•Capítulo 2• •Un extraño guapo•

2 0 0
                                    

Salí inmediatamente de mi auto para ver si la persona a la cual había ahora chocado, estuviera bien. Solo tenía un golpe en la cabeza pero nada fuera de lo normal, podía sostenerme. Veo que sale de su auto, es buena señal, tal vez solo fue un simple golpe como el que yo me di.

Lo veo caminar un poco, pero terminó cayendo al suelo y no hizo algún movimiento. Me acerqué a él para verlo, intentaba de alguna manera despertarlo, pero creo que se desmayó. En su frente salía sangre, ya me estaba asustando.

Escucho las sirenas del carro de los policías, ¡no sabía que debía decir ahora!

El oficial se acerca a mi para saber lo que había pasado.

—¿Qué fue lo qué pasó aquí?— me preguntó el oficial. ¿Pues qué no está viendo? ¡Chocamos y el chico moreno desconocido se desmayó!

—Fue un accidente— mientras el oficial me miraba para escuchar más de mi respuesta, pensaba en que decir.—... Me quedé sin gasolina y esta persona no vio que estaba casi en medio de la carretera y chocamos, fue un accidente— dije lo primero que se me ocurrió, el oficial insistía en que debía ir con él para no sé qué cosas pedía.

—Debo llevarlo al hospital, después iré con usted a lo que tenga que hacer— el oficial asintió con la cabeza y se fue en su carro, no sin antes dejarme su número para luego ir. Claro que no lo haría.

Cargué al joven moreno guapo, porque la verdad si era muy guapo. Cómo pude lo metí en su carro y lo acosté en el asiento, debía yo manejar su auto, había checado el mío y no prendía. Seguramente algo se dañó por el choque.

Estando en el hospital, me metí en urgencias porque en realidad no sabía si tenía algo mal, todavía no despertaba y eso me asustaba. Varias personas me ayudaron cuando había entrado con él inconsciente, lo pusieron en una camilla y lo llevaron a checar.

—¿Qué es del paciente?— me preguntó una enfermera.

—Es mi... esposo— dije maldiciendo en mis adentros por lo que acabo de decir, cuando despierte obviamente negará que es mi esposo y estaré en problemas. La enfermera me hacía preguntas de que lo pudo pasar y en cada cosa fingía.

Después de un rato de esperar, la enfermera se acerca a mi, ya me esperaba lo peor.

—Su esposo ya despertó— ¿Qué? ¿No me delató?

Me llevó a donde estaba su habitación, sinceramente la decoración del hospital era bonita con colores crema, sofá y hasta una televisión. Veo a mi "esposo" sentado en la camilla, en su frente tenía pequeña venda, seguro le cocieron su herida. Él me miró algo serio, pero luego habló.

—Hola, mi amor— sonrió al verme, parece que me siguió el juego de que somos esposos.

—Hola, cariño— hablé algo nerviosa, la verdad me daba vergüenza decirle así a alguien que casi mato por un choque y todavía miento que es mi marido. Vaya día que he tenido.

—Ya su marido nos contó que fue lo qué pasó— habló la enfermera.— A la próxima tengan cuidado en su intimidad, a veces los juegos rudos no es lo más... recomendable— Espera, ¿qué?

—Lo tendremos en cuenta mi esposa y yo a la próxima— respondió mi "esposo", ¡que vergüenza!

—Permiso, en un rato traigo la hoja para su cuidado y ya se puedan ir— se fue la enfermera y cierra la puerta, ahora me quedé con él sola.

—¿Cómo se te ocurre chocarme? ¡No debes usar el celular en pleno movimiento de auto!— me habló molesto, ¿cómo se atreve? Sé que hice mal, pero él también pudo evitar el choque.

—¿Perdón? ¡Tú también pudiste evitarlo! Además, no estaba en un buen momento. Mi mamá me corrió de la casa y lo que menos pensaba era quien estaba a mi alrededor— lo miré mal. Él suavizó su cara de una de enojo, a una normal.

—Discúlpame, supongo que no estoy acostumbrado a que una chica guapa me choque mi auto— dijo coqueto, pero luego se queja del dolor de cabeza que aún tenía.— A todo esto, ¿cómo te llamas?

—Me llamo ______, ¿y tú?

—Bruno Mars, encantado— respondió parándose de la camilla.— ¿Y puedo saber a dónde ibas exactamente? Cómo dices que tu madre te corrió de casa.

—Iré a Nueva York a pasar navidad con mi mejor amiga. Solo que ahora no sé cómo iré, mi auto tuvo alguna falla por el choque que tuvimos. Y necesito llegar allá— dije y solo me miró, lo miré y se me ocurrió una fantástica idea.— ¿Tú me podrías llevar a Nueva York?

—Lo siento, preciosa; pero no vamos para el mismo rumbo, yo debo hacer otras cosas— me respondió haciendo una sonrisa y cruzándose de brazos.

—Por favor, para mí es importante llegar. Hasta te puedes quedar conmigo y mi amiga a pasar navidad, pero por favor, ayúdame— le supliqué, el rodó los ojos, no sabía si le molestaba esa idea o porque no sabe decir que no.

—Bueno, está bien. Pero a cambio debes hacer algo por mi, no lo haré gratis— de eso a nada.

—¡Gracias, de verdad!

La enfermera había llegado con la hoja para saber su cuidado, al finalizar nos vamos en su auto, como ya iba anochecer, lo mejor era que nos quedáramos en un hotel y así irnos mañana temprano.

Lo bueno es que tenía el suficiente dinero para un viaje, seguro también Bruno me ayudaría con eso. Pedimos dos cuartos.

—Lo siento, solo nos queda un cuarto y es una cama matrimonial— dijo la recepcionista. ¡Genial! Toca dormir con un desconocido en la misma cama.

—Pues ese entonces— dijo Bruno y yo pagué la habitación, nos fuimos a nuestro cuarto.— Tranquila, solo será este día... de varios seguramente durmiendo juntos en varios hoteles hasta llegar allá. Pero no te preocupes, me porto bien— dijo sonriendo.

—Eso espero, no quiero tener que pegarte para defenderme.

Él rió y nos fuimos acostar, mañana empezaría ahora si mi viaje a Nueva York.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 17, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

•Una aventura navideña• •Bruno Mars Y Tú•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora