𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐒

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—Siempre quise venir aquí— dijo Jake sonriendo recostándose en el amplio espacio que había entre aquellas flores color violetas incitando al mayor a recostarse a su lado— Ven Hoonie, el cielo es mucho más lindo si lo ves desde aquí— Sunghoon sonri...

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—Siempre quise venir aquí— dijo Jake sonriendo recostándose en el amplio espacio que había entre aquellas flores color violetas incitando al mayor a recostarse a su lado— Ven Hoonie, el cielo es mucho más lindo si lo ves desde aquí— Sunghoon sonrió haciéndole caso y tomando la misma posición que el mirando hacia aquel velo azul cubierto por nubes blancas donde se asomaba un increíble y extraño arcoíris a pesar de que no había llovido ni tampoco había señales que de sucedería— Vaya … mira lo hermoso que es— dijo el menor refiriéndose a aquellas franjas coloridas que adornaban el cielo.

—Si que lo es, tanto como tú— dijo volteando a ver al rubio quien ya lo miraba sonrojado— Pero tú eres aún más hermoso— agregó viendo como Jake volvía su vista al cielo completamente mudo.

—Harás que mi corazón se detenga si sigues diciendo cosas así— dijo con gracia soltando un suspiro tranquilo sintiendo la mirada de reproche del mayor quien estaba a punto de decirle que no bromeara de esa forma pero Jake fue más rápido expulsando un deseo— ¿Sabes?... Ahora que veo este hermoso arcoíris, deseo al morir convertirme en uno, no importa si es un día lluvioso o no, de hecho espero que sea tan soleado como este, quiero que cada año justo en la fecha en que deje está tierra, justo a la misma hora, un hermoso arcoíris en medio de un enorme sol aparezca— dijo sonriente— Cuando veas eso, sonríe soy yo y… créeme que te estaré diciendo que estoy bien y feliz— agregó dejando que se escapara una lágrima— Sunghoon, me harás aún más feliz si puedes seguir con tu vida cuando yo parta, no te ahogues en la tristeza porque no soportaría ser el causante de ella— volteo a verlo otra vez viendo como esté cubría sus ojos con su ante brazo ocultando sus ojos llorosos ya que sabía que a Jake no le gustaba verlo llorar, tan solo asintió aunque no sabía si realmente resistiría una vida sin el ahora amor de su vida, Shim Jake.


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—Tu lista no era muy extensa— dijo el mayor viendo la hoja en sus manos con el ceño fruncido.

—No me gustan los excesos —respondió simple el menor en aquella tienda departamental— Estaba bromeando cuando dije que quería ir a un millón de fiestas, comer lo que quisiera y hacer cuánto quisiera, como siempre me preparé para una vida corta no hice muchos planes, tampoco tuve muchos deseos, terminar la escuela y graduarme de una carrera era suficiente— dijo mientras veía un enorme reloj de sol con extrañez.

—Pero… ¿Realmente no deseabas más que esto Jake?— preguntó— Podemos hacer lo que quieras ¿Por qué venimos aquí a comprar…? ¿Qué venimos a comprar?— preguntó desubicado realmente no sabiendo el porque estaban ahí.

—Declararme a la persona que me gusta, ir a al monte Hallasan y…— se detuvo mirando a una dirección en concreto algo que realmente añoraba pero sabía que no podría tener, una familia propia. Miró a aquella pareja que suponía eran esposos, por la clara alianza que brillaba en sus dedos anulares, uno tenía el pelo azabache y el otro un hermoso color azul en su pelo, ambos iban agarrados de la mano a paso lento dirigiéndose al área de bebés, el de cabellos negros parecía feliz y su compañero también por lo que suponía que querían tener hijos e iban con ilusión hacia esa área en concreto, pero cuando vio al de ojos sagaces acariciar el vientre de su pareja, supo que ya estaban a la espera. El nunca podría tener algo así, jamás formaría una familia, al menos no con Sunghoon, jamás tendrían unos pequeños llamarle papá ni a los que enseñarle montar bicicleta, tampoco tendría mascotas a las cuales ducharía con ellos y pronto ya no comería los deliciosos hotcakes que preparaba el mayor.

—¿Jakey?— Sunghoon miró en la dirección en la cual el rubio miraba con aquella mirada triste y se percató de lo que veia, aquella pareja se veía feliz ¿Tendrían bebés? Se preguntó al ver la escena e instintivamente llevó una mano a su abdomen sintiendo un vacío inexplicable ¿El no… tendría aquello? No, no lo tendría, porque si lo quería pero solo con Jake. Parpadeo un par de veces y llamó nuevamente al ahora apagado chico que en cuanto reaccionó sonrió como si nada.

—Solo veía ese color ¿Cómo crees que me quedaría a mi?— preguntó sonriente intentando disipar sus ideas absurdas de tener una familia.

—Yo… creo que te quedaría hermoso— dijo sincero intentando no tocar el tema de la familia, Sunghoon podía ver qué era doloroso para Jake y también lo era para él. Aunque luego de ratos dando vueltas en el establecimiento el pelinegro notó porque estaban ahí, Jake solo iba a ver a las personas, específicamente a aquellas que las unía el matrimonio y Sunghoon solo pensó, seis meses habían pasado volando y tan solo había encontrado infinitas razones para enamorarse aún mas de Shim Jake. Quería casarse con él, podían formar una familia ellos dos, un anillo solo era eso pero entre ellos sería mucho más, incluso después de que el menor partiera el estaría aferrado a él y aquella alianza porque no habría nadie después de él.

Sunghoon tomó como excusa que necesitaba ir al baño pidiéndole al contrario que lo esperara justo en ese lugar recibiendo un ligero asentimiento. El pelinegro se dirigió a la joyería más cercana y sin importar el costo vio los anillos de plata más sencillos pero hermosos, justo como su Jake, y los pagó sin remordimiento.

Cuando regresó a dónde se encontraba el rubio, este se asustó al verlo respirar de manera irregular como si hubiera corrido un maratón, sudado y con una mirada de completa seguridad.

—Sunghoon-ah! ¿Qué te pasa?— preguntó sintiendo una gran sorpresa cuando el mayor lo apretó fuerte encerrando su cuerpo sin querer soltarlo llamando la atención de algunos presentes.

—Tú y yo, podemos ser una hermosa familia— dijo en un susurró — Jake, casémonos.

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𝐈𝐍 𝐌𝐘 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓-JakeHoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora