❝colors❞

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jueves por la tarde, las clases acaban de terminar y caminabas tomada de la mano de chaewon, quien te acompañaba hasta la salida de la escuela, donde solían sentarse como siempre todos los días a platicar antes de ir a casa.

—¿te dijo desde cuándo?

preguntaste consternada, chaewon te había contado del chico que se le acercó a contarle que había visto el color en ella, pero tu amiga parecía insatisfecha.

—me dijo que desde hace una semana. ¿recuerdas los chocolates que habían en el salón en mi asiento?— asentiste mientras recordabas aquel paquete que venía acompañado de un moño color rosa —él fue quien los mandó.

—¿y cómo estás segura que los mandó él? cualquiera en el salón pudo decirle de esos chocolates.

—lo sé— tu amiga tapó su rostro, frustrada —simplemente no sé si deba creer en él— habló contra las palmas de sus manos. no pudiste hacer más que colocar tu mano sobre su espalda, intentando confortarla —¿y qué pasa si no es él?, ¿qué pasa si me miente, y me ata a su lado? ¿debo simplemente estar con él porque una estúpida fortuna con la que nacimos lo dice?

—¿otra vez maldiciendo la fortuna, chaewon?— miraste a jongho quien apareció frente a ustedes con una bolsa de papas en mano. le miraste con enojo, levantando tu dedo indicándole que se callara antes de decir algo más y este sólo levantó los hombros en desden.

chaewon descubrió su rostro para mirarle, con un rostro completamente serio y algunas lágrimas corriendo por sus mejillas —hoy no tengo humor para mister fortuna jongho. existe gente que no está conforme con esta estúpida leyenda con la que nacimos, una estúpida y ambigua fortuna que no quiero.

yena tomó su mochila y se levantó de las gradas, yéndose de donde estaban.

—¿qué hice ahora?— jongho tomó asiento junto a tí, pero tú no podías cambiar el rostro de enfado.

—¿por qué tienes que abrir la boca cuando no debes jongho?— llevó una papa a su boca y sólo optaste por rodar los ojos.

—vamos, te acompañaré a casa.

jongho tomó tu mochila, colgandola en su hombro y le seguiste para salir de la escuela.

—yo sólo digo, si el chico miente o no, al final no es claro que perdió su tiempo, ¡sería ella quien lo aceptó!— jongho y tú seguían discutiendo de la situación de su amiga, aún caminando a tu casa.

—que sí jongho, ella lo aceptaría. pero es por compromiso, ¿sabes?, al final si ella está con él cómo sabrá que es verdad, si después de un tiempo no aparece el color, ¿no es estúpido eso?, por eso siempre he defendido que no vayas por ahí diciéndole a la persona que haz visto el color, sin siquiera ser un conocido para ella— por desfortuno, chaewon y tú compartían la misma opinión respecto a la fortuna, no te agradaba lo inconclusa e injusta que era, pero no podías hacer nada al respecto.

—ya lo haz dicho tú, si no aparece el color, aparecerá en otra persona, y sabrá que no es él, incluso puede llegar alguien y decirle que el chico miente. pero imagina que yena decide no creer, ¿qué pasará si entonces sí es él? no se habrá dado la oportunidad de conocerlo, y perderá el tiempo, nadie sabe si el día de mañana seguiremos vivos.

—exactamente ahí yace la incoherencia de todo esto, jongho— paraste al estar frente a tu casa, y el pelinegro te dió tu mochila —entiendo que para tí todo esto sea lo más romántico del mundo, que lo veas desde el mejor lado, me gusta tu positivismo, de verdad. incluso me da celos que puedas tomarlo de la mejor manera, pero me parece un arrebato a decidir tu propia vida. ¿qué pasa si no amo a quién el destino me dice que debo amar?, ¿o qué será si a quien amo no me ama a mí, solo por una estúpida gama de colores?

 𝖏𝖔𝖓𝖌𝖍𝖔 𝖗𝖊𝖆𝖈𝖙𝖎𝖔𝖓𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora