"now you're gonna take me there."
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ateez. es recomendado el modo
oscuro durante la lectura. leer
bajo tu responsabilidad.
todas las obras son de mi autoría,
únicamente traducidas del inglés al
español...
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Acostada estabas al lado de Seonghwa, tu pareja, sintiendo como unas incómodas flores amarillas acariciaban tu piel, causándote cosquillas y la sensación de querer removerte en tu sitio, pero te mantuviste quieta, estando muy cómoda como para moverte. Tus iris brillaban como si mil galaxias estuviesen colapsando dentro de ellos, pero descuida, sólo era su reflejo en tus ojos. Te sentías tan serena y... amada.
Sí, amada.
Era despertarse a su lado y ver esas hermosas lunas sonriéndote lo que te hacía feliz. Era su calidez, su afecto y su presencia. Todo aquello mezclado, junto con que era justamente perfecto, hacía que cada día que pasara te enamoraras más de Park Seonghwa. Y lo odiabas por eso, al mismo tiempo.
Odiabas quedarte hasta las 3:00 pensando en lo perfecto que es para ti, lo irreal que te parece su existencia y lo que llegarías a hacer por él. Romperías cualquier promesa, robarías cualquier banco y morirías en cualquier momento. Sólo por él. Y odiabas tener que pasar esas noches sola, sin ese excelente manto cobertor que son sus brazos.
Te sentías como una tonta por llegar a semejantes límites por un chico, pero... Oh, cómo lo amabas. Ese chico era definitivamente tu religión, y tu su máxima devota.
Sí, eras devota a su amor. A su existencia.
Regresando a la realidad después de haber paseado por los anillos de Saturno de tu imaginación, pudiste sentir como una mano se colaba por debajo de tu brazo para abrazar perfectamente tu cintura y darle un mínimo apretón, acercándote más a él si era posible.
- Mira el cielo. Está estrellado. - dirigiste tu mirada al cielo nocturno, tus ojos ardiendo en estrellas y resplandores.
Soltaste un suspiro, dejándote llevar por la sensación de comodidad, de seguridad y calidez. Definitivamente, Park Seonghwa era aquella persona a la cual podías llamarte tu "hogar", y te sentías más que especial por ser la única con ese privilegio.
- No sabes lo mucho que te amo.
Intentaste decir con un nudo en la garganta. Nunca fuiste buenas con las palabras, y hasta el día de hoy piensas que nunca podrás ser buena en expresar tus genuinos sentimientos mediante una forma verbal. Por lo tanto, unas lágrimas de amor y afecto se deslizaron por tu mejilla, mojando mínimamente la camisa de Seonghwa.
- Oh, dulzura. No llores. - te abrazó con más fuerza, teniéndote con seguridad en sus brazos, calmando todas tus penas.
Alzaste la mirada para murmurar dulcemente.
- Nunca te vayas de mi lado. En serio no tienes idea de todo lo que significas para mí y de lo feliz que soy a tu lado. Puedo decir con certeza que paso los momentos más felices de mi vida junto a ti.
- Nunca me iré de tu lado, cielo. Es una promesa. - tomó tu mano para entrelazar sus meñiques - Eres mi Luna, y quiero que lo recuerdes todo el tiempo. -tomó tu mentón delicadamente, como si tuviese miedo de quebrarlo, y lo alzó en dirección al cielo.
- Mira, la Luna siempre brilla e ilumina hasta la noche más oscura. Y si fijas un poco más la vista, te darás cuenta que siempre está acompañada por una estrella, por muy pequeña que sea. - ahora ambos estaban conectando miradas - Quiero ser esa estrella para ti, y ser la única estrella que acompañe a tu Luna.
Una lágrima volvió a caer de tus preciosos orbes, para que en instantes se convierta en un valle. Seonghwa se dedicó a abrazarte y palmear con delicadeza tu espalda.
Sin dudas, es tu serendipia. Una luz, o no, una estrella que llegó a tu vida para alumbrar tu sendero de la felicidad y para reconfortarte en momentos de necesidad y amarte y celebrarte durante toda tu vida. Por supuesto que Seonghwa te protegería a toda costa de cualquier maldad que este desalmado mundo tiene incluido, y por supuesto que tu se lo permitirías.
- Sé que has pasado por mucho, y quiero que sepas que no tienes que cargar esa cruz sola. Ya no. Déjame amarte como corresponde, déjame enseñarte lo que es el amor incondicional. - un suave beso fue depositado en tus labios.
- Escondámonos en la luz de la Luna y permíteme adorarte como se debe.
