Él dijo que lloraba por mí...pensaba Karl, al enterarse del atentado en contra de su padre Herr Schuwald en la biblioteca, quien apenas gracias al valor del doctor japonés había sobrevivido de milagro.
Su padre estaba en shock, completamente impactado de lo que había visto yacía en el hospital.
No había rastro de Johan, el chico que alguna vez lo había comprendido como nadie y compartido su dolor.
Para Karl todos a su alrededor sentían compasión incluso lastima por su historia, el no conocer a su padre y la relación distante con su madre y luego perderla para siempre, lo hacía sentirse ajeno a los demás, todas esas familias que compartían momentos alegres que veía en los parques, en las reuniones escolares, tenía a sus padres adoptivos aún tenía ese vacío de que le hacía falta algo.
Su vida en la universidad había cambiado bastante, por fin había dado con su padre biológico, y tanto le podía agradecer a ese maravilloso chico, su llegada a su vida fue un suceso tan positivo como emocionante.
Tenía muy presente el momento en el que Johan, lloró por su dolor, le mostraba una empatía que nadie jamás y le había tendido la mano, para Karl era mil veces mejor que los abrazos que recibía de su madre adoptiva y no es que no los valorará, pero el gesto del chico rubio lo habían conmovido y dado una inesperada calma y calidez a su atormentado corazón.
Desde entonces anhelaba tratarlo más y su deseo se cumplió, Johan se había convertido en el secretario de su padre, y estaría más tiempo a su lado.
Johan en ocasiones le parecía más allá de lo humano, era extremadamente inteligente, era muy paciente con el joven Neumann cuando le enseñaba latin, algo que a Karl le había costado, cuando tenía dudas sobre cualquier materia el chico rubio lo ayudaba sus notas habían mejorado bastante estaba siendo poco a poco el hijo modelo que su padre esperaría, cuando caminaban en el campus se sentía observado su amigo llamaba la atención, la gente le hablaba más, la magia de Johan Liebert.
Cada vez, se distanciaba de su amiga Lotte, Karl intuía un poco los obvios sentimientos de su amiga hacía él y los celos que ella tenía hacía Johan por pasar tanto tiempo con él, en lugar de afrontarlo prefirió hacer como si no existiesen, prefería vivir en ese idílico pequeño microespacio con Johan, irónicamente Karl comenzaba a tener sentimientos que sobrepasan la simple amistad por el talentoso y muchas veces llamado genio por los profesores universitarios, todo sobre él era misterioso y a la vez perfecto en muchas cosas.
Se encontraba completamente embelesado por su nueva amistad, se había alejado de muchos amigos, había dejado de hablar por teléfono con sus padres adoptivos, era como sí quisiera estar en un mundo o entorno dónde solo estuviese rodeado por el chico rubio.
Cada pequeño momento que tenía con el chico rubio, lo trataba de atesorar en su corazón, inclusive en momentos donde el chico mostraba un lado bastante enigmático y que llegaba a ser bastante sombrío.
En algún momento se dio cuenta que le había abierto a Johan a que conociera gran parte de su vida sino es que toda , pero no era tan recíproco comenzando porque no sabía casi nada de Johan.....
El chico que en su momento había causado un milagro en la actitud de su padre, ahora había atentado contra la vida de este, lo cuál le causaba mucha confusión, pero claro lo tenía planeado desde un principio, quizá había mostrado las señales pero no las vio o no las quiso ver...
Todo era una mentira, porque su amor por Johan no lo había sido, tal vez fue lo único real o ¿no?, le era difícil de admitir al menos a otras personas que su amistad por Johan, había mutado en un amor, que realmente le dolía, aunque pensaba que quedara en algo platónico, veía a Johan bastante cercano de trato pero en algún modo inalcanzable, en el sentido de que en la facultad se hablaba de él y tenía admiradoras, una que otra compañera suya había preguntado por él, incluso le entregaron cartas de amor que por celos, Karl leyó y luego las guardo por el miedo a que saliera alguien que necesitara más a Johan que él o alguien quien pasara por una situación peor a la suya.
Igual se dio cuenta que las admiradores de Johan, sus compañeras tenían una vida muy feliz, distinta a la suya y a la del joven rubio, solo observarlas dedujo que eran personas que no habían pasado por los mismos problemas de abandono, le causo envidia y también alivio porque entre sus temores era que Johan se consiguiera una novia y él pasará a ser segundo plano en su vida y dejará de ser secretario de su padre, pero sorprendentemente no ocurrió nada de esto durante el tiempo que convivió con él, el chico rubio parecía estar muy ocupado para eso, y para su buena suerte las chicas no volvieron a preguntar por ello (quizás la muy rara y esporádica presencia de Johan en la universidad, hizo que se olvidaran de él)ya que se acercaba un baile escolar, y cansadas de esperar respuesta, consiguieron otras parejas.
Su amiga Lotte le había pedido salir, pero él le negó e incluso la emparejó con un compañero aparte, todo por estar con Johan todo el tiempo que le dedicó ahora lo sentía un engaño, como algo tan bueno para ser verdad, se esfumó.
Lotte le recrimino muy fuerte ya que si no fuera por su recién amiga Nina Fortner, ese tipo bastante alcoholizado quien sabe hasta dónde hubiera llegado, ella se había alejado bastante de él, por ese disgusto, no le habló durante semanas, para pesar de Karl, si bien no tenía un interés romántico en Lotte, la consideraba su amiga.
Era como si la influencia de Johan en él fuese enorme, y claro no podía olvidar lo agradable que era, especialmente una tarde que le enseñaba a leer latín, Karl estaba leyendo y Johan lo observaba detalladamente.
--¿Lo estoy haciendo, bien?---preguntó Karl
--Has mejorado, mucho-- dijo el chico rubio felicitándolo.
--Pensarás que es una locura, pero me da un poco de vergüenza leer esto.
--¿Por qué?.
--Es un poema de amor y es algo que se le dedicaría a una mujer.
--Puedes imaginar que soy una chica, podrías pensar en Lotte.
--La verdad es que Lotte, no me gusta de esa manera.
--Ya veo. Entonces puedes imaginar que soy otra mujer.
--No se me viene a la mente ninguna, Johan. Pues es que tú eres tan hermoso, más que una chica.
--¿En serio lo crees?, vaya te has abierto mucho conmigo Karl.
--Es que has sido la única persona que me comprendido, cuando lloraste por mí, aquella vez, me sentía solo con mi dolor y tú llegaste y lo entendiste, yo te debo demasiado Johan-
--No te sientas culpable, Karl me alegra comprenderte, y pasar tiempo contigo, parece que te agrado demasiado--Johan arqueo un poco sus cejas mirándolo fijamente.
--No pienses mal, de mi por favor estoy un poco confundido no debería sentir esto por ti--dijo el chico Neumann mientras hacía un gesto de arrepentimiento por sus palabras, literalmente se le estaba de alguna forma declarando.
--No haría eso, Karl me pareces una persona muy agradable, me gustas--dijo el chico Liebert mientras le sonreía.
Karl no creía lo que pasaba, Johan le dijo que le gustaba, en ese momento por nerviosismo Karl quiso alejarse de Johan, pero no pudo también porque Johan lo tomó de la mano para tranquilizarlo, entonces Johan y él se acercaron bastante y Johan puso ambas manos en su barbilla y le plantó un casto beso.
Ocurrió un día antes del incendio de la biblioteca de Munich, ahora el chico pensaba una y otra vez, si lo que pasó era una farsa o el chico lo hizo para que no sospechara de sus intenciones.
Lo único que sabía es que Johan se había convertido en su primer amor, primer y tortuoso amor.
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Lloro por tí (Johan x Karl) Monster (Oneshot)
FanfictionTras el incendio de Múnich, y la desaparición repentina de Johan Liebert de la vida de Karl Neumann hace un recuento de sus sentimientos y su relación con Johan.