Domenico Corleone en multimedia
─────── ✧ ───────
En otro lugar
Atenea Morelli
Artemis regresó de vuelta a Florencia, a primera hora se fue en su jet privado, prometió contarle a mi padre toda la verdad, como también idear un plan para mi regreso. Por esa parte me siento más tranquila, ya no tengo que pensar en que mi mentira pueda ser descubierta, a menos de que yo quiera que así sea.
He decidido venir al centro comercial más cercano por unas cosas que necesito, ya he comprado cosas para media ciudad, pero es la única forma que encuentro para distraerme y salir de las cuatro paredes que me rodean, mis hombres sostienen mis bolsas mientras cuidan mi espalda.
― Entraré a la tienda de juguetes.― le informo a mi hombre de confianza, este asiente y sigue caminando a mi lado.― Quiero entrar sola, esperen aquí.― asiente no muy convencido.
― Está bien, señora.― le extiendo las dos bolsas que tengo en mano, toma las bolsas.― Estaremos aquí afuera, alerta de cualquier movimiento.
― Me parece bien, no pienso tardar mucho.― asiente y se detiene en la entrada de la puerta.
Le informa a mis demás hombres por el auricular, mi movimiento, entro a la enorme tienda de juguete, tomo algunas muñecas para Apolonia, hace tiempo que no le regalo nada, aunque no se le puede regalar a una niña que lo tiene todo, eso no me importa, siempre me gusta llegar con algo en las manos para ella.
Veo a lo lejos en un pasillo un poco retirado una bicicleta color púrpura, sé que a la niña le gustará, me acerco para tomarla, me llevaré todo lo que pueda gustarle a la niña, aunque tenga una en su casa, deseo que tenga sus juguetes en la mía, así es mucho mejor.
No tardo en acercarme y con la mano que tengo libre tomarla, pero en ese mismo momento siento unos fuertes brazos presionándome por la espalda, lo que me obliga a soltar todo lo que tengo en las manos, trato de ubicar el anillo que yace en mis dedos el cual realmente es una navaja; sin embargo, la persona que me sujeta es más rápido y sin darme tiempo coloca un paño con una sustancia que hace perder el conocimiento.
Intento no inhalar el olor, pero me resulta imposible, es tanta la presión que ejerce sobre mi nariz que me veo obligada a olerlo, no tardo mucho tiempo en perder el conocimiento, me adentro a mi subconsciente y no sé nada más de mí.
* * *
Intento moverme, trato de hacer cualquier movimiento que me permita estirar mis brazos o piernas, resulta imposible hacerlo, busco una escapatoria, me sorprende ver el lugar en el que me encuentro. No es para nada espantoso, no hay suciedad, cadenas, no estoy golpeada, es extraña la manera en la que me raptaron, pero más el lugar y en la condición que me encuentro.
ESTÁS LEYENDO
Sed de poder
RomanceAtenea lucha durante años por obtener poder y posicionarse en el mundo de la mafia, mundo en el cual es toda una diosa, se apoda como la viuda, pero solo tiene un objetivo. Ese objetivo es destruir a Artemisa, calcula sus pasos, sabe donde y cuando...