Capitulo. -1

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—Andrea...despierta, rápido.

no quiero levantarme, me gusta mi cama, estoy cómoda en mi cama, me mueven del hombro, pero no me pienso levantar, no quiero moverme, giro mi rostro a otro lado, dando a entender que no me moveré

—levántate, ya tienes que levantarte.

sé que no se va a detener, así que decido levantarme de una vez, antes de enojarme de verdad, pero lo primero que veo al abrir los ojos, es el rostro de un gorila furioso frente a mi

—¡¿QUE ES ESO?!—grite con fuerza, moviéndome para escapar de eso, pero terminando en el suelo

escucho risas desde el lugar donde estaba la cara de gorila, me giro para encontrarme a mi hermano pequeño, tiene una máscara en la mano, rápidamente sé que él la tenía puesta, me siento tan estúpida por caer en eso, pero justo ahora la molestia sobre sale más

—debiste ver tu cara hermana, parecía que ibas a morir—dijo riendo a carcajadas

—te voy a matar—dije para levantarme del suelo y tomar una almohada—¡ven acá, Austin!

mi hermano enseguida corre buscando la puerta, yo voy detrás de él, pero sale antes de que pueda alcanzarlo, le lanzo la almohada cuando llegue al pasillo, ese enano me las va a pagar muy caro

—¡ya vas a ver, Austin!

regrese dentro de mi habitación, siempre hacia eso, ¿no podía despertarme como una persona normal?, sé que solo tiene nueve años, pero no me gustan sus formas de despertarme

mi nombre es Andrea Clark, cuando era niña tuve una enfermedad, donde mi vida estaba en juego, pero mis padres hicieron todo por salvarme, así que ahora aprovecho mi vida al máximo, eso implica lanzarle cosas a mi hermano cuando me hace enojar

tengo solo dieciocho años, vivo con mis padres y no puedo ser más feliz, me encanta vivir con ellos, pero este año iría a la universidad, fue difícil convencer a mi papá de vivir en la residencia, pero mi mamá siempre logra convencerlo

rápidamente me cepillo los dientes y me ato el cabello en una cola de caballo, al terminar baje a desayunar con mi familia, cuando llego a la sala mi perro alza la cabeza para verme, pobre mi Meteorito, ya tiene doce años desde que lo adoptamos, así que ya está muy viejo

—hola, amigo ¿qué tal estas hoy? —pregunte doblándome para acariciarle la cabeza—eres el perro más hermoso, claro que sí.

continuo mi camino hasta la cocina, donde está mi hermano sentado en un taburete, mi madre esta de espaldas a mí, pero no veo a mi papá por ninguna parte, me acerco a mi mamá y la abrazo con fuerza

—buenos días, mamá.

—oh mi niña, buenos días—dijo acariciando mi mejilla con cariño—siéntate, ya te sirvo el desayuno.

le obedezco y me siento junto a mi hermano, quien se tensa a mi lado, sabe que me vengare tarde o temprano, pero por ahora lo dejare tranquilo, mi mamá dejo el desayuno delante de nosotros con una sonrisa

—¿y mi papá? —pregunte sin poder evitar la curiosidad

—está terminando de arreglarse, ya sabes cómo es con el trabajo.

—lo sé, el jefe debe demostrar la responsabilidad a sus empleados—dije lo que el repetía muy a menudo

—ahora, ¿que eran los gritos de hace un rato? —pregunto mi mamá, que jamás se le escapaba nada

—fue culpa de Austin—dije de inmediato—me despertó con su mascara de gorila.

—Austin...

—si no la usaba no se despertaría, es muy perezosa—se quejó mi hermano con la boca llena de tostadas

¿Un Enemigo Para Andrea?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora