Único

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- Esta historia contiene infidelidad, si no les gsuta pueden no leerla, en caso de que la lean, disfruten ☆

- Vamos, Gathino, es una fiesta de mi familia - hablé mirandome al espejo mientras abotonaba su camisa blanca.

- Sabes que no me gusta ir en estas fechas, no estoy tranquilo - habló Cellbit ya vestido desde la cama, mi esposo llevaba un pantalón y una playera, con una chamarra por encima, nada festivo a mi parecer.

Hoy, era la fiesta del 15 de septiembre, esta noche iríamos como siempre a visitar a mi familia, la fiesta se haría en casa de mi mamá y comeríamos un chingo de tostadas de tinga y nos pondríamos pedos hasta cantar las mejores canciones de señora dolida con mis primos.

- Cellbit, pero es la mejor fecha de México, nos celebramos a nosotros por ser unos vergas - le repetí volteando a verlo con el ceño fruncido y acercándome a la mesa por el listón tricolor que me pondría.

- Guapito - me llamó, suspirando, hasta cree que me ganaría esta batalla - Sabes porque odio ir a esa fiesta en casa de tus papás, no festejar a México.

Paré en seco, sabía a que se refería pero no creía que me lo estaba diciendo.

Oh no, eso sí que no.

- ¡Eso pasó hace dos años! - grité mirándolo y cruzando mis brazos.

- ¡Él te dedicó una canción en mi cara, te la cantó!

- ¡Porque es un mariachi y la cantó en la fiesta, no fue para mi!

Si, se que no tienen mucho contexto, necesito dárselos para que estén de mi lado.

Hace dos años, en la fiesta del 15, como siempre se contrataron mariachis a petición de mi mamá, porque ella ama escuchar esa música en vivo.
Entre esos guapos hombres cantantes y músicos, fuertes...no, ya me desvié.

Entre ellos, estaba el amigo de mi primo Mariana, se llama Alexis. Alto, por lo menos más que yo, con su cabello oscuro sedoso, su ajustado traje negro con detalles en dorado y tricolor, con su sombrero grande y su hermosa voz. Si, ese chico me "dedicó" una canción.

Si, soy guapo y afortunado, lo sé.

Claro que sabía que esa canción era para mi, pero no iba a decirle eso a mi esposo, menos cuando sabía que era demasiado posesivo.

Pero vaya que ese recuerdo lo traigo bien presente.

- Ay mijo, como estas de guapo y con esa voz de ángeles segurito tienes a todos babeando las banquetas - mi mamá estaba sonriente mirando al azabache vestido de charro que le miraba de regreso con ojos suaves y una gran y brillante sonrisa.

- ¿Cómo no? Si yo si como bien - habló con su ligero acento extraño que no sabía descifrar - Su pozole le quedó bien rico, señora.

- Ay, ya te dije que me digas María, tu ya eres de mi familia Alexis - le tomó de la mejilla apretandola - ya ya, vamos a seguirle a la fiesta, ahora una canción para...

En ese instante decidí acercarme a mi mamá, no sabía donde había dejado el queso rayado para las tostadas y quería comerme otras.

- Ama, no encuentro el queso - llamé la atención de ambos y me mamá rió al ver la cara del contrario.

- Pero Roier, ¿no me vas a saludar? Hace unos añotes que no te veía - su sonrisa era demasiado perfecta pero no, tenía esposo.

MariachiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora