Capítulo I

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Comisionado por: Hero_DkBk

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La tranquilidad afuera del gran palacio se podía apreciar desde el balcón donde el faraón Izuku observaba con suma tranquilidad mientras tomaba su desayuno sin premura alguna, su mente se encontraba sumida en el preocupante pensamiento sobre las extrañas y desconocidas marcas que habían comenzado a aparecer en su cuello desde hacía un par de días, había tenido que recurrir silenciosamente a los doctores para saber qué eran, pero ni siquiera éstos parecían tener idea de lo que se trataba y eso no hacía más que preocuparlo mucho más, aunque fingiera que nada sucedía realmente puesto que tenía una ciudad entera de la cual hacerse cargo y si él mismo se alarmaba por eso, su gente estaría mucho peor.

Ese día tenía entendido que los doctores llegarían para hacerle saber la información que habían recopilado, pero antes de eso tenía que encargarse de su trabajo, aunque prontamente hubo un pensamiento que llegó a él mucho más fugaz que todo lo demás, al punto de hacerlo levantarse con rapidez de la silla para dejar su desayuno a medio comer e ir hacia la biblioteca del palacio, debió pensar desde un principio en la opción de que los textos que sus antepasados dejaron para los siguientes en la línea de faraones, debía contener alguna clase de información que le diera las respuestas que necesitaba, así que se apresuró, corriendo por los pasillos sin importarte tener a su consejero yendo detrás con total preocupación por su extraño comportamiento.

Las puertas de la biblioteca fueron abiertas por los guardias del palacio que custodiaban la biblioteca real y de esa manera fue que Izuku pasó de largo para comenzar a buscar la información sobre aquellas manchas en su piel que apenas y eran visibles para sí mismo, tomó un candelabro de mano de una de las repisas para comenzar a caminar entre los grandes pasillos del lugar, observando los títulos de información que habían en las paredes hasta dar con la sección de “enfermedades” que era la que le interesaba y la que buscaba.

—Aquí están —Murmuró con emoción antes de tomar todos los textos que habían en una pila de no más de diez papiros.

—¿Faraón Izuku? ¿Sucede algo? —Cuestionó el consejero a unos pocos metros del rey.

Izuku ni siquiera respondió, simplemente caminó con los textos en brazos hacia la mesa más cercana donde los dejó con cuidado antes de acomodarse frente a la misma con expresión seria y concentrada, comenzando a abrir el primer texto para leerlo y buscar alguna pista de lo que necesitaba, perdiéndose en su lectura por un par de horas, siendo que solamente uno de los textos era el que le dio poca información acerca de lo que sucedía con las manchas en su cuerpo y lo que averiguó no fue nada menos que preocupante, por ello fue que se levantó rápidamente para salir de allí y buscar al mensajero.

—¡Quiero a los doctores en el palacio para ahora! —Ordenó en exclamación.

—Justo venía a informarle que estaban aquí en el palacio, faraón Izuku —Anunció el mensajero con absoluta calma.

—¿Ya han pasado tantas horas? —Cuestionó Izuku sorprendido de que los doctores hayan llegado antes de mandarlos a buscar.

—Tres horas, para ser específicos, faraón Izuku —Respondió el mensajero sin perder su calma antes de indicarle el pasillo hacia la derecha. —Lo esperaban en el gran salón, faraón.

—Está bien, gracias Keigo.

Izuku no tardó en dirigirse hacia el lugar indicado por el mensajero, llevando en su zurda el texto donde había encontrado la poca información, para su desgracia, el texto estaba roto y no había forma de saber qué hacer para su recuperación, pero al menos ya sabía qué decirles a los doctores en caso de que éstos no hayan podido averiguar nada durante su ardua investigación. Entró al gran salón luego de que los guardias le abrieron las puertas del lugar y cruzó estas para caminar hacia la mesa del centro, sentándose a la cabeza del resto mientras acomodaba el texto sobre la mesa.

La maldición del faraón [DekuBaku] (Comisión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora