Capitulo 1
El viento soplaba con fuerza, las nubes cubrían al astro rey, el camino estaba vacío.
Era la penúltima hora del día y el frío causaba que los alumnos se mantuvieran dentro de sus aulas, aun cuando no tenían clases.
Bien se decía que febrero estaba loco, aún la mañana de aquel viernes era calurosa, y ahora el termómetro marcaba menos de los 10° centígrados.
Ella caminó apresuradamente hacia la cafetería, la hora del descanso la había ocupado para hacer una tarea (algo nada extraño en la vida de los estudiantes) y ahora tenía hambre.
Su nombre, Alejandra Rodriguez, edad 17 años, estudiante de la preparatoria, siempre alegre, sumergida en un mundo de fantasias y sueños que cualquiera envidiaba. Inocente, infantil, una niña pqueña, un pez dorado, en un estanque de tiburones.
Empujó la puerta distraídamente y, aunque la sintió un poco más pesada de lo normal, lo que la trajo a la realidad fue el líquido caliente que cayó a sus pies.
-Maldición -masculló irritada- Eres un tarado, me quemaste -gritaba sin quitar la vista de sus ahora manchadas calcetas blancas.
-Tú fuiste quien abrió la puerta -la contradijo, sin saber qué hacer.
Los ojos de la chica se abrieron con sorpresa, mientras sus mejillas se teñían de un penoso color rojizo, ahora daba gracias de no haberlo visto a los ojos.
Aquella voz la podría reconocer en cualquier lugar, en cualquier momento.
Trago en seco, sin contestar nada, escuchando los estrepitosos latidos de su córazon, camino al mostrador, ahora con la mente en blanco y la boca seca, características de cuando veía aquel Cronos de la actualidad.
¿Cómo olvidar aquellos ojos verdes y cabello castaño claro, aquella suave voz y perfume masculino?
Aturdida, pidió unos polvorones y un jugo de uva, mientras, al igual que siempre recibía una sincera sonrisa del joven que atendía .
Todos ahi la conocian, por una u otra cosa, las personas de la preparatoria sabain su nombre y contestaban sus saludos matutinos, Ivan era uno de ellos, sabia que siempre pedia jugo de uva, inclusive habia bromeado con ella disiendo que solo lo compraban para ella.
Suspiro, mostrand una suave curva en sus delgados labios.
Estaba frita, tenía dos años viendo de lejos, viéndolo platicar con sus sonrisas a distancia, soñando con sus abrazos y besos, ahora el único recuerdo que él tenía de ella era el de una chica con las calcetas manchadas de café con leche.
Era por eso que lo evitaba a toda costa, para no ser en sus recuerdos nada mas haya de una comedia.
Se escuchó un estruendo desde fuera, la lluvia y los truenos habían comenzado, ¿su día podía empeorar más? Se pregunto internamente, mientras el timbre, que marcaba el inicio de la última clase, le contestaba.
Aquel mismo olor volvió a inundar sus fosas nasales y aquella voz le hablo al oído.
-Me gustan más las canelitas -confesó, provocando que a ella se le erizara la piel.
El corazón de la castaña pareció detenerse un instante antes de retomar su ritmo apresurado, parecido al de un ataque y el estómago se le revolvió.
-He de culparte por la falta que estará en mi historial académico -el joven del mostrador le entrego su pedido a la chica, con otra sonrisa y antes de que esta reaccionara su acompañante le tendió un billete.
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Café con leche
RomanceEl café con leche es una infusión creada para disfrazar el sabor amargo de el café solo, para disfrazar el sabor amargo con uno dulce y delicioso que pudiese disfrutarse en compañía de esa persona especial. Alguien una vez dijo que el hombre sufría...