Prólogo

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Todos tenemos ha esa persona con la que compartes todos los momentos de felicidad, tu primer diente caido, tu primera vez montando en bici, tu primera obra de teatro, tu primer castigo por intentar escapar se casa

Yo tenia a esa persona, fue mi mejor amigo desde que tengo memoria, pero como todo lo bueno nunca es para siempre. Recuerdo cuando perdí a esa persona durante la cena de hace ocho años.

🔹🔹🔹

-Cariño, tenemos buenas noticias- habia dicho mi madre.

-¿Que pasa mamá?- pregunte con emoción.

-¡Han ascendido a tu padre del trabajo!- dijo mamá con mucha ilusión- Y como la comisaría esta en otro ciudad, vamos a mudarnos en una semana.

Sentí que dejaba de respirar y rodo el color desaparecía de mi cara, a mis cortos ocho años entendía perfectamente lo que pasaría.

-¡No! ¡No puedo irme!

Mi madre me miraba con tristeza, ella sabía que mudarnos significaba se pararme de Nico, no podia aceptarlo, no queria abandonarlo, era mi mejor amigo.

-Cielo, entiendelo, es una gran oportunidad para que hagas nuevos amigos, una nueva escuela, tendrás lo que siempre quisiste -dijo mi padre.

-Pero yo no quiero una escuela nueva, ni nuevos amigos- dije mientras las lágrimas corrían por mis mejillas.

-Cariño...

Salí corriendo a mi habitación, no podia con eso esto, sentí que me como mi corazón se rompía al pensar en abandonarlo, lo peor es que tendría que decírselo mañana. Lloré toda la noche, o bueno, hasta que me quedé dormida.

🔹🔹🔹🔹

A la mañana siguiente, con mi pequeño corazón roto, fui a ver a Nico, el es dos años mayor que yo, y sin embargo, estábamos muy unidos, no nos importaba que nos nuestra diferencia de edad, el siempre estuvo conmigo, me acompañaba a mis clases de baile, al colegio, a los cumpleaños de mis amigas, nunca se quejaba, hacíamos todo juntos, igual que yo lo acompañaba a el, si veían a uno, el otro estaba cerca.

Cuando cruse la puerta de la cerca que dividía nuestros jardines lo ví a través de la puerta corrediza que daba vista a la cocina, lo vi hay, comiendo tostadas, cuando toque la puerta, volteo a verme y al ver que era yo, sonrió. Corrió hacía mi y abrió la puerta.

-¡Tin! -habia dicho con felicidad, sin saber que le rompería el corazón- En un rato iba a buscarte, pensé que podríamos ir a la tienda de música que vimos el otro día... -su voz se fue apagando cuando vió mis ojos llenos de lagrimas-. Tin... ¿que tienes? ¿Por que lloras?

Al ver como limpiaba las lágrimas que caminan por mis mejillas, solté un sollozo, salte sobre el y lo abrace con todas mis fuerzas.

-¿ Tin...?

-Voy a mudarme- dije de golpe.

-¿Co- como que te mudas? -tartamudeó- No puedes irte.

Esa tarde lloramos juntos al saber que estaríamos lejos uno del otro.

🔹🔹🔹

Al final llegó el día.
El día en el que nos separarían y probablemente no nos volveríamos a ver. Las despedidas las viví de forma borrosa, no las recuerdo muy bien, pero nunca olvide la promesa que le hice a Nico ese día.

-Prometeme que nunca dejamos de ser amigos y que nos volveremos a ver de nuevo.

-Te lo prometo.

Nos abrazamos con toda la fuerza del que teníamos, cuando nos separamos, el dejo un beso en mi frente. Respirando hondo, subí al coche, alejándome de todo lo que amaba.

🔹🔹🔹

Por el espejo retrovisor ví como me alejaba de mi mejor amigo, y del que no sabía que sería mi primer amor.

I Always Loved You Donde viven las historias. Descúbrelo ahora