15.

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— ¡Abran las puertas! — ordenó Yeonjun mientras jalaba del cabello a su ahora, ex esposo

— ¡Me lastimas! ¡Suéltame! — pidió llorando

Las puertas se abrieron dejando ver el pueblo, algunas personas estaban ahí haciendo su trabajo pero los dejaron de hacer al ver la escena.

Yeonjun aventó el cuerpo del castaño afuera del palacio, Jeongin cayó de rodillas, volteo a ver a su ex esposo

— ¿Por qué me tratas así? — cuestionó

— Eres un omega inútil, no eres fértil y jamás me darás herederos, no sirves para nada — habló con desprecio

El rey se metió nuevamente a su palacio, las puertas se cerraron. Jeongin volteó a ver a los pueblerinos, los cuales se reían de él, otros simplemente observaban

Con mucha vergüenza, Jeongin se levantó del piso y corrió a casa de sus padres, tocó más de una hora la puerta pero nadie abría, se iba a dar por vencido pero la puerta fue abierta.

— ¡Mamá! — grito el castaño, se lanzó al cuerpo de su madre para abrazarlo pero ella solo lo empujó

— ¿Cómo te atreves a venir a esta casa después de lo sucedido? — cuestionó enojada

Jeongin negó levemente — Mamá... Yeonjun me exigió el divorcio, ¿Que podía hacer?

— ¡Obviamente negarte!

El padre del castaño hizo acto de presencia parándose detrás de su esposa — Eres una decepción, lo único que tenías que hacer era aguantar todo y darle un heredero, ¿Tan difícil es?

— Papá... Mi lobo

— ¡Cállate! No quiero oír tus estúpidas excusas — grito su madre

El castaño agachó la cabeza con vergüenza — ¿Puedo quedarme con ustedes...? No tengo a dónde ir, Yeonjun me corrió

Sus progenitores se rieron — Tú no vas a entrar a estás casa, eres una decepción

— Que bueno que Yeonjun te corrió, ese es tu castigo. Omega inútil — su padre lo empujó con fuerza para cerrar la puerta

Jeongin estaba llorando mientras veía la puerta de madera frente a él, pensó que sus padres lo iban apoyar.

Empezó a caminar sin rumbo por el pueblo, soportando burlas y malos comentarios de las personas.

(...)


Hyunjin traía en sus manos una charola llena de roles de canela, se dirigía a la biblioteca, lugar donde su esposo estaba leyendo un libro junto a la compañía de Kkami. Entró a la biblioteca, sonrió en grande al ver a su esposo sentado en el sofá leyendo un libro, a pasos un tanto apresurados se acercó a él.

Dejo la charola en la pequeña mesa frente a su omega — Roles de canela para el omega más hermoso del mundo

Jeongin dejo el libro a un lado para abrazar a su alfa — Muchas gracias, Hyunjinnie

— No es nada, debo cumplir con los caprichos de nuestro cachorro y de mi omega

— No son caprichos... Son antojos del cachorrito — hizo un pequeño mohín

Hyunjin soltó una pequeña risa — ¿Cómo te sientes? He notado que tu estómago ya está más abultado, ¿Pesa mucho?

— Me siento muy feliz y de lo otro... Bueno, no pesa tanto mi estómago, tal vez el próximo mes mi pancita ya pese mucho — sonrió tiernamente

— Cuando cumplas tres meses ya no te dejare salir de la cama, todas tus comidas te las llevaré a la habitación y Eunchae estará todo el tiempo contigo — habló

Jeongin negó — No quiero estar encerrado, odio estar encerrado... Quiero estar en el jardín y en la biblioteca contigo

— Pero te vas a cansar y tus pies dolerán

— No me importa, no quiero estar encerrado

A la mente del emperador llegó la conversación que tuvo con su omega hace mucho, dónde le decía que Yeonjun siempre le tenía encerrado y muy pocas veces lo dejaba salir

— Si te duelen los pies... Yo te los sobaré, puedes andar por dónde quieras, solo ten mucho cuidado — Colocó su mano en el abultado vientre del castaño — No quiero que nada les pase

Jeongin sonrió — No me pasará nada, Hyunjinnie

El omega del emperador HwangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora