Después de muchos intentos fallidos, Harry y Louis finalmente tuvieron a un bebé. La pareja tiene que aprender como equilibrar sus carreras como cantantes y su nueva etapa como padres.
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Hay una leyenda que dice que las personas enamoradas no necesitan decirlo, los ojos son ruidosos, simplemente con verlos con atención te darás cuenta de lo que estos esconden, sea algo bueno o algo malo.
Y es hermoso porque indirectamente termina con el hilo rojo, aquel que conecta a aquellas personas que están destinadas a encontrarse, no importa las dificultades de la vida, ni los obstáculos
Su relación empezó con juegos de miradas en x-factor, roces de manos "accidentalmente a propósito", palabras lindas y esa inexplicable complicidad en donde cada uno transmitía todo lo que sentía con una sola mirada, comportamiento, e incluso por la ropa que usaban, su forma de caminar, y hasta en su forma de respirar.
Todos sabían que había algo, se trataban diferente, sin duda, todos los notaban y la realidad es que había algo ahí, invisible, que los atrapaba y les creaba mariposas en el estómago y un inexplicable picor en sus corazones cada que se encontraban cerca, que nombraban al contrario o cuando encontraban algún producto con el olor del contrario.
Ese sentimiento y esas ganas de pasar todos los días y compartir el mínimo detalle era lo que los emocionaba e impulsaba a las pequeñas conversaciones al amanecer, las salidas los fines de semana, los viajes espontáneos, las noches en vela en donde componían canciones, las palabras reconfortantes después de uno tediosa reunión con sus managers.
Les gustaba conocer hasta sus manías, se sentían cerca cada que recordaban algo, cuando Harry cocinaba algún postre para la banda en princess park recordaba que Louis era terrible cocinero y que le encantaba robarse la masa cruda de sus galletas o cada que Louis veía jugar a sus hermanas con productos de belleza recordaba a Harry y su adorable gusto por los esmaltes.
Sus amigos fueron tan leales a ellos que aún sabiendo que sus sentimientos eran recíprocos no hicieron alarde de ello.
Quizá alarde no pero bromas sí.
Cómo ese día que en medio de un ensayo antes de un concierto Louis se quedó admirando al rizado y en múltiples ocasiones perdió el hilo de la canción comenzando a ronronear, ganándose regaños de sus instructores y por supuesto burlas de Niall y Zayn, siendo Liam el mediador al percatarse de lo avergonzado que estaba Harry.
—Louis parece que se quiere comer a Harry, otra vez –obviamente todo comenzó por el susurro nada sutil del rubio al ojimiel
—¡Niall! ¿Pero qué cosas dices?, Louis sólo tiene cara de idiota, míralo.
Y precisamente ese pensamiento lo afirmaron sus mamás y nadie es mejor que ellas para enseñarles que esas sensaciones tienen un nombre en común y que está bien sentirlas, ahí fue cuando descubrieron lo que es estar enamorado.
Lo curioso fue que nadie imaginó que ese amor adolescente se volvería tan fuerte y es que ellos están seguros que son almas gemelas, que su hilo rojo se encontró antes que ellos se dieran cuenta y por eso no importa que suceda y cuantos obstáculos les depare la vida, ellos han sabido resolverlos todos y cada uno de ellos.
