil, él no es nada fácil de tratar, y tendrías que lidiar con él y sus desplantes constantemente, la única diferencia es que por aguantarlo se te pagará mucho más de lo que estoy seguro ganabas en ese lugar. ¿Qué dices?

El chico meditó las palabras del Jin un rato, necesitaba el trabajo o pronto entraría en la indigencia, y si le iban a pagar lo suficiente para aguantar a ese tipo, valía la pena lidiar con otro imbécil.

—Señor, acaba de contratar al mejor niñero del maldito mundo —respondió mientras sonreía —Por cierto, mi nombre es Park Jimin.

—Me alegra que aceptarás Jimin, ahora acompáñame para hacer los trámites necesarios, para tu contratación y comiences a trabajar de inmediato.

Seis meses habían pasado desde el día en que Jin lo había abordado en la calle después de golpear a su antiguo jefe, y lo había contratado como asistente personal de Kim Taehyung, cantante, actor, modelo y un estúpido de primera.

Cómo había aguantado todo ese tiempo aún era un misterio, desde el día uno Taehyung había demostrado por qué ninguno de sus asistentes duraba más de un par de días o máximo semanas.

Pero Jimin había aprendido a lidiar con él, constantemente se peleaban y discutían, Taehyung le gritaba que estaba despedido y Jimin respondía que no lo podía despedir, pues no era su jefe. Con cada nuevo berrinche de Taehyung, Jin sonreía al ver que había encontrado a la horma de sus zapatos.

Jimin no se dejaba intimidar por él y eso lo molestaba, y Taehyung no estaba dispuesto a dejarse vencer por ese chiquillo. Aunque los dos sin darse cuenta habían comenzado a sentir una increíble y poderosa atracción, una que solo podría ser aliviada entre las sábanas.




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Historia cortita inspirada en Tae y las fotos que saco para la revista Pop.

Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘





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