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VOLTE A VER AL RESPONSABLE QUE HABÍA PRENDIDO las luces y bufé molesta porque no quería que nadie me viera llegar

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VOLTE A VER AL RESPONSABLE QUE HABÍA PRENDIDO las luces y bufé molesta porque no quería que nadie me viera llegar

—  ¿Dónde estabas? —  Ota clavo sus ojos en mi —  Te hice una pregunta

—  ¿Por qué tengo que decirte? —  Cruce mis brazos

—  Es de mala educación responder con otra pregunta —  Empezó a caminar hasta mi

— No tengo porque decirte —  Rode los ojos

—  ¿Acaso me estás retando? —  Ladeó su cabeza y sonrió maliciosamente — ¿Dime?, porque sabes lo que pasa cuando me retan

— ¿Qué?¿Me harás algo? —  Solté una carcajada

— Te dije que no me retes —  Poso una de sus manos en mi barbilla y apretó su agarre

— ¿Me harás algo? —  Sonreí maliciosamente —  No tengo porque darte de explicaciones de nada

— Te lo dije — Paso uno de sus brazos por mi cintura y me volteo de golpe —  Te quitaré lo maleducada —  Tomo mi cabello e hizo una coleta y me azotó contra la pared sin hacerme daño

—  Enserio —  Me empecé a reír y Ota se acercó hasta quedar cerca de mi oído

— Hay agos eres tan maleducada —  Soltó una risita maliciosamente —  Abre —  Señalo el cuarto y negué con la cabeza —  Bien yo lo haré —  Me soltó y abrió la puerta de mi habitación para después jalarme de la cintura y meterme a la habitación

Nico cerro y puso el seguro para después acercarse a mi y aventarme a la cama quedando sentada

—  Nico — Alcé mi vista y pude ver que sus ojos se habían oscurecido y sus pupilas estaban dilatadas y las venas de sus manos estaban más marcadas de lo normal

—  ¿Qué?

Este hombre siempre me iba a volver loca y más cuando estaba así pero no podía caer porque ya había cometido suficientes errores y no quería cometer otro error

—  Porfavor no

Vi como bajo su vista hacia mi y relamio sus labios

—  ¿Acaso no querés? —  Arqueo sus cejas —  Se que lo querés pero la culpa te lo impide —  Sonrió maliciosamente —  Dime porque no te negaste cuando Leandro te estaba cogiendo o cuando Paulo te tenía en cuatro y le pedías más —  Sus ojos se oscurecieron más y mi cara se puso pálida

𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐈𝐍𝐓𝐈𝐌𝐈𝐃𝐀𝐃/𝐋𝐚 𝐒𝐜𝐚𝐥𝐨𝐧𝐞𝐭𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora