Monster [ Eleceed ]

19

Elena estaba caminando por los pasillos de la empresa de su abuelo su traje azul obscuro mostraba el bien trabajado cuerpo que tenía, se sentía nerviosa no lo iba a negar, no sabía con qué cosas le saldría ese viejo, que de viejo no tiene ni la cara, pero bueno, entro al cuarto sin pedir permiso viendo a dos de las personas que menos creía ver hoy. 

"Buenas tardes abuelo, Inhyk Goo de SHINHWA y Seongha Park de la Unión buenas tardes" dijo Elena haciendo una reverencia, se preguntaba porque ellos estaban hay. 

"Elena, supongo que los conoces, ellos piden nuestra cooperación como grupo, para buscar a los hermanos Klein y al Dr. Delein" dijo seriamente Belfegor, no estaba contento con eso, pero no podía hacer nada, ya que su nieta era la encargada de esta área.  

"Ya veo, pondré a mis hombres para buscarlos, cualquier otra cosa señores saben dónde encontrarme" 

"De acuerdo señorita Elena, con su permiso nos retiramos" dijeron ambos, se podía sentir la tención cuando la chica entro, ni siquiera los estaba viendo, ellos solo salieron para después irse.

"Enserio los piensas ayudar, Elena" 

"Abuelo, ya sabes que lo aria con o sin tu permiso, además no nos afecta esto en casi nada, seria pan comido para nosotros" 

"De acuerdo, pero si perdemos hombres por esto, la responsabilidad va a recaer en ti"

Elena solo sonrió y salió de ahí rápido, si seguía su abuelo así fácilmente podría tener tratados de paz con otros grupos, eso la ponía feliz. 

Elena se subió a su moto, para partir de inmediato a la Unión, ya había mandado a llamar a varios de sus hombres, no le importo la velocidad a la que iba solo le importaba llegar antes de que su abuelo cambiara de opinión. Una vez hay le dieron toda la información y dividió a su grupo para una mejor búsqueda. Todos los presentes se sorprendieron del manejo de la chica con su grupo. 

También veía a los heridos, perecía que todos estaban mal psicológicamente, había rastros de habilidades despertadas, quien quiera que fuera era fuerte con esa habilidad. 

"Llamen a todos y digan que aparte de los que estamos buscando hay uno con habilidades psíquicas, todos tengan cuidado" Los subordinados asintieron y se fueron Elena mando a llamar a varios curanderos de su grupo para que ayudaran. Iba a seguir dando órdenes, pero le llego un mensaje de los chicos. 

*Estamos yendo a la casa de Wooin, ven te esperamos* 

Elena solo dejo a alguien a cargo y se fue de ahí rápidamente, llegando aquel departamento pequeño. Al llegar los cinco chicos ya la esperaban. 

"Donde estabas, Elena fuimos a buscarte a tu casa y no estabas" pregunto Jiwoo al ver bajar a la albina de su moto. 

"Me pidieron ayuda para buscar a unos delincuentes fugados de la Unión" dijo Elena viendo fijamente la expresión decaída de Wooin. 

"El Dr. Delein es mi maestro" confeso como sus amigos estaban de verdad preocupados. 

"¿Eres su discípulo?, ¿Enserio?" preguntaron sorprendidas ambas chicas. 

"¿Quién es ese?" pregunto confundido Jisuk 

"Es un despertado buscado por realizar experimentos prohibidos" respondió Subin. 

"¿Qué le paso al doctor Delein?" pregunto Jiwoo. 

"Escapo, la Unión y ahora Elena lo están buscando" contesto desanimado.  

"Elena sabes algo del profesor de Wooin" pregunto Subin viéndola. 

"Aun no, pero ya le dije a mi grupo que prioricé la búsqueda de Delein, no importa quien tenga a tu maestro Wooin lo traeremos de vuelta" 

Todos estaban sorprendidos, pero si podían ayudar a buscar al profesor de su amigo lo harían, preguntaron los lugares donde en donde podría estar él, para también empezar ellos la búsqueda, pero los vigilantes de los chicos empezaron a convertirse en obstáculos.   

"Son agentes de la Unión, oigan ¿qué tal si los perdemos?" propuso Subin sacando su cabeza por la barandilla de la azotea. 

"Mi maestro es un hombre buscado y escapo de la Unión ¿Están seguros de querer ayudar" hablo Wooin indeciso. 

"No te preocupes, además si es por un amigo, lo haremos" dijo Elena intentando tranquilizar al peli negro. 

"Comencemos" emocionado Jisuk activo su habilidad "Podremos llegar más lejos con la ayuda del viento, así es como nos desharemos de los agentes ¡Vamos!" 

Elena se amarro el cabello en una coleta alta, esto para ella será emocionantes ya luego pensaría en los problemas que se allá metido. 

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El grupo de amigos se había desplazado por una gran parte de la ciudad en búsqueda de alguna pista, pero todos los lugares a los que iban estaban vacíos. Elena se estaba desesperando su grupo aun no encontraba al doctor, había apagado su teléfono porque no paraba de recibir llamadas que no eran importantes en ese momento. 

"No pongas esa cara, te aseguro que lo encontraremos, toda Corea está siendo revisada por todos lados" dijo la ojirosado viendo la cara de Wooin.

"¿Creíste que lo encontraremos fácilmente?" dijo Jisuk. 

"No, no es eso, por mí, puede que todos ya estén en problemas" bajo la cabeza. 

"Dime ¿desde cuándo no estamos en problemas?, más ese dúo problemático" sonrió Elena.

"Uno mas no hará mucha diferencia" siguió Subin. 

"Wooin ¿hay otros lugares?" pregunto animado Jiwoo. 

"Deben ser unos cinco más, vamos a separarnos, ya es tarde, les daré las direcciones" contesto mirando como se ocultaba el sol. 

Cuando todos recibieron las indicaciones de cada lugar, cada uno se fue por caminos diferentes. Elena llego a un edificio abandonado, la albina lo recorrió de abajo a arriba y no encontró nada. Elena rendida solo suspiro y se dio la vuelta para irse, pero un fuerte temblor le hizo agarrarse de la pared, al estar ya mejor saco su cabeza por el borde de la azotea, viendo a cinco agentes de la Unión siendo rodeados por bolas de fuego. 

"Pero si es ese bastardo" Elena rápidamente creo una lanza y apuntando al Hermano Klein la lanzó, quien gritando de dolor vio como una lanza lo atravesaba, "Yo digo que la lanza te queda muy bien pero el color debería ser diferente" dijo Elena saltando del edificio y aterrizando enfrente de los agentes. "Yo me encargo de esto ustedes aseguren el área" 

"¡Señorita Elena!" gritaron alegres al verla, si bien era un poco humillante esa situación sabían que la albina podía arreglársela sola, además era más fuerte que todos ellos juntos. "Si señorita aguante"