Una guerra entre héroes y villanos, algo muy común en todo el mundo, ahora mismo, estaba sucediendo en Japón, específicamente en la ciudad de Tokio.El héroe Dynamight estaba peleando contra el villano Shigaraki, junto con el héroe Deku y el héroe Shoto, aquel villano estaba por las alturas, el peliverde decidió acabar con eso de una vez, activando su don logrando llegar a la altura del villano, los héroes a su lado estaban viendo atentos lo que sucedía. El rubio subió junto con el bicolor para ayudar al chico de pecas, combatiendo desde la alturas el villano logra atravesar el corazón de uno de los héroes, específicamente, el de Dynamight.
El héroe perforado, se hundió en un sueño profundo ¿Ese iba a ser su final? ¿Ya había acabado todo? Pues estaba muy equivocado. Un chico se dió cuenta que el cuerpo estaba cayendo, con su don pudo disminuir el golpe de su caída, aunque sus intenciones no eran salvarlo, sí no; llevárselo.
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Ahg... maldita sea. - Murmuró el rubio, abriendo sus ojos tratando de acostumbrarse a la intensa luz encima de su cabeza, estaba atado a una camilla. Sabía que si forcejeaba podría perjudicarlo, aún estaba herido y eso lo tenía en cuenta, debido al dolor punzante en algunas partes de su cuerpo. -
Desde afuera se escuchaban pasos, unos segundos después se escuchó la puerta abrirse. Habías entrado a ver cómo estaba el rubio.
Buenos días, bella durmiente. - Dijiste en un tono burlón, había dormido dos días y sabías que no era por su estado de salud, la cirugía fue todo un éxito, y no duró tanto como pensabas, todo el tiempo, el chico estuvo durmiendo, desde que lo "rescataste" hasta ahora. -
¿Quien eres? ¿Dónde mierda estoy? - Preguntó rápidamente, no estaba seguro de si estaba a salvo o en peligro. Nunca en su vida te había visto, o eso pensaba él. -
Ahora mismo, puedes reconocerme como tú amo, Katsuki. Estás... en casa. - Le mostraste una sonrisa mientras te acercabas, tomaste su mejilla con tu mano derecha, acariciando suavemente esta. -
Ni en tus sueños te diré así, mucho menos lo serás, ahora suéltame idiota. - Se podía notar lo ansioso que estaba, no le habías dado una respuesta clara de dónde se encontraba, sin embargo no podía hacer mucho por su situación actual. -
Si prometes que no intentas escapar... quizás lo piense. - Te acercaste a su rostro y dejaste un beso en su mejilla, reemplazando tu mano por tus labios. -
Tsk, estás loco... ¡No me beses, aléjate!. - Movió su cabeza a un lado para evitar tu contacto, pero eso solo hizo que el contacto aumentase -
Loco por ti. - Sonreíste y te alejaste con un pequeño rubor en tus mejillas, había una razón por la que el rubio estaba aquí, contigo, era porque lo querías, no lo admirabas, lo querías de forma romántica, y ya no sabías si era amor u obsesión. -
Estás mal de la cabeza, ¡suéltame!. - Su ceño estaba fruncido, sus mejillas rojas de la ira y sus dientes rechinando por tanto apretarlos. -
Cállate. Voy a soltarte y ni pienses intentar escapar, si lo haces tendrás un castigo. - Tu paciencia estaba disminuyendo, querías tirarte encima de el en este momento, pero sabías que tenías que esperar un poco más. -
Tsk... Ajá. - Te miró con desprecio. - Ahora ¡Suéltame!.
¿Qué pasa? ¿Estas desesperado por besarme o algo así? - Dijiste burlón, te acercaste a sus labios rozando estos con los tuyos. - Porque si es así, puedo complacerte. -
¡Aléjate, idiota! - Al notar tu cercanía frunció aún más el ceño y se echó lo más que pudo hacia atrás - ¡Sólo quiero que me sueltes, para poder acabar contigo! -
Oww... sí es así no te voy a dejar. ¿Tienes hambre? . - Acariciaste su mejilla, ignorando sus gritos. -
No comeré nada que venga de ti.- Volteó su rostro para evitar verte. -
No puedo dejarte morir de hambre, pero si eso quieres. Además ¿Que podría tener tu comida? Mírate, estas atrapado, completamente a mi merced. - Te acercaste y tomaste su barbilla obligando a que sus ojos vieran los tuyos. -
Tsk, podrías poner veneno, sedantes o algún afrodisíaco, no se qué mierda quieres conmigo, pero se que tus intenciones no son buenas.
Te estás adelantando mucho, aún no quiero algo así contigo. Quiero que nuestra relación sea especial. - Le diste una linda sonrisa y besaste su frente. - Traeré ramen picante y katsudon, se que te encantan.
Como sea...- Vió que saliste de aquella habitación e intento forcejear, pensaba que sabías mucho de el, ya que la comida que ibas a traer era justamente su favorita. ¿Que tanto sabías de el? - Maldito acosador... - Murmuró para sí mismo
Sonreíste detrás de la puerta escuchando sus palabras, fuiste directo a tu cocina y buscaste los platos antes mencionados, hechos con anticipación. Fuiste a la habitación ocupada por el cenizo y dejaste los platos en una mesita que había cerca de la camilla.
Bien, si colaboras podrás comer. - Desataste uno de los cinturones que ataban al rubio, específicamente, el que ataban sus brazos.
Jódete. - Una vez desatado, intentó sentarse, sabía que no podría forcejear por el momento, así que decidió quedarse quieto mientras comía, ya que no lo había hecho por bastante tiempo.
¿Tendré que alimentarte? - Miraste al oji-rubi, tomaste su mejilla y te acercaste a su rostro - ¿Oh comerás por tu cuenta? -
Ya desataste mis brazos, comeré por mi cuenta.- Estiró sus brazos mientras hablaba.
Mmh... - Pensaste unos segundos - Mejor te alimento yo. - Tomaste el plato con katsudon y un control que estaba en la mesa, presionaste un botón que hizo que la camilla se doblara, quedando como una silla con Katsuki sentado.
- Comenzaste a darle la comida en la boca al chico, que aunque no estuviera de acuerdo comió sin quejarse. -
Que obediente chico. - Te burlaste. Fuiste por el otro plato y repetiste lo anterior.
Ya, estoy lleno. - Dijo después de tragar el ramen que le diste.
Bien, ¿Que quieres comer después? - Volviste a atarlo pero ésta vez solo amarraste sus muñecas.
No sé, pero no puedo estar comiendo siempre lo mismo. - dijo refiriéndose al katsudon y al ramen.
Lo sé, belleza. - Tocaste el botón nuevamente haciendo que la camilla quedase en su posición anterior.
Haaah, Katsuki. - Lo llamaste y te acercaste a la camilla, tomaste sus mejillas y besaste sus labios suavemente.- Me tienes loco.
Imbécil...- Desvío su mirada hacia la pared, no quería verte después de todo.
Mírame, galaxia. - Volviste a besar sus labios - Quiero estar contigo... Toda mi vida. - Lo abrazarte como pudiste y te subiste a su regazo.
- Katsuki simplemente evitó verte, apretaba sus labios fuertemente. ¿Ibas a abusar de el?, Habías dicho que no harías nada por ahora, pero comenzaba a dudar si esas palabras eran ciertas-
¿Vas... a abusar de mí? - Preguntó inseguro, nunca en su vida pensó que esto pasaría, mucho menos con un secuestrador.
No... no lo haré. - Entendiste lo que sentía y solo besaste su mejilla para después bajar de su regazo - Solo quiero que entiendas que ahora eres mío, eres mi galaxia, nunca te dejaré ir.
- Dijiste queriendo acercarte, mas no lo hiciste por el rubio, pensaba que eras un abusador y eso no te gustaba. -
Déjame ir. - Dijo con la voz quebrada, te exaltaste al escucharlo así -
No lo haré. - Te acercaste y apenas el oji-rubí te vió amenazó con llorar. Solamente besaste su frente y saliste de la habitación. No te sentías culpable, el debía entender que ahora le pertenecías, eso fué lo que pensaste antes de ir a tu habitación y encerrarte -
¿Que tal? ¿Les gustó? Lamento la actitud del prota, pero así va a ser en la mayor parte de la historia.
Yo soy Noah y estoy es Cautivo.
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Cautivo.
RandomPequeño g-midos, lindas caricias, amor rudo y cuerpos necesitados. Katsuki decía tu nombre en pequeños susurros, con una vergüenza inimaginable, ¿Quien pensaría que ahora mismo el héroe Dynamight solo contigo estaría? Una extraña relación habían ent...