Capítulo 12

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Joshua se despertó con el sol, enroscado alrededor de Junhui, con la cabeza apoyada en su hombro.

Al pensar en lo que había sucedido la noche anterior, se estremeció y se presionó contra Jun. Tras el incidente, había mantenido la calma, cuidando a Mingyu, lo ayudó a dormirse de nuevo. Incluso se había ocupado de los dos episodios de pesadillas que había tenido, pobrecito.

Sin embargo, ahora, con la luz de la mañana brillando alrededor y sintiéndose cálido y seguro en los brazos de Junhui, no podía dejar de pensar en lo que podía haber pasado. ¿Y si algo le hubiese pasado a Mingyu? ¿Qué hubiese pasado si ese ladrillo lo hubiese golpeado? ¿Y si hubiera sido algo aún más peligroso que un ladrillo?

Trató de quitarse eso de encima, centrándose en la sensación de estar aquí, en la cama de Junhui. Sin embargo, este no era el tipo de cosas a las que estaba acostumbrado, y sería tan fácil perder los papeles.

Miró por encima del hombro de Jun, sonriendo al ver a Mingyu y Chan con ellos, el niño acurrucado al otro lado de Junhui, el bebé sobre el pecho de su padre. Junhui los tenía a todos.

Joshua tenía el mundo entero, aquí mismo. Junhui, los niños. ¿Qué más podía pedir?

La mano de Junhui le acarició la espalda. Cerró los ojos y respiró, el toque lo relajó. Dios. Amaba a este hombre y a sus hijos. No importaba que no hubiese pasado mucho tiempo, era así y punto.

Los pequeños labios de Chan se movían como si estuviera succionando, su ceño fruncido. Contuvo su sonrisa. No iba a pasar mucho tiempo antes de que se despertara llorando por comida. Pronto tendrían que incluir cereales en su dieta, pero mientras tanto, podría prepararle su biberón. Empezó a bajar de la cama.

―Mmm. Quédate, amor. Estás calentito. ―Dios, se sentía bien escuchar a Junhui llamándolo amor.

―Chan está a punto de estallar.

―No creo que estalle. Eso sería un poco desagradable. ―Junhui besó la cabeza de Channie.

Se rio en voz baja. ―No has visto una explosión de pañales todavía, pero tienes razón, es desagradable.

Los ojos del bebé se abrieron, mirándolo fijamente. Él le sonrió. Dios, era lindo. Le devolvió la sonrisa, parpadeando hacia él. Deslizó un dedo en su palma, los pequeños dedos se cerraron en torno a él.

―Hola, precioso.

Acercó el dedo hacia su boca y la cabeza de Mingyu apareció desde el otro lado de Junhui. ―Tiene hambre.

Sonrió y asintió. ―La tiene. Sabes cómo cuidar bien de él, ¿no?

―Soy su hermano.

―Lo eres. Eres su hermano mayor. Ese es un trabajo muy importante. ― Mingyu asintió, muy serio.

―Soy un hermano mayor también. Y también un hermano menor.

―No, yo soy el hermano mayor.

Joshua se rió y asintió. ―Aquí lo eres. Quiero decir con mi mamá, papá y hermana, soy un hermano mayor, también.

―No. ― Mingyu frunció el ceño―. ¡Yo!

Junhui se rio entre dientes. ―No lo entiende todavía.

―Sí, ya lo veo. Bueno, Mingyu. Tú eres el hermano mayor y yo soy el niñero.

―Eres Joshua. ―Mingyu gateó por encima de Chan hacia sus brazos―. Mi Joshua.

―¿Qué pasa si yo quiero que sea mi Joshua? ―bromeó Junhui.

―No. Mío. Tienes al bebé.

Joshua reía a carcajadas, con los brazos en torno a Mingyu manteniendo al niño apretado. Mingyu se acurrucó en él y lo abrazó de nuevo.

𝗣𝗮𝗽á, 𝗽𝗮𝗽á 𝘆 𝘆𝗼 | 𝑱𝑺 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora