Jake es un simple muchacho de diecisiete años o al menos eso se esfuerza en aparentar, pues desde que nació, el universo decidió no conspirar a su favor al darle el don de visualizar entes del más allá. Con el tiempo ha aprendido a mantenerlo a raya...
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Park Sunghoon siempre creyó que su existencia no tenía una razón de ser. Tal vez había sido un error. Un accidente, algo no deseado o al menos eso le repetía todos los días su progenitora cuando se enfadaba.
No tenía propósito. No poseía ambiciones.
Su única meta era llegar vivo al fin de año. Tal vez graduarse y después vería que podía hacer con su vida dentro de un pueblo recóndito del cual casi nadie hablaba.
Pero luego conoció a Sim Jake.
Su vida no cambió al instante. Tuvieron roces e incluso llegó a despreciarlo, pero a medida que fue conociéndolo, le resultó imposible no caer ante su personalidad atenta a su curiosa manera. No pudo detener la atracción y la química imparable que llevó a una reacción de la cual brotó el amor.
Aunque metieron la pata. Los dos y en más de una ocasión. Pero supieron arreglarlo, aunque jamás esperaron la tormenta que se les vendría encima.
Descubrir que su mundo es un criadero de un monstruo que existía desde los inicios de la vida y que ellos forman parte de su alimento fue desalentador.
