Despierta encadenada en una habitación rodeada de paredes color gris y luces amarillas situadas tan cerca de su piel que la hacían sudar.
- ¿Cómo te llamas? - Preguntó una voz desconocida vestida de blanco.
Ella ignoró la pregunta y se dispuso a recorrer con sus dedos las cadenas que la sostenían.
- Llevas aquí más de un mes y aún no hemos progresado en nada. - Comenta la Doctora mientras se levanta del sillón y deja de lado su libreta. - Lo único nuevo en cada sesión son los sitios de los hematomas que traes en todo el cuerpo, y aún no sé el por qué de las mismas - Agrega un poco más desalentada de lo habitual a medida que se aproxima a ella. - No entiendes que lo único que quiero es ayudarte - explica mientras toca suavemente el dorso de su mano.
Ella retira la misma en espera que se aleje. La médica entiende el mensaje y da un paso atrás. Se mueve hacia el escritorio en busca de los archivos, toma su expediente y lee.
"Caso #94. Nombre: desconocido. Edad: veinticuatro años. Sexo: Mujer. Situación de ingreso: Paciente esquizofrénica paranoide que presenta brotes psicóticos autolesivos. Previo a su internación: Paciente intercurre con brote psicótico durante una presentación científica destruyendo propiedad privada y dejando caer una sustancia desconocida en ambos globos oculares produciendo ceguera parcial, se considera un riesgo inminente para sí y para terceros, se solicita su internación inmediata."
Cierra el expediente y exhala desanimada.
- Sabes, elegí esta carrera no solo porque considero a la mente humana amplia y compleja, - comenta a medida que toma asiento y deja caer su tórax en el espaldar - sino porque los trastornos mentales me parecen algo fascinantes. - agrega con un tono de voz más relajado, cruza las piernas y la mira fijamente a los ojos - todo trastorno tiene un desencadenante, un inicio, un origen que se puede corregir - Continúa - Si tan solo me dejaras ingresar a tu mente, si tan solo me dijeras lo que pasa por tu cabeza, y tal vez, solo tal vez podría convertirte en un ser humano decente, alguien normal, ¿Acaso no te gustaría eso "Noventa y cuatro"? - Pregunta inclinándose hacia adelante en espera de su respuesta.
Aguarda en silencio por unos segundos hasta que una risa descontrolada se escucha en toda la habitación.
- ¡Jajaja, ¿Normal?! - Pregunta divertida. - La normalidad no existe con personas como yo - Responde.
La médica la mira atónita tras su respuesta, pues es la primera vez que le dirige la palabra.
- Ha-blaste... - Dice aún impresionada.
- Y sé hacer otras cosas también... - Sonríe divertida apoyándose en el espaldar.
- Espera, - Dice percatándose de algo extraño - no, tú no eres ella - agrega acercándose lentamente. - Te disociaste... - Murmura - te disociaste en un tercero - afirma cautivada. - Dime... ¿Quién eres?... - Pregunta estando cara a cara.
- U-na... zo-rra... - susurra a su oído divertida para luego reírse nuevamente.
La médica retrocede y se toma un momento para analizar su comportamiento y sus respuestas.
- ¿Cuál es tu nombre?, ¿Con quién hablo ahora? - Insiste con una voz más firme manteniendo su distancia.
Ella ríe divertida.
- ¿Qué es lo que quieres de mí? - Pregunta percatándose de su distanciamiento -¿Por qué huyes de mí...? - continua sonriente ladeando la cabeza - ¿Por qué te preocupas por mí?, ¡¿Qué es lo que sabes?! - Agrega golpeando los brazos de la silla con ambas manos. - ¿Intentas...despertarme? -.
- No - Responde en voz baja - ya estás despierta - agrega a medida que se dispone a deambular por la habitación.
Ella la observaba con una sonrisa divertida.
- ¿Puedes verme? - Pregunta intrigada.
- ¿Tú qué crees?... - Sonríe.
- Eso no es una respuesta - Le dice con tranquilidad. - aún no respondes ninguna pregunta. - agrega.
- Tampoco tú - suspira cansada. - Dime de una vez, ¿Qué es lo que quieres de mí? - pregunta impaciente - ¿Qué quieres que haga por tí?, ¡Dime! - Insiste molesta - ¡Dime y acabemos con este circo! - Agrega.
- Solo intento ayudarte... - Insiste. - Y para hacerlo necesito que me des tu nombre - Agrega mientras aparta algunas de las luces que la rodeaban.
- Tengo muchos nombres -.
- Dame uno de ellos y quedará entre nosotras - Dice con una sonrisa amistosa.
- Soy... - Murmura.
De pronto un hombre interrumpe en la habitación.
- Perdone Doctora - dice una voz conocida. - Terminó la sesión, debo llevarme a la paciente. - Agrega mientras se acerca con una silla de ruedas y una jeringa.
- ¿Es necesario? - pregunta la médica mirando a la jeringa.
- Es el protocolo - Responde mientras procede a inyectar la sustancia. - Bien, es hora de irnos bonita. - Comenta a medida que la traslada somnolienta a la silla de ruedas.
- ¡Te veo en unos días! - Se despide sonriendo. Se sentía satisfecha por su progreso.
Atraviesan la puerta y ambos salen de la oficina en dirección a su habitación.
Aquél hombre quien se mostraba tranquilo y saludaba sonriente a otros colegas por los pasillos aguardó pacientemente hasta encontrarse solos en el ascensor y revelar sus verdaderas intenciones.
- ¿Te divertiste adentro verdad? - Susurra. - creo que ya olvidaste cómo cerrar tu boca... - comenta molesto mientras presiona fuertemente el hombro de ella. - pero tranquila, hoy ambos lo recordaremos - Agrega divertido mientras las puertas del ascensor se abren.
Del rostro de ella caía una lágrima. Ambos ingresan a la habitación pero él no tenía la intención de salir después de un largo tiempo.
- Por lo menos esta vez no sentiré nada... - Se dijo a sí misma como consuelo mientras la recostaba sobre la cama.
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~ SWEET-DARK~Orígenes.
Fantasy** Nuevos capítulos cada semana ** 🌹🖤Mediante este libro conocerás la historia de Sweet Dark, el primer humano en entrar al reino de la Legion Dark. Adéntrate en sus más oscuros recuerdos, sé parte de sus emociones, sus vivencias y averigua cómo u...