Oasis

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Soy de México pero realmente las mitologías de mi país me fueron las más difíciles, tome una historia cursi pero amo los romances trágicos ... no necesito decir más

Se habían equivocado lo sabían, lo que sentían estaban condenados, pero no les importaba, ella había roto con su deber por aquel guerrero que logro llegar a su corazón. El enemigo que llego en busca de refugio, el mismo del que se había ocultado los primeros días y ahora no creía que pudiera vivir sin él.

Había crecido en aquel oasis en medio del desierto, con la arena como única compañía, su familia le había abandonado en ese lugar cuando solo era una niña, y no fue hasta entrada la adolescencia que supo de ellos, cuando sus hermanos se presentaron ante ella y por primera vez en su vida tuvo una explicación del porque se encontraba ahí, saber que no era una hija no deseada era un consuelo, sin embargo, no quitaba el dolor de saber que nunca saldría de ahí. Ella la primogénita de los señores del desierto había sido designada como guardiana de aquel solaz en medio sus territorios su deber: no permitir que algún extranjero o enemigo llegara a la ciudad y pusiera en peligro a sus habitantes y asi lo había cumplido hasta que lo conoció a él. Un enemigo de su pueblo, lo primero que llamo su atención fue su cabello, siendo ella rubia y sus hermanos castaño y pelirrojo nunca había conocido a alguien de negra cabellera, además era largo no podías apreciarlo a simple vista pues estaba agarrado en una coleta, pero cuando lo soltó para permitir que el agua le refrescara, el deseo de pasar sus dedos entre las hebras hizo que su corazón comenzara a latir desmesuradamente.

—Te vas a quedar mirándome— lo escucho hablar y su voz le hizo temblar, una mezcla de emoción y miedo se expandía por todo su cuerpo —No te voy a hacer daño asi que sal de ahí— te llamo de nuevo y aun con duda decidiste salir de tu escondite —oh vaya no esperaba que realmente hubiera alguien aquí— pronuncio al mirarte y una sonrisa se instaló en su cara.

—me llamo Shikamaru— se presentó extendiendo la mano mientras se acercaba a ti, no le respondiste, pero correspondiste al gesto de la misma manera, tu mano cabía perfectamente en la suya además pudiste apreciar que su piel era ligeramente más clara que la tuya y sus ojos era de un café intenso completamente diferentes a los de tu hermano. Decidiste no decir nada no había nada que pudieras decir, tu misión era clara debías terminar con su vida por lo que no existía razón para hablar con él

—no debes tenerme miedo— se dirigió a ti de nuevo con esa sonrisa que te hacía sentir que la cabeza daba vueltas, sin embargo, seguiste sin hablar. Ese día paso lentamente para cuando cayó la noche el hombre te hablo de que estaba ahí, supiste que buscaba la ruta más segura para llegar a la aldea donde habías nacido, pero solo eso él no era un guerrero al menos no como los que había conocido, era más un explorador, también le hablo de su lugar de origen, un lugar tan diferente a todo lo que conoces lleno de árboles donde los ríos corren y el cambio de estación trae consigo más que un cambio en la temperatura alrededor. Dentro de ti la ilusión y la incredulidad se juntaron porque no concebías que un lugar asi existiera, pero también el temor porque ya no se creía capaz de asesinarlo. Tal vez era culpa de todos los años que paso en soledad con las esporádicas y extremadamente cortas visitas de tus hermanos lo que hizo que se aferraras a este hombre del que disfrutabas cada vez más su compañía, porque si le perdonaste la vida y el volvió a su reino, pero regreso más de una vez y sin darte cuenta comenzaste a confiar en él, la primera vez que le hablaste su rostro se ilumino con una enorme sonrisa mientras te decía lo hermosa que era tu voz.

Pero nada es perfecto y envolverte en esa aproximación te hizo bajar la guardia, y no lo notaste, no notaste que durante sus encuentros alguien los observaba, no te percataste de que tus hermanos no habían hecho sus usuales visitas, pero él tampoco lo hizo, no se percató de la impaciencia de su rey por la lentitud para hallar el camino al reino que deseaba conquistar, no noto le que mando a seguirlo para saber cuál era la razón de tal retraso en su hombre de mayor confianza y fue un descuido que ambos pagaron.

Solo tuvieron una ocasión, solo una en que sus labios y sus cuerpos se fundieron, consumando el amor que naciera de manera intempestiva, porque a la mañana siguiente cuando el sopor de la noche estaba desapareciendo se encontraron con la sorpresa de dos hombres con la ira desmedida reflejada dos pares de ojos una aguamarina como los tuyos, fue entonces que te percataste de que estaban inmovilizados y supiste que no había nada que hacer, aunque deseabas pelear sabias que no podías hacerlo quedando solo la aceptación de tu destino y aunque podía ver el miedo en los ojos de tu amado, te reusabas a mostrarse débil por lo que susurraste un te amo mientras hundían las cuchillas en tu cuerpo, y las lágrimas brotaron de sus ojos mientras veía a tus verdugos desaparecer. Viste su rostro desencajado lo viste arrastrarse para intentar alcanzarte, pero también viste la sobra tras él, el brillo de una cuchilla como la que te hirió de muerte se hizo presente y la figura se hizo nítida bajando con fuerza para enterrarla en su cuerpo, escuchaste un quejido proveniente de él y con las pocas fuerzas que te quedaban intentaste acercarte, pero ya no podías hacerlo, pero solo lograste estirar tu brazo logrando que sus dedos rozaran los suyos y ahí se conectaron sus miradas esperando que la imagen del otro fuera la última imagen que se llevaran al más allá




Mito de la flor de loto (resumen): un príncipe enamorado de la hija del guardián del cenote sagrado, la oposición a su unión condeno a muerte a la doncella el príncipe decide rescatarla sin conseguirlo. El dolor por la muerte de su amada fue tan grande que su corazón se hizo pedazos los dioses conmovidos por su dolor los tuvieron piedad de su amor

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