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Fushiguro lo iva a matar.
Nobara lo iva a matar.
Definitivamente Gojo estaba condenado a despertar a unos cien metros bajo tierra o no despertar mejor dicho.
—¿Quieres algo mas Yuuji-kun?— miró expectante el albino a aquel pequeño que se encontraba exactamente sentado delante de el.
—No Satoru-kun—respondió muy educado el menor volteando a verlo por sobre su hombro — Esto es suficiente. Gracias.
Aquel niño de cabello rosado estaba muy contento mirando un programa de la televisión mientras sostenía un helado del mismo color que su cabello que, muy amablemente, le habían comprado.
Y es que para un gran hechicero como lo era Gojo Satoru, un simple helado, era lo de menos. Su estudiante se veía tan lindo siendo un niño que le daban ganas de consentirlo aun mas, pero para su sorpresa, el pequeño Itadori era de pedir poco y permanecer tranquilo, siendo feliz con aquello que consiguió.
El adulto a cargo, dejó caer su cabeza sobre uno de los hombros del menor, una de sus manos tenia sujetado al pequeño Itadori de la cintura por seguridad, demasiado alto el sillón -según el-, y la otra estaba estirada por el respaldo del mueble.
Sin embargo, Nobara y Fushiguro, no eran tontos. No es que pensaran mal de su profesor pero a veces -seguidamente- la palabra ''inmadurez'' poseía al hombre y no era de fiar, sobretodo porque ahora había un menor inocente con ellos, así que no podían dejar de vigilarlo pero tampoco podían quitarle al pequeño Yuuji. Ya lo habían intentado y habían fracasado. Y estaban un poco preocupados.
El pequeño Yuuji significaba mas cuidado ya que esta en una etapa donde no reconoce a ninguno de ellos, así que es normal que no sepa lo que pasaba o donde exactamente estaba. Y eso los obligo a mentir, almenos hasta que vuelva a tener la edad correcta.
Megumi y Kugisaki dijeron ser su hermano y hermana mayor, aunque el pequeño pelirosa bien sabia que no tenia hermanos de sangre, así que solo dijeron ser primos segundos de un tercer tío que se caso por quinta vez y es por eso que de cariño eran como sus hermanos. Yuuji no entendió pero les creyó mas rápido, porque familia era familia y eso significaba, que no estaba solo.
Gojo, por otro lado, solo dijo ser su amigo. Ya había suficientes hermanos.
—Satoru-kun puede quedarse dormido si quiere.— Gojo levanta su rostro al escuchar como el pequeño interpretaba el gesto que hizo como si estuviera cansado.
—Estoy bien Yuuji-kun— pronuncia divertido al sentir como su estudiante se preocupaba por el—no tienes porque preocuparte por mi.
—Pero mi abuelo me enseñó a ser mas amable con las personas heridas.
Satoru levanta una ceja ciertamente sorprendido.
Herido, el?
Nunca.
—De que hablas Yuuji-kun?, yo no estoy herido.
—A no?— Yuuji pregunta confundido volteándose para estar frente a su profesor—Pero lleva una venda en los ojos, no tiene que mentir. No es bueno. Nunca le dijeron?
Satoru carcajea llevándose una mano hacia el rostro.
—No estoy enfermo pequeño Yuuji— Gojo en un arrebato divertido, abraza al menor, estrujando su rostro en la polera roja que usaba el pelirosa. — ¿Quieres saber porque llevo esto en mis ojos?— pregunta estirando la banda negra que estaba en sus ojos provocando curiosidad en los irises dorados.
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𝘔𝘪 𝘴𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦 | 𝘎𝘰𝘺𝘶𝘶
FanfictionDebido a una maldición, Yuuji es un niño. Un niño que llegó a cambiar la suerte de Gojo.