ʀᴜꜱᴀ ↬ ᴊɪᴋᴏᴏᴋ

ᴘᴀʀᴛᴇ Úɴɪᴄᴀ

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Jungkook estaba sudando en exceso mientras terminaba su rutina en el gimnasio. Sus músculos estaban tensos y dolían, su piel sudada hacia que su ropa se pegara a su cuerpo y delineara su figura bien formada debajo de ella.

Robaba miradas curiosas mientras iba al casillero por sus cosas ─prefería ducharse en su casa─ porque realmente era algo digno de admirar: un hombre con complexión única, piernas y muslos gruesos, cintura pequeña y vientre plano, brazos musculosos y pectorales sobresalientes; espalda ancha, mandíbula marcada y afilada. Sin contar su rostro de facciones masculinas atractivas, labio inferior abultado y apetecible, nariz notable y lunares que le daban un toque más divino.

Y él, todo él, cada parte de su cuerpo y piel, era únicamente para una persona: su novio Park Jimin.

Era curioso, pues se habían conocido en ese mismo gimnasio cuando Jimin decidió que quería llevar una vida Fitness. Pero la realidad era que lo había abandonado al mes, no sin antes haber conseguido el número de cierto pelinegro con cuerpo de infarto.

Una cosa llevó a la otra y terminaron así, viviendo juntos cómodamente.

Cuando llegó a su hogar, lo primero que hizo fue buscar al mayor para recibir su beso de bienvenida. Jimin salía temprano del trabajo y esperaba a que el otro regresara del gimnasio para cenar juntos. Pero esa noche no lo había recibido así.

Jungkook fue hasta la habitación que compartían para dejar su ropa sucia ahí y darse un baño en lo que el castaño aparecía, pero no esperó encontrarse con el mismísimo Park esperando por él en la habitación.

─Oh, hola ─lo saludó con una suave sonrisa mientras dejaba su mochila deportiva en su lado de la habitación─. Creí que aún no llegabas.

─Te estaba esperando ─se acercó a él, poniendo una mano en esa pequeña curva arriba de su cadera y dejando un beso sobre su hombro.

─¿Y eso?

─Bueno, resulta que tengo compañeros en el trabajo que siempre están pensando en sexo ─comenzó a explicar mientras Jungkook se quitaba la playera, estaba sudado después de todo─. Y entonces recordé que tú y yo no nos hemos acostado en semanas.

─Uh ─el menor volteó a verlo con las manos en el borde de su pants, mirada perpleja y una sonrisa nerviosa─. Hemos estado ocupados, y sabes que soy muy estricto con el gimnasio, lo siento, amor.

─No pasa nada, funcionamos bien sin eso, ¿verdad? ─le dio una de esas sonrisas donde sus ojos formaban media luna y acarició su hombro desnudo como si quitara una pelusa─. Solo que hoy hablaron de un tema muy curioso.

─Hum, te escucho ─detuvo su tarea de desvestirse para cruzarse de brazos y encarar al mayor. Tenía algunos centímetros más de altura, pocos, pero en esa cercanía eran notables, ya que Jimin tenía que alzar un poco la cabeza.

─Alguien dijo que le habían hecho "una rusa" y que se había sentido muy bien.

─Oh ─el rostro del pelinegro se pintó de rojo ante la información, quizá podía hacerse una idea de a dónde quería llegar─. Pero yo no... Ya sabes, yo no soy una mujer, no tengo pechos pues, no necesito ser mujer necesariamente para tenerlos, claro, pero supongo que a tu compañero se lo hizo una chica. ¡Me entiendes!

Jimin soltó una carcajada por el trabalenguas que acababa de decir su novio. A veces no sabía coordinar su mente con sus cuerdas vocales.

─¡Entiendo! Pero, justamente, no necesitas ser una persona de pechos grandes para hacerlo ─tomó aire para recuperarse de su pequeño ataque de risa y apoyó sus manos en los pectorales marcados de Jungkook─. Sería un desperdicio si no pusiera mi pene entre estás hermosas tetas.