I.III ¿Quién eres? (Parte 2)

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Despierta encadenada en una habitación rodeada de paredes color gris y luces amarillas situadas tan cerca de su piel que la hacían sudar. 

- ¿Cómo te llamas? - Preguntó una voz desconocida vestida de blanco. 

Ella ignoró la pregunta y se dispuso a recorrer con sus dedos las cadenas que la sostenían.

- Llevas aquí más de un mes y aún no hemos progresado en nada. - Comenta la Doctora mientras se levanta del sillón y deja de lado su libreta. - Lo único nuevo en cada sesión son los sitios de los hematomas que traes en todo el cuerpo, y aún no sé el por qué de las mismas - Agrega  un poco más desalentada de lo habitual a medida que se aproxima a ella. - No entiendes que lo único que quiero es ayudarte - explica mientras toca suavemente el dorso de su mano. 

Ella retira la misma en espera que se aleje. La médica entiende el mensaje y da un paso atrás. Se mueve hacia el escritorio en busca de los archivos, toma su expediente y lee. 

"Caso #94. Nombre: desconocido. Edad: veinticuatro años. Sexo: Mujer. Situación de ingreso: Paciente esquizofrénica paranoide que presenta brotes psicóticos autolesivos. Previo a su internación: Paciente intercurre con brote psicótico durante una presentación científica destruyendo propiedad privada y dejando caer una sustancia desconocida en ambos globos oculares produciendo ceguera parcial, se considera un riesgo inminente para sí y para terceros, se solicita su internación inmediata."

Cierra el expediente y exhala desanimada.

- Sabes, elegí esta carrera no solo porque considero a la mente humana amplia y compleja, - comenta a medida que toma asiento y deja caer su tórax en el espaldar - sino porque los trastornos mentales me parecen algo fascinantes. - agrega con un tono de voz más relajado, cruza las piernas y la mira fijamente a los ojos - todo trastorno tiene un desencadenante, un inicio, un origen que se puede corregir - Continúa - Si tan solo me dejaras ingresar a tu mente, si tan solo me dijeras lo que pasa por tu cabeza, y tal vez, solo tal vez podría convertirte en un ser humano decente, alguien normal, ¿Acaso no te gustaría eso "Noventa y cuatro"? - Pregunta inclinándose hacia adelante en espera de su respuesta.

Aguarda en silencio por unos segundos hasta que una risa descontrolada se escucha en toda la habitación.

- ¡Jajaja, ¿Normal?! - Pregunta divertida. - La normalidad no existe con personas como yo - Responde.

La médica la mira atónita tras su respuesta, pues es la primera vez que le dirige la palabra.

- Ha-blaste... - Dice aún impresionada. 

- Y sé hacer otras cosas también... - Sonríe divertida apoyándose en el espaldar. 

Espera, - Dice percatándose de algo extraño - no, tú no eres ella - agrega acercándose lentamente. - Te disociaste... - Murmura - te disociaste en un tercero - afirma cautivada. - Dime... ¿Quién eres?... - Pregunta estando cara a cara. 

- U-na... zo-rra... - susurra a su oído divertida para luego reírse nuevamente.

La médica retrocede y se toma un momento para analizar su comportamiento y sus respuestas.  

- ¿Cuál es tu nombre?, ¿Con quién hablo ahora? - Insiste con una voz más firme manteniendo su distancia. 

Ella ríe divertida.

¿Qué es lo que quieres de mí? - Pregunta percatándose de su distanciamiento -¿Por qué huyes de mí...? - continua sonriente ladeando la cabeza - ¿Por qué te preocupas por mí?, ¡¿Qué es lo que sabes?! - Agrega golpeando los brazos de la silla con ambas manos. - ¿Intentas...despertarme? -.

No - Responde en voz baja - ya estás despierta - agrega a medida que se dispone a deambular por la habitación. 

Ella la observaba con una sonrisa divertida.

- ¿Puedes verme? - Pregunta intrigada.

- ¿Tú qué crees?... - Sonríe. 

- Eso no es una respuesta - Le dice con tranquilidad. - aún no respondes ninguna pregunta. - agrega. 

- Tampoco tú - suspira cansada. - Dime de una vez, ¿Qué es lo que quieres de mí? - pregunta impaciente - ¿Qué quieres que haga por tí?, ¡Dime! - Insiste molesta - ¡Dime y acabemos con este circo! - Agrega. 

- Solo intento ayudarte... - Insiste. - Y para hacerlo necesito que me des tu nombre - Agrega mientras aparta algunas de las luces que la rodeaban. 

- Tengo muchos nombres -. 

- Dame uno de ellos y quedará entre nosotras - Dice con una sonrisa amistosa. 

- Soy... - Murmura.

De pronto un hombre interrumpe en la habitación.

- Perdone Doctora - dice una voz conocida. - Terminó la sesión, debo llevarme a la paciente. - Agrega mientras se acerca con una silla de ruedas y una jeringa.

- ¿Es necesario? - pregunta la médica mirando a la jeringa. 

- Es el protocolo - Responde mientras procede a inyectar la sustancia. - Bien, es hora de irnos bonita. - Comenta a medida que la traslada somnolienta a la silla de ruedas. 

- ¡Te veo en unos días! - Se despide sonriendo. Se sentía satisfecha por su progreso.

Atraviesan la puerta y ambos salen de la oficina en dirección a su habitación.

Aquél hombre quien se mostraba tranquilo y saludaba sonriente a otros colegas por los pasillos aguardó pacientemente hasta encontrarse solos en el ascensor y revelar sus verdaderas intenciones.

- ¿Te divertiste adentro verdad? - Susurra. - creo que ya olvidaste cómo cerrar tu boca... - comenta molesto mientras presiona fuertemente el hombro de ella. - pero tranquila, hoy ambos lo recordaremos - Agrega divertido mientras las puertas del ascensor se abren.

Del rostro de ella caía una lágrima. Ambos ingresan a la habitación pero él no tenía la intención de salir después de un largo tiempo.

- Por lo menos esta vez no sentiré nada... - Se dijo a sí misma como consuelo mientras la recostaba sobre la cama.

~ SWEET-DARK~Orígenes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora