Capítulo 10

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La luz del sol era especialmente brillante e intensa esa mañana, cruzaba a través de la delgada cortina y se derramaba impetuosamente por toda la habitación, anunciando la llegada de un nuevo día. Gulf apretó los párpados al mismo tiempo que emitía un apagado gruñido. Con pereza giro sobre su espalda hasta quedar recostado boca abajo, no podía negarlo, la tentación de quedarse en cama era más fuerte que nunca. Volvió a gruñir, no podía hacerlo aunque quisiera.

Su rutina era realmente simple cuando no tenía que correr a toda prisa; el aseo personal era lo primero en su lista, algo rápido que lo ayudaba a sacudirse un poco. Preparaba sus cosas y salía del departamento, para aveces, encontrarse con ese agradable y habitual saludo matutino.

– Buenos días – el chico de cabellos oscuros cerro la puerta de su departamento y avanzó en un ligero trote a su encuentro. El adolescente parecía de buen humor, era todo sonrisas y frescura – ¿Dormiste bien?

– Normal – respondió Gulf – ¿No es demasiado temprano para tus clases?

– ¡Oh sí!, pero pensé que podría pasar a la biblioteca antes, tengo algunas cosas que quiero repasar – un tranquilo caminar los acompaño por su viaje a través de las escaleras hasta salir del edificio – Que tengas un agradable día – le grito el chico mientras se marchaba hacia otra dirección.

Afuera el sol comenzaba hacerse presente en la temperatura del ambiente y a sus alrededores. Una suave brisa corría por las calles en medio de la agitación de algunos estudiantes que también caminaban o corrían por la zona. De vez en cuando también podía ver algunos jóvenes hombres y mujeres en trajes deportivos volviendo en una cascada de jadeos y demás personas como lo era habitual.

Resultaba agradable y tranquilo.

Un trote ligero lo acompaño por un par de calles esa mañana. Por lo general solia llegar temprano a la librería, pero no había podido alcanzar el autobús a tiempo y a consecuencia se había retrasado. No le sorprendio ver abierta la tienda, pues tenía la confianza suficiente para darle una copia de llaves a Diana, como tampoco le sorprendió ver a Fahel allí.

– Últimamente estas muy desaparecido y si no vengo por aquí, casi ni nos vemos – le reclamó Fahel tan pronto lo vio acercarse.

Gulf no dijo nada, solo avanzó los pasos que le faltaban hasta llegar al mostrador.

– Es porque ahora ocupa su tiempo libre con su otro amigo – comentó Diana de pronto. Gulf apretó los labios con fuerza, no tenia que decir precisamente algo como eso.

– ¿Que amigo? – quiso saber Fahel, con una expresión confusa y curiosa en el rostro

– Ya sabes, del tipo ese que estuvo con Tyler aquella noche – agregó la chica mientras se cruzaba de brazos.

¿Por que simplemente no cerraba la boca?. No era un tema que habia hablado aún con Fahel, porque no había encontrado el momento adecuado para hacerlo. Aceptaba que últimamente ocupaba su tiempo en estar con Mew pero simplemente ocurria, no había nada de malo que lo hiciera, tenía el derecho de tener otros amigos también. Fahel se inclinó sobre el mostrador y lo miro tan intensamente, que incluso se sintió intimidado por su mirada.

– Ten cuidado con ese sujeto – pensó le daría un gran discurso pero sus palabras solo fueron esas.

– ¿Por que lo dices? – Gulf arrugó las cejas.

– Siendo amigo de ese imbécil, eso dice mucho de él.

– No lo conoces Fahel, no saques ese tipo de conclusiones – les desconcertaban las palabras de su amigo, pues él jamás ha sido de esas personas que juzgan con la primera impresión.

InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora