𝟎𝟎𝟏

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¿ 𝐔 𝐍 𝐀 𝐕 𝐈 𝐃 𝐀 𝐏 𝐄 𝐑 𝐅 𝐄 𝐂 𝐓 𝐀 ?

Han Sohee, la chica más atractiva de la secundaria, había sido la estudiante con mejores calificaciones en todas las áreas, impresionando a todos con su inteligencia y dedicación. Provenía de una buena familia, con una larga tradición de abogados exitosos, por lo que no sería sorpresa que tuviera un buen matrimonio en el futuro. De hecho, se esperaba que siguiera los pasos de sus padres y abuelos, y que algún día se convirtiera en una profesional destacada en el área.

Sin embargo, aunque Sohee estaba logrando una inmaculada carrera de derecho, siguiendo la tradición, su corazón no estaba en ello. Aunque ella misma no lo admitía en voz alta, su sueño verdadero era muy diferente. Sohee anhelaba ser artista, dejar de lado los trajes y las cortes, dedicarse a la pintura. Quería viajar a Italia, un lugar que siempre había soñado visitar, y perderse en la belleza del arte y la historia.

Pero, por supuesto, eso era impensable para sus progenitores. Abandonar la carrera que estaba llevando para seguir un sueño "frívolo" como el arte era algo que no se consideraba una opción. Así que Sohee se veía obligada a seguir lo que su familia esperaba, aunque su alma suplicaba por algo más. Y, por si fuera poco, también había una chica en su pasado, alguien a quien había amado y que había despertado en ella un deseo de libertad y creatividad que ahora parecía inalcanzable.

Y las cadenas se habían escuchado resonar en sus oidos cuando su padre espetó:

"Vas a casarte con Jeon Jungkook, está decidido."

La vida de Jungkook no era muy diferente de la vida de Sohee. También él había sido moldeado por las expectativas de su familia, en este caso, por las ideas machistas y anticuadas de su padre. Jungkook había estudiado administración de empresas, no por pasión, sino por obligación. Su padre solo podía imaginar a su único hijo varón al frente del negocio familiar, ignorando por completo que su hija menor, Soyeon, tenía un talento natural para los negocios y era mucho mejor en ese ámbito.

Pero lo que era aún más triste era que Jungkook había tenido que renunciar a su verdadero sueño: la música. Él adoraba cantar y tocar la guitarra, y sus hermanas siempre habían reconocido su talento y estaban dispuestas a apoyarlo. Sin embargo, su padre no veía la música como una carrera viable, y Jungkook había tenido que dejar de lado su pasión para cumplir con las expectativas familiares.

Jungkook siempre había sentido una gran conexión con la música, cantar y tocar la guitarra era su forma de expresarse y liberarse de aquella prisión terrible en la que se había convertido su vida. Pero ahora, se veía obligado a dedicarse a los negocios, algo que no llenaba el vacío de su alma. Su corazón pertenecía al sentimiento liberador que el canto le proporcionaba, pero su cabeza estaba llena de números y estrategias empresariales. Era un conflicto interno que lo atormentaba cada día, y que lo hacía sentirse cada vez más atrapado.

Su casa era la típica mansión que impresiona a primera vista, con columnas majestuosas, jardines perfectamente cuidados y esa fachada que parecía salida de una revista de arquitectura. Era el tipo de casa que hacía que la gente se detuviera a mirar, con envidia y admiración. Y, en efecto, la familia de Jungkook tenía mucho dinero, más del que podrían gastar en una vida. Pero, paradójicamente, esa riqueza había convertido la vida de Jungkook en un infierno.

La opulencia y el lujo que lo rodeaban no habían llenado el vacío que sentía en su interior. Al contrario, habían creado una sensación de asfixia, como si fuera una mosca atrapada en un charco de aceite, sin posibilidad de escape. Jungkook se sentía como un insecto que revolotea alrededor de la superficie, pero que no puede volar libremente. Sus sueños y aspiraciones más profundos estaban constantemente siendo ahogados por sus padres y la presión de mantener el estatus.

SEVEN DAYS  | TAEKOOK / KOOKTAE (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora