Capítulo 20: Legado

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Hola gente

¡LA INSPIRACIÓN REGRESÓ! Wiiiii

En fin, disfruten la lectura, cualquier error me lo hacen saber

Capítulo 20: Legado

Sakurako Sano observaba con cierta gracia la forma tan desesperada en que su esposo buscaba hacer reír a Manjiro, el bebé parecía más concentrado en una mancha en el techo que en los gestos que hacía su padre.

"Si sigues haciendo muecas, Manjiro va a llorar"

"No lo hará, mi hijo es fuerte" En el momento en que terminó de decirlo el bebé comenzó a gimotear "No, no, no llores, Manji, papá está aquí"

Sakurako sonrió ante la imagen de Makoto arrullando al bebé con toda la delicadeza de la que era capaz "No lo muevas tanto o va a vomitar"

"Entiendo, entiendo" El hombre empezó a mecerlo más despacio, sonriendo orgulloso cuando el pequeño dejó de llorar "¡Lo logré!"

Después del grito el bebé volvió a llorar causando pánico al mayor que buscaba tranquilizarlo de nuevo, mientras eso ocurría Sakurako solo podía burlarse en silencio, seguro si Shinichiro estuviera ahí se burlaría de su padre por hacer llorar a Manjiro.

Pero Shinichiro no estaba ahí, después de todo no era adecuado que un niño pasara tanto tiempo en el hospital, sobre todo porque tenía que ir a la escuela, había faltado mucho por ir a visitarla, su esposo también tuvo que faltar el trabajo por venir a verla y para ver a Manjiro por su puesto, el bebé no podía ir a casa ya que la necesitaba para alimentarlo, nunca imaginó que sus primeras semanas de vida las pasaría en un hospital, rodeado de enfermeras, doctores y ruidos de máquinas.

Aquello solía deprimirla, además de hacerla odiarse un poco, su cuerpo era tan débil y aunque sabía lo mal que podría dejarla tener a su segundo bebé, decidió tenerlo solo porque no quería que Shinichiro estuviera solo cuando sus padres ya no estuvieran, había sido egoísta y terca.

Sobre todo porque no sabía que podía llegar a heredarles a sus hijos, si bien se había alejado de ese otro mundo desde que conoció a Makoto, incluso llevando su apellido ahora, no existían garantías de que aquel clan maldito no los buscara al darse cuenta de su enorme potencial, sin mencionar que mientras más pasara con ellos, más probabilidades había de que compartieran sus habilidades, mismas que ahora la enfermaban.

"Manjiro enserio duerme mucho" Makoto llevó al bebé a su cuna "Espero que ese hábito se le quite cuando crezca"

"Es un bebé, ¿Qué más puede hacer además de dormir?"

"Mis compañeros del trabajo dicen que sus bebés no se quedan quietos" Su tono de voz era un poco más serio "Como si tuvieran energía infinita, en cambio Manjiro... es como si algo le quitara la energía..."

"No sigas" Sakurako no quería escucharlo "Manjiro está bien, no tiene nada, al igual que Shinichiro, son bebés normales"

"No quería decir que no lo fueran, y si tuvieran otro tipo de talentos, tampoco me molestaría"

"Pero no los tienen" Negó con insistencia la mujer, un deje de pánico en sus palabras "Y no van a tenerlos"

"Tampoco es algo malo si llegaras a tenerlos, ya sabes, me alegraría si fueran tan talentosos como su madre"

"No sabes lo que estás diciendo" Sakurako tenía una mano en su pecho, donde su corazón latía débilmente "Más que un talento, es una maldición"

"Encontraremos la cura" Makoto se acercó y abrazó a la mujer en la camilla, arrullándola contra su pecho "Aún si debemos acudir a ellos"

La Maldición de MikeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora