𝓨𝓸𝓸𝓷𝓖𝓻𝓲𝓷𝓬𝓱

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JiMin y YoonGi se habían comprado una cabaña de madera bajo la montaña, comenzaron a vivir juntos luego de que su relación llegará a los diez meses. Ahora estaban por tener su primer aniversario y eligieron pasar esta navidad en privado, por eso dejaron a Holly con JungKook y TaeHyung. Nochebuena ya la habían festejado en compañía de sus familias el día de ayer y no tenían otros compromisos así que podían estar tranquilos.

YoonGi trabajaría hasta por la tarde, hace poco abrió un negocio de reparaciones e inventos que iba como viento en popa. Ya nadie le temía y los rumores se fueron apagando con el paso del tiempo, dejó de ser el Grinch.

Entonces JiMin que descansaba el día de hoy se dio la tarea de preparar todo con anticipación para festejar, buena comida, decoración y regalos bajo el pino. Pero había un poco de disgusto en la idea de pasar su aniversario y navidad tan simplemente, quería hacer algo más significativo.

Este año su regalo para YoonGi solo era una bufanda y un par de guantes rojos que tejió a mano en su tiempo libre, eso tampoco era suficiente. La idea de algo más atrevido pasó por su mente y se dijo que estaba bien porque nunca habían pasado de simples besos y caricias.

JiMin se encaminó hacia su closet para buscar algo que TaeHyung le dio hace más o menos un mes, el chico se había vuelto su mejor amigo y solía disfrutar avergonzarlo. Por eso es que había un vestido navideño, corto y transparente en sus manos, era un baby doll que terminó guardando porque a pesar de todo era muy bonito para tirarlo. Se animó a probarlo, utilizando solo esa prenda sin algún tipo de prenda interior y se miró en el espejo de cuerpo completo que había en el cuarto. Realmente se veía muy bonito y sexy, la tela roja se pegaba a su cuerpo como una segunda piel y los holanes blancos pomposos le daban cierta inocencia.

El reloj avisaba que YoonGi no demoraba en llegar y se arregló el cabello, se colocó un poco de maquillaje y con una sonrisa divertida se puso un moño rojo sobre la cabeza. La puerta de la entrada hizo un sonido cuando el seguro fue retirado y corrió hacia la sala para colocarse frente al pino, recostado y con sus piernas cruzadas para hacerlo más vistoso.

—¿JiMin?— llamó YoonGi mirando a todos lados para encontrarlo.

—Justo aquí— respondió JiMin con nerviosismo.

YoonGi lo vio y se quedó parado unos segundos, los ojos amarillos se dilataron por su belleza tan tentadora y suspiro. Pudo sentir como su entrepierna se endurecía y rogaba en silencio por que no se notara demasiado en sus pantalones.

—¿Qué haces allí?— cuestionó, sonriendo a medias y sentándose en el sillón individual café que estaba esquinado en ese cuarto.

JiMin realizó un puchero por que no parecía estar tan afectado al verlo y se dejó caer completamente en el piso, sin percatarse de que los olanes se subieron y mostraron más de su perlada piel.

—Se supone que soy tu regalo— respondió con voz dolida y se movió, quedando boca abajo y sosteniendo su rostro con las manos mientras sus piernas se cruzaban en el aire —pero no atraje tu atención.

YoonGi quería decirle que de hecho lo atrapó desde la primera mirada, pero era lindo ver como se comportaba su novio y decidió callarlo. Estaba bastante entretenido mirando cada pequeño detalle, como sus gruesos muslos resaltaban y su espalda estaba curvada. Podría venirse solo con eso, era sabedor por que su pene dolía al estar restringido con la tela y temió hacerlo cuando JiMin gateó hacia él.

—¿No me veo bonito?— duda, deteniéndose frente a él para tomar sus rodillas y separarlas —¿No deseas devorarme?— insiste, entrando en el espacio.

—Eres hermoso y creo que esa amenaza ya no funciona contigo, nunca lo hizo— aclaró, alzando su mano para tomarle el mentón y darle un beso casto.

JiMin se mordió el labio inferior y alzó una ceja con sugerencia, siendo consciente de la dureza que su pareja tenía. Se dispuso a lograr su cometido y realizó un roce con sus deditos sobre los pantalones, sintiendo el brico del pene.