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No es no, y Bible lo tuvo que aprender a las malas.
El joven regresaba de casa de uno de sus amigos, contento, pensando en lo que iba a vestir para el cumpleaños de su hermano mayor. Solo faltaban unas horas. A unos metros de la casa que compartía con su novio, una de sus vecinas lo detuvo. En sus manos traía una cesta con una telita de cuadros celestes en la parte superior. La mujer estaba sonriente, era raro verla así, Bible, extrañado, se acercó y la saludó. Ella le devolvió el saludo y le dijo que la cesta era un regalo de agradecimiento, por haberle ayudado a reconciliarse con su esposo.
- Oh, no era necesario, Yaya. Me encanta ayudar. -El joven recibió la cesta luego de tanta insistencia.
- Eres un sol, Bib. Muchas gracias. -Tras decir esto, la mujer se metió a su casa.
Bible caminó hasta la suya y lo primero que lo recibió fue un tirón en el brazo, lo que provocó que el contenido de la cesta cayera al suelo y se ensuciara. El menor fue arrastrado a la cocina, aunque intentó soltarse, no lo logró. Su novio lo aventó contra una de las paredes de la cocina y de la mesa tomó un plato lleno de comida.
- ¿Qué es esto? -Preguntó serio.
- E-el almuerzo. -Respondió, frotando su brazo en la zona lastimada.
- ¿El almuerzo? -El hombre miró la comida por unos segundos. - ¿A esto le llamas comida? -Bible se quedó callado.
Esto era lo mismo de siempre, su novio hacía rabietas, porque no le gustaba la comida, o porque no se le apetecía comer eso. El joven se preparaba para el griterío que se iba a armar en casa, se preparaba para oír el llamado insistente de sus vecinos por la bulla.
- ¡Responde, carajo!, siempre es lo mismo contigo, te quedas callado. -El mayor lanzó el plato a los pies de su novio. - ¿Acaso el ratón te comió la lengua?, o ¿lo haces porque me quieres hacer enfadar?
- Yo no, yo nunca-
Bible pasó por un costado del desastre que hizo su pareja y con cuidado tomó una de sus manos. Acarició lo más suave posible.
- Yo, prometo que primero te preguntaré lo que quieres comer, ¿sí? -El joven abrazó por el torso a su novio y colocó su cabeza en su hombro. - Perdón.
- Sí, sí, ya basta. Suéltame. -Na se soltó del abrazo y abandonó la cocina.
El silencio se instaló en el lugar y el que se quedó comenzó a limpiar tras soltar un suspiro. Recogió los pedazos de loza que se habían esparcido por el suelo y luego con papel y una bolsa recogió el guiso que manchaba la superficie de mármol. Una vez terminó, se deshizo de lo que había cocinado. Lo sirvió en una ollita y decidió llevársela a su vecino de al lado. El joven hombre le sonrío y le agradeció por el gesto. El cielo empezaba a oscurecer, ya faltaba muy poco para el cumpleaños de su hermano, debía alistarse. Así que, corrió a casa y subió a la habitación que compartía con Na. Cuando estaba yendo directo al armario, el mayor lo miró con una ceja alzada.
- ¿Saldrás? -Preguntó acostado desde la cama.
- Sí, es el cumpleaños de Jon. -Dijo Bible.
- Olvídalo, te quedas en casa, no irás.
- P-pero, el año pasado no fui porque estábamos de viaje. Le prometí que este año iría. -El menor tartamudeó, con la toalla en su mano.
- ¿Escuchaste lo que dije? -Na se levantó y caminó hasta quedar frente a su pareja. - No vas a ir. No es no.
- Na, por favor, volveré temprano. Solo pasaré a dejarle el regalo que compré y regresaré.
- ¡Dije que no! -Estampó su puño contra la puerta del armario. - Como te gusta hacerme enfadar, he estado aguantando tus berrinches, supongo que debo enseñarte a obedecer cuando digo que no es no.
Bible empezó a respirar entrecortado cuando oyó esas palabras. Si bien sabía que su novio últimamente había estado actuando diferente, no creyó que llegaría hasta el punto de mostrarse agresivo. Ahora estaban en el cuarto de baño, Bible luchaba por que el aire llegara a sus pulmones. Su cabeza estaba siendo sumergida reiteradas veces en el retrete.
- Na. -Comenzó a toser cuando su novio se detuvo.
- Dime, ¿desde ahora obedecerás cuando digo que no? -Preguntó mientras agarraba con fuerza un puñado del cabello de su novio.
- S-sí, por favor, d-detente. -Rogó, dando grandes bocanadas de aire.
- Ahora ve y prepara algo, no almorcé.
Na salió de la habitación, dejando a Bible con el labio partido, y mojado desde la cabeza hasta la mitad de su pecho. Sollozos silenciosos inundaron el cuarto de baño. Los recuerdos de su primera cita comenzaron a hacer eco en su memoria. Na solía llevarle flores que se robaba del jardín de su vecina. Solía decirle lo mucho que lo amaba, lo lindo que se veía cuando su nariz se coloreaba por los fríos vientos. Decía que amaba su risa, sus manos, que adoraba cada parte de él. Na decía muchas cosas, supo cómo endulzarle él oído. Ambos se hicieron muchas promesas cuando tuvieron su primera vez. Había una en especial que hizo que a Bible se le oprimiera el pecho de una manera tan dolorosa.
«Nunca te pondré una mano encima, mi amor»
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Bueno, no tengo mucho que decir. Será un fanfic tóxico, no habrá nada de color rosado. La foto de multimedia fue la culpable de la creación de esta historia.
Volveré a recalcar esto, porque sé que no muchos leen la descripción de las historias o las etiquetas. Habrá manipulación, abuso (tanto físico como sexual), esto último no lo narraré de forma explícita. Malos tratos, insultos.
Con esto no se busca dañar la imagen o el nombre de los artistas usados para este fin. Pido discreción, si la historia no es de tu agrado, abandona la lectura sin dejar comentarios groseros, no desacredites el trabajo. Con esto dicho, gracias personita que eligió quedarse y ser parte de esta nueva travesía.
