Lo logre, Chuuya- Soukoku

Unica parte

Era una noche "tranquila". La luna llena iluminaba las calles igual que los faroles, mucha gente andaba paseando por las calles, felices y contentos.

La excepción era Chuuya acabando de regresar de una misión, llegando a su habitación en la Port Mafia. Su cuarto estaba algo oscuro ya que las cortinas estaban cerradas y las luces apagadas. No tenía intención de iluminar el lugar porque lo único que en ese momento quería era acostarse en su cómoda cama y dormir profundamente, sin que nadie lo despierte.

Se dirigió a su sofá cama porque estaba más a su alcance, se derrumbo y sintió una textura que no se esperaba en su rostro. Era un papel.

Con mucho desgano, Chuuya se levantó para prender la luz y ver lo que sea que se hubiese metido entre su merecido descanso y él. Si no era importante lo quemaría al día siguiente.

Volvió al sofá y se sentó. Agarro lo que parecía ser un sobre blanco y leyó el dorso.

"Para Chibi, de Dazai".

Maldijo en sus adentros a la momia esa por llamarlo Chibi aunque sea en un simple sobre. Lo abrió cuidadosamente para no romperlo y encontró dentro lo que parecía ser una carta.

Una carta dirigida a él.

Abrió los ojos algo sorprendido porque no creía que Dazai fuera el tipo de persona que escribiese una carta si no era algo importante.

Si fuera una simple carta como; "Compra cangrejo" no se habría esforzado en hacerle un sobre.

Algo de temor lo invadió, ¿qué era lo que iba a comunicarle?

¿Se arrepentiría de leerla? Probablemente, pero decidio que Chuuya del futuro se encargaria de eso.

Sin más preámbulos comenzó a hojear el contenido.

"Chibi, lo logre" era el primer renglón.

¿Que mierda lograste, estupido? pensaba él.

"Que mierda lograste, estupido. Estoy seguro de que eso es lo que piensas, tan predecible como siempre, Chuu."

Chuuya chisto enfadado. Era capaz de irritarlo incluso con unas palabras escritas.

"Pues, verás, ¿qué es lo que más quiero pero siempre fallo?"

El pelirrojo inconscientemente soltó la carta por la idea que tuvo. Se dio cuenta apenas el papel toco el piso de madera y la agarró. Sudor frío se deslizaba en sus manos y en su frente. "Que no sea eso, que no sea eso" era lo único que podía pensar antes de adentrarse nuevamente a una lectura que le resultaría dolorosa y angustiosa.

"¡Si, ya lo tienes!
Logre suicidarme. Tu debes ser el más feliz con esta noticia, ¿verdad, Chuu?
Todos estos años gritándome "muérete de una maldita vez, caballa" me dieron suerte en mi objetivo"

Una lágrima que intento contener en vano escapó de los ojos azules de Chuuya y cayó exactamente en la palabra "feliz" escrita por el suicida. De todas las palabras que su lágrima podría mojar tenía que elegir esa, ¿verdad, lágrima de mierda?

"Hice esta carta porque no podía irme sin verte una última vez, pero tu estabas en una misión y la verdad no quise esperarte.

"Aunque si quieres verme una vez más, deje un USB en tu mesa de luz, la que está al lado del sofá cama."

Rápidamente busco el objeto mencionado por la momia y era verdad, ahí estaba. Con una velocidad que competía con la de Flash busco su laptop en la cocina y la prendió. Tardo un poco y apenas la laptop estuvo prendida, Chuuya metió el Pendraid negro en uno de los enchufes y apareció un video.