𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐔𝐍𝐎

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—Debo serle honesto señor Shim, no ha habido mejorías en su estado, pronto…— se detuvo viendo las facciones estáticas del rubio— Pronto usted podría…

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—Debo serle honesto señor Shim, no ha habido mejorías en su estado, pronto…— se detuvo viendo las facciones estáticas del rubio— Pronto usted podría…

—Ya lo se— dijo el hombre suspirando y sonriendo como si nada— ¿Cuánto tiempo me queda doctor?— preguntó aún con aquella sonrisa y esos ojitos acuosos que rompieron su corazón.

—Bueno, basado en su condición, el tiempo estimado es de menos de un año— dijo carraspeando evitando que su voz se quebrará, era un profesional y ya había hecho esto miles de veces y sabía muy en el fondo que tarde o temprano el chico frente a él, por más poco optimista que sonara, perdería la lucha debido a que según sus exámenes anteriores y registros de estudios pasados desde muy pequeño fue débil y propenso a morir, era un milagro que a sus veintiséis años siguiera con vida, hasta ahora al menos. Aún así Park Sunghoon sentía un vacío enorme en su pecho al dar aquella noticia luego de dos años de intentar lo imposible para que el chico que siempre fue alegre y positivo tuviera más años por delante, pero al parecer solo estaba retrasando lo inevitable y ya no podía hacer mucho más. A veces… sentía que Dios era injusto, más bien la mayoría de veces ¿Simplemente no podía dejar que un ángel como lo era Shim Jake pudiera permanecer más en la tierra?

—Entiendo... — dijo tranquilo aún con aquella sonrisa que parecía ser más de alivio— Debería aprovechar el poco tiempo que me queda ¿verdad?— el pelinegro asintió dándole la razón— Debería… comer lo que quiera, dormir cuánto quiera, ir a tantas fiestas como quisiera…¿No es así?— su voz sonaba extraña y Sunghoon lo notó mirándole sin ninguna expresión realmente ya que eso no sería profesional pero Jake veía en sus ojos el brillo de la pena y quizás, solo quizás algo más. Algo que lo empujó a ser honesto como nunca antes— Aunque, lo que más deseo hacer es declararme a la persona que me gusta, si me voy así…. Sin decirle lo que siento, estar aquí nunca habría valido la pena— el mayor no podía apartar la mirada del contrario quien hasta ahora había demostrado el verdadero dolor que sentía con las expresiones en su rostro que intentaban formar una sonrisa pero solo terminaban siendo una mueca.

—Pues dile— soltó— Si es una persona con dos dedos de frente de seguro habrá visto que eres un ser maravilloso, no hay que ser un genio para saber eso, para tomarte cariño… no hay que saber todo sobre ti, eres increíble, eres fuerte y alguien que estoy seguro muchos aman, incluido esa persona… algo me dice que es así— dijo de manera casi automática al chico dándose cuenta de porque sentía a su corazón tronar como si estuviera agrietándose preparado para romperse, él se había enamorado de su paciente y quizás cuando esté saliera de su probable última consulta se echaría a llorar. ¿cómo había podido pasarle algo así?

¿Fue cuando lo vio por primera vez? ¿Acaso fue cuando le sonrió? ¿Quizás cuando le hablo de todas sus aspiraciones y sueños? ¿Pudo ser cuando lo envolvió con su positivismo? O tal vez simplemente su existencia lo enamoró. ¿Que tan tonto podía ser? no era solo enamorarse de alguien con quién debía tener una relación estrictamente profesional sino también que se había enamorado de alguien que desde un inicio nació para ser efímero. Era un idiota sobre todo uno con un amor unilateral o al menos eso era lo que pensaba.

𝐈𝐍 𝐌𝐘 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓-JakeHoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora