Las personas siempre prometen que los sueños se hacen realidad, pero nadie menciona que las pesadillas son sueños también.
¿Que es navidad si no una fecha especial para estar en familia y con amigos? Disfrutar lo que tienes y compartirlo con quien amas. La época navideña está a flor de piel, las personas respiran el aire con aroma a pino, adornan sus moradas y se visten con sus mejores galas para una de las fechas más importantes del año, alegres de festejar, claro, sin saber que hace algunos años el mundo como lo conocían pudo haber cambiado horriblemente.
El ambiente era cálido, el aroma a canela, papel de regalo, chocolate caliente y obviamente, alcohol decoraban el lugar, claro, con algunas decoraciones baratas de por medio compradas en alguna tienda de servicio apresuradamente, pero eso no importaba si todos estaban felices. Por alguna razón que ella no entendía aún, la navidad hacía qué las personas se volvieran más amables y alegres, era como si realmente fuera especial y mágica, pero claro, no ella; sentada en una silla plástica mientras tenía un vaso de esa bebida chocolatada humeante en su mano izquierda, revisando su teléfono para evitar hacer contacto visual con alguien y hacer conversación, con un gesto que era, simplemente: malhumorado. Sin lugar a dudas esta festividad no le gustaba, no es que hubiera vivido una experiencia traumática en aquellas fechas ni nada por el estilo, simplemente, estaba amargada por tener que pasar navidad en una insípida fiesta obligatoria de trabajo en vez de estar con su mejor amigo Jamie."Demonios" Fue lo único que logró decir entre dientes mirando su celular.
"¿Todo bien tn?" Se acercó una compañera de trabajo a ella, de mediana edad, pero bien conservada, caucásica, con gesto tranquilo, casi amable, de no ser por que esa compañera de trabajo no le había dirigido la palabra en el año que había trabajado ahí, y solo lo hacía por hipócrita cortesía
"Sí todo bien" se limitó a decir la joven, sin apartar la vista de su pantalla
"Bueno" dijo la mujer sentándose a su lado mientras aprovechaba para retocar su maquillaje
"Intenté ser amable al menos una vez antes de que te fueras niña" dijo aplicándose polvo en las mejillas y nariz de rasgos finos
"Supongo que estas fiestas no son muy divertidas para ti" comentó viendo a través del pequeño espejo redondo a la joven"Cierto, no me siento para nada cómoda" respondió la joven a secas, incómoda con la conversación
"Y ¿todo esto es porque eres, algo rara?" Preguntó la mujer tranquilamente, que si bien no lo dijo con mala intención no había pensado mucho sus palabras
La chica no pudo hacer más que al escuchar eso apagar su teléfono, mirar a la mujer a su lado y contener su molestia, había trabajado un año en esa pequeña empresa por que necesitaba el dinero, ahora que era una joven adulta, y si, era difícil para ella entablar relaciones, pero ellos tampoco habían sido muy amables con ella, y ahora estaba en esa fiesta navideña laboral obligada, sin su mejor amigo, claro que no iba a estar sonriente.
"¡No soy rara, es solo que ninguno de ustedes me agrada!" Espetó molesta, con un tono de voz lo suficientemente fuerte para que todos escucharan en esa pequeña habitación llena de cubículos, aparatos de oficina y ponche con alcohol.
Por un momento todas la sala quedó en silencio, mirando a la empleada más novata, extrañados, tenía la cara roja de vergüenza e ira, y al no poder contenerlo más se paró rápidamente, tomó su bolso y caminó hasta la salida. "Renuncio" dijo simplemente antes de salir del lugar. Avanzó unos cuantos pasos mientras la nieve caía en pequeños copos sobre ella, deteniéndose ya donde nadie la podía ver, tocándose la cara.
¡¿Cómo rayos había pasado todo eso en la fiesta, ella jamás reaccionaba de esa manera?! Y ¿Por qué la habían llamado rara? Sabía muy bien que era algo callada e introvertida y odiaba las multitudes pero no era como para llamarla así? No era fan de la navidad pero eso no era como para que la vieran como una mala persona o como una especie de grinch?!
¿Acaso alguien detestaba la navidad tanto como ella?
¿Acaso alguien la entendería algún día? Tal vez jamás lo sabría, solo había alguien que la hacía sentir cómoda, y esa noche, no había podido estar con él, por culpa de un empleo mal pagado, donde a nadie le importaba. Sin querer darle más vueltas al asunto, avanzó en silencio hasta su hogar, caminando por la acera llena de blanca nieve, viendo las lámparas y cables de luz, mirando todo para evitar pensar en lo ocurrido.
Cuando se dio cuenta ya había llegado a la puerta de su casa, buscó en su bolsa las llaves las cuales encontró rápidamente gracias a que llevaban un llavero bastante particular, una figurilla de un chico albino con una sudadera azul, nieve y un bastón, regalo de navidad de su mejor amigo Jamie y solo por eso lo conservó, al sacar las llaves y intentar meterlas en la cerradura, una sombra notoriamente alta se reflejó en la puerta, rápidamente la joven se dio la vuelta para ver de qué o quién se trataba, esperando lo peor, con algo de miedo, pero para su sorpresa no había nadie detrás de ella ni en los alrededores de ahí, lo dejo pasar sin pensar mucho en eso, al abrir la puerta y encender la luz encontró su hogar tal y como lo dejó, se despojó de sus zapatos y bolsa, avanzó a su habitación, se quitó de sus ropas y las cambió por unas más cómodas y con sus últimas energías encendió su celular, buscando el contacto de su amigo para enviar el simple mensaje de 'Ya estoy en casa' antes de caer en los brazos de morfeo.En algún lugar del mundo, unas horas antes...
No recordaba en qué instante el tiempo se tornó irrelevante; lo último que sabía era que se encontraba confinado en ese lugar frío y oscuro por el resto de su eternidad. ¿Qué había hecho mal?
Desde que tenía memoria, su existencia se regía por un único propósito: infundir miedo. Sentía una profunda molestia y tristeza, derrotado hace ya varios años. Sin embargo, eso no era el verdadero problema; el verdadero dilema residía en que él solo cumplía con su deber, pues eso era lo que dictaba su existencia, ¿no es así?
Él existía para sembrar pesadillas y temor.
Sentado en el suelo gélido, con las piernas recogidas y abrazando sus rodillas, habían transcurrido muchos años desde su derrota. Desde entonces, había perdido interés en casi todo, y esa fecha en particular no hacía más que agravar su estado. Era Nochebuena, y él se hallaba sumido en su agujero, hundiéndose aún más en su melancolía habitual. No era su culpa estar en ese lugar ni haber sido elegido para provocar pesadillas. Simplemente, hacía lo que debía hacer, ¿acaso resultaba tan difícil de comprender? No articulaba palabra alguna, demasiado abatido incluso para entablar un diálogo consigo mismo, algo que solía hacer para aliviar su condena de soledad. Ni siquiera había creado a sus caballos de pesadilla para hacerle compañía en mucho tiempo.
De pronto por una pequeña grieta se filtró algo, un pequeño rayo de luz lunar de invierno, jamás había pasado eso desde su estadía en ese agujero, aquel ser al notar la fuga de luz a su guarida de soledad se puso de pie y se acercó para ver de donde provenía, sus manos fueron las primeras en tocar los rayos de luna, el ente volteo hacia arriba solo para ver la luna llena sobre él en todo su esplendor y brillo y después de mucho tiempo en la oscuridad.
"Hola viejo amigo" Musitó suavemente, en tono nostálgico "¿Cuánto tiempo eh? Supongo que finalmente cerradas el negocio de Pitch Black para siempre" Preguntó retóricamente, acostumbrado al silencio de Hombre de la luna, pero, por primera vez en mucho tiempo, Pitch escuchó algo que no fuera el mismo ni el sonido de la soledad de su cueva; la luna le habló al ente de las sombras, le dijo algo que solo él pudo entender, ahí bajo la luz gélida que se filtraba en su cueva y que lo hacía sentir extrañamente reconfortado, en paz. Sin saber cómo, o por qué, se encontraba caminando hacía alguna parte de los túneles de su propia guarida, a un lugar que ni él mismo conocía, perdido en una especie de trance, siguiendo la luz de la luna en el suelo, hasta que después de unos largos minutos, lo vió, una salida, una salida de su prisión.
"Estoy...fuera" Dijo en un susurro, viendo el cielo nocturno en medio de una zona boscosa y llena de nieve, feliz de ser libre de nuevo, miró a la luna, esperando saber por qué había sido liberado, por que volvía a ser libre, pero antes de que algo ocurriera, cerca de él pasó algo, o alguien, hace tanto que no veía a un humano, y solo por curiosidad, decidió seguirla, tal vez...podría asustarla.
Miró a la joven, avanzar hacia algún lugar, y le pareció raro, era Nochebuena, y ella, estaba sola, caminando en el frío, siguiéndola entre las sombras hasta lo que parecía la vivienda de la chica, observándola buscar seguramente sus llaves, para entrar, fue ahí que al ver el manojo de llaves en la mano de ella, notó la pequeña figurilla que adornaba las llaves, y que reconoció inmediatamente."Jack Frost..." dijo irguiéndose, mirando a la joven con extrañeza, ¿por qué una humana tendría una figura de Jack Frost? Los adultos no podían verlos hasta donde sabía así que todo esto le parecía raro ¿Es por esto que hombre de la luna lo había liberado?. Sus pensamientos fueron detenidos en un instante, al ver cómo la joven se giraba rápidamente a dónde él estaba, no podía verlo, claro que no, pero reconoció el sentimiento de la joven al instante, era ese mismo que lo mantenía vivo, su razón de ser y existir, ella tenía miedo, de él. Se quedó ahí un poco más, hasta que la joven entró a su hogar, quedando él fuera, bajo la nieve, mirando la puerta de la casa.
"¿Por qué estoy aquí realmente? Preguntó mirando a la luna de nuevo, con gesto acusador "¿Que tiene que ver esa humana conmigo?" Silencio, solo eso recibió, pero claro, la duda se anidó dentro de Pitch, años de encierro, para ser liberado justamente en nochebuena, por medio de un túnel dentro de su guarida que no solía estar ahí, sólo para encontrarse con esta joven, que, de cierto modo, parecía haber notado su presencia. Acaso ¿estaba pasando lo que él pensaba?
"¿Quieres que vuelva, cierto?" Preguntó sin apartar la mirada de la luna
"Convenceme"
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Dulces Pesadillas (Pitch Black x Lectora)
FanfictionHan dicho que solo soy un mal sueño, que soy solo una fantasía. Los padres insisten en que los niños no deben temerme porque no existo. Pues ya estoy cansado de oírlo. Cada parte de mi ser envidia a esos guardianes, que reciben el afecto y la atenci...