❥𝚄𝚗𝚘

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La débil mirada heterocrematica pudo visualizar un techo demasiado amplio, el olor ha desinfectante llegó con molestia, la sensación de no estar solo, le dio más dolor de cabeza del que ya tenía

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La débil mirada heterocrematica pudo visualizar un techo demasiado amplio, el olor ha desinfectante llegó con molestia, la sensación de no estar solo, le dio más dolor de cabeza del que ya tenía.

— Uhm.. — Su garganta seca suplicaba agua, estaba perdido, no recuerda que pasó.

Lo último que recuerda es decapitar a un demonio, un terrible ardor en su frente y todo se volvió oscuro.

— ¡El pilar de la serpiente ha despertado! ¡Llamen a la señorita Kocho! — Iguro hace una mueca por el ruido de los kakushis, si pudiera les sacaría las cuerdas vocales.

—Ara, ara, buen trabajo en llamarme a tiempo, pueden retirarse, seguro están agotados.

— ¡M-Muchas gracias! — respondieron dos kakunshis haciendo reverencia.

<<Calma... quiero silencio y calma...>>

— Ne, Ne, lamento si el ruido te abrumó recién al despertar, parpadea dos veces si quieres un vaso de agua antes de la revisión — Esto era mucho mejor, piensa el mayor, una voz más tranquila, madura... delicada. No.

Oh no.

<< Una mujer... >>

Iguro quería huir.

—Ah.. vaya problema ese fue un rasguño grande más el veneno por medio del gas pero lograste vencerlo antes de caer desmayado, muy riesgoso Iguro-san...

El pilar se quedaba callado mientras mira un punto demasiado interesante en la pared, la doctora cambia el vendaje de su cabeza.

— Tu serpiente esta aliviada de tú recuperación, le he dado una dieta solo de ratones, espero no te moleste — pasa a desinfectar la herida.

Kaburamaru estaba en un estanque de cristal mientras sacaba su lengua amistosamente hacia la chica, pero él no respondió nada nuevamente, evitaba que ese frío en la espalda más la sensación de peligro creciera conforme a los segundos.

— Umm parece que el veneno todavía hace efecto, pensé que un pilar se recuperaría más rápido de los efectos, es una pena — tampoco obtuvo respuesta así que intencionalmente hace más presión en la herida con el algodón humedecido en alcohol, disfrutando la mueca qué hizo el contrario.

—¿Qué diablos te pasa?— con su otra mano presionaba las sábanas pues aguantaba el ardor pero el enojo era más presente.

— Lo lamento, ¿te dolió mucho Iguro-san? Creo que deberías descansar un poco más.

— Ugh... me iré en unas horas ¿quién eres tú para decidir sobre un pilar? — miraba con atención esos orbes violetas, no tenían pupila, solo un degradado lo que daba frialdad para aquella sonrisa.

— Soy la encargada de esta, así que yo decido cuando estarás fuera, sin importar mucho tu rango es mi deber curar a los cazadores— decía lo obvio pero cerrando sus ojos mientras muestra otra vez esa sonrisa — por favor, no rechaces mi tratamiento, tendré mucho cuidado contigo.

𝑲𝒐𝒌𝒊𝒔𝒉𝒊𝒏 - ObashinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora