Capítulo 1

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Lilith, a lo largo de sus milenios de existencia, había experimentado de cerca la mezquindad humana, la forma en que podían ser egoístas por unas pocas migajas ajenas. Para ella, los seres humanos eran simples marionetas guiadas por la avaricia, ignorando el daño que causaban a otros en su búsqueda desenfrenada de poder y estatus en el mundo.

Observó cómo sacrificaban almas en guerras impulsadas por la pura codicia, manchando sus manos con la sangre de inocentes para cumplir sus deseos de poder. Los humanos, cegados por sus propias ambiciones, ignoraban completamente la desesperación y el trauma que infligen a aquellos que carecían de poder en el mundo.

Era fácil para Lilith sentir desprecio por ellos.

Era solo un peón más en el tablero de ajedrez creado por Dios hace siglos, un juego en el que cada movimiento podía desencadenar la extinción de muchos en el mundo. Cada error humano era una simple pieza que Lilith podía mover a su antojo, disfrutando de la desgracia, la avaricia y la corrupción humana que, para ella, eran distracciones en su eterna lucha contra Dios.

Aunque cada movimiento humano era un juego para ella, una pieza en su tablero, Lilith era consciente de que, en última instancia, el creador del universo era solo un anciano disfrutando de los problemas humanos, pretendiendo ser la salvación mientras enviaba a su propio hijo a morir.

A pesar de sentir asco por los humanos, Lilith disfrutaba viéndolos sufrir en su propia miseria.

Sin embargo, todo cambió cuando un simple humano captó su atención. Un niño que solo buscaba libertad en su vida. Lilith, invocada una vez más al mundo de los humanos, pensó que sería otra solicitud egoísta de poder. Sin embargo, se sorprendió al encontrarse con un niño que solo deseaba libertad.

Lilith se preguntaba por qué ese niño específico, Damián, quería algo tan diferente a la norma. La entidad demoníaca, acostumbrada a conceder deseos de poder y riqueza, se encontró intrigada por este niño que anhelaba la libertad por encima de todo.

A pesar de su inicial incredulidad, Damián persistió en su deseo de libertad. Aunque le ofreció su alma como ofrenda, su determinación dejó a Lilith intrigada. ¿Un niño que solo deseaba libertad y no caía en los caprichos avariciosos de los demás humanos?

La entidad demoníaca aceptó cumplir el deseo de Damián a cambio de su alma. Sin embargo, lo que no esperaba era la conexión especial que se formaría entre ellos. Lilith, acostumbrada a manipular y corromper almas, se encontró enfrentándose a una situación única con este niño que solo buscaba la libertad.

Damián, el pequeño pelinegro con mirada seria, se convirtió en una excepción en la larga historia de Lilith en la Tierra. A pesar de sus iniciales expectativas, ella se encontró encariñándose de este simple humano que solo quería ser libre.

La relación entre Lilith y Damián se convirtió en el inicio de una peculiar aventura. El demonio y el humano, una extraña pareja unida por el deseo único de libertad en un mundo donde la avaricia y el poder dominaban los corazones humanos. Mientras Lilith observaba la vida del niño en su nuevo entorno, sabía que este vínculo les llevaría por caminos inesperados.

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Primer capítulo corregido y publicado.

¿Alguna idea para agregar en los futuros capitulos?




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