Azhiraphale dejó su taza a un costado y observó a través de la ventana. Una fuerte lluvia caía sobre la calle desierta. Las pocas personas que todavía quedaban afuera estaban refugiadas dentro de las tiendas o bien resguardadas dentro de sus casas, al igual que él. Corría un fuerte viento que hacía que las gotas salpicaran en sus vidrios y que los paraguas de algunos valientes salieran volando.
Cerró el libro que estaba leyendo y se acercó para ver mejor la situación. No pudo evitar pensar en cierta persona. Mientras él estaba cálidamente acomodado dentro de su librería, disfrutando de su libro y una bebida caliente, Crowley estaba pasando este temporal dentro de su Bentley. Intentó invitarlo a quedarse varias veces, pero el demonio se negaba tercamente a aceptar su ayuda. Razones no le faltaban, pero aún así... deseaba que algunas veces pensara en sí mismo primero.
Un relámpago iluminó el cielo y también una idea que le hizo sonreír.
Crowley gruñó molesto y se acomodó por enésima vez en la última hora. Estaba realmente incómodo en ese pequeño espacio y todavía era demasiado temprano para que pudiera encogerse un poco sin que pudiera ser visto. Además, era todo un dolor de muelas el tener que regresar a su tamaño original después. Lo odiaba lo suficiente como para preferir el estar luchando para acomodar sus extremidades dentro de la cabina del automóvil en ese momento.
Cuando finalmente encontró una nueva posición, se cubrió el rostro con su sombrero y murmuró molesto. Afuera llovía con fuerza y le obligaría a limpiar a su Bentley cuando terminara. Era un día perfecto para encerrarse en casa a ver alguna película, pero allí estaba él, intentando encontrar una buena posición para poder dormir dentro de su amado automóvil. Un golpeteo en la ventana lo trajo a sus sentidos, con un siseo a punto de escapar de sus labios. Como volviera a ser la vecina de la casa de atrás para decirle que llamaría a la policía sino se aparcaba en otro lugar, realmente le haría una visita más tarde.
—Que dem... ¡Ángel!
En lugar de la molesta anciana, se encontró con el rostro sonriente de Azhiraphale. Le señaló una enorme bolsa que traía entre sus manos y que estaba cubriendo con su sombrilla, sin importarle que se estuviera mojando él en su lugar. Rodeó al Bentley como si no estuviese caminando bajo un diluvio y se subió.
—Hola.
—¿Qué haces aquí? ¡Está diluviando afuera! Y la sombrilla se usa sobre la cabeza, no sobre tu bolso.
—No quería que se mojara lo que traje... oh, gracias querido —dijo cuando el demonio lo secó en un instante—, mira, café para ti y chocolate para mí. También unas masitas y unos sándwiches —a medida que hablaba, fue sacando las cosas de su bolso y acomodándolas sobre el tablero. — También traje un libro para que leamos, ¡y esto!, una frazada. Está bastante frío, ¿no crees?
En menos de 5 minutos, Crowley vio a su auto convertido en el mostrador de una cafetería. Aziraphale incluso había traído unos mantelitos para colocar debajo de los platos y los termos. Antes de que terminara de reaccionar, el ángel los había cubierto con la frazada y puesto una taza de café entre sus manos.
—¿Pero por qué estás aquí? —volvió a preguntar viendo el vapor elevándose de la taza que sostenía. En realidad, no le molestaba,
—Porque no quisiste venir a la librería.
El rubio le pasó un sándwich y se sirvió una taza de chocolate para él. Se acomodó sobre el asiento como si se encontrara en la sala de su librería y comenzó a leer el libro en voz alta para ambos. Crowley bebió su café en silencio y se recostó contra el respaldo, de mucho mejor humor que al principio de la tarde. La frazada olía a Aziraphale.
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Días de lluvia
FanfictionPost T1. Aziraphale/Crowley. Oneshot Aziraphale está preocupado por Crowley. Se quedó sin casa y duerme en el Bentley, pero el demonio se niega a quedarse en la librería con él. Un día de lluvia, no pudo soportarlo más y fue a buscarlo. ¿Qué puede s...