Wriothesley ha sido un fantasma desde que murió en un trágico accidente hace ya cinco años. A través de un proyecto de reencarnación, se le da la posibilidad de convertirse en humano durante 49 días, por lo que regresa con su hija Sigewinne y su esp...
¡Ya te lo dije! No pienso ir.- Neuvillette dijo con un ceño fruncido, mirando como Focalors renegaba.- Los exámenes están por comenzar, y en lo que tú piensas es en ir a ver una obra? Debes estar loca.
La chica frunció el ceño también, golpeó suavemente el hombro de su amigo.- Sé que no eres de estás cosas, pero seguro esto te interesa; Navia dijo que llevaría a un amigo. ¡Es muy lindo! No puedes sólo concentrarte en estudiar, disfruta la universidad. ¿Acaso no tendrás citas?
No saldré con nadie, no vine aquí a eso.- El más alto negó, cruzándose de brazos.- Quiero terminar de estudiar derecho, y volverme un juez, y a diferencia tuya me estoy esforzando en eso.
Por un momento el silencio reinó en el ambiente, Neuvillette supuso que la discusión había terminado, mientras Focalors lo miraba incrédula.
Bueno. Como quieras, a ver que haces sin... ¡Esto! - La mujer arrebató del otro la mochila, y salió corriendo fuera de la universidad. Neuvillette sólo pudo suspirar antes de ir tras ella.
Por otro lado fuera del teatro céntrico de la ciudad, esperaban dos amigos, charlando brevemente. La mujer le comentó al chico que había invitado a unos amigos a ver la obra con ellos, cosa que claramente no le agradó ni un poco al otro.
¿Estudiante de derecho...? ¿Los invitaste sin decirme? - El pelinegro rodó los ojos mientras negaba con la cabeza, se dio la vuelta y suspiró.- Me voy.
¡Oye, Wriothesley, espera! - Navia como pudo detuvo al más alto.- Solo veremos la obra, no estoy diciéndote que salgas con él. Mira, entiendo que no te gusta conocer a gente, pero dale una oportunidad, si? - Cuando el chico estaba por responder la mujer volvió a hablar.- Mira, ya están llegando.
Por la esquina venían los otros dos, Neuvillette siendo llevado de la mano por Focalors. El hombre suspiró derrotado, pues después de por fin haber alcanzado a su amiga ladrona de mochilas, se dio cuenta que ya estaban a mitad de camino, y se tuvo que resignar a quedarse.- Me quedaré sólo media hora, quedó claro?
¿Acaso te dije que salieras con él? - La más bajita preguntó, mirando con los ojos entrecerrados al otro.- Es solo una obra, relájate.
Siguieron caminando hasta que se encontraron con el otro par, Focalors directamente fue a saludar a Navia. Dejando de lado a Neuvillette, quien negó brevemente, casi juzgando tal acción. Estaba por decir algo cuando lo vio.
Fue por un breve momento, sus miradas se cruzaron, pero Wriothesley sonrió dulcemente, la sonrisa fue correspondida por el otro. En tan poco tiempo, se juraron amor eterno, como si estuviesen hechos el uno para el otro. No necesitaron decir nada, solo lo sabían, sabían que habían encontrado a su otra mitad, que tal vez, y sólo tal vez ese día Focalors y Navia habían tenido razón.
"Sólo necesitamos tres segundos cuando nos vimos para enamorarnos. El amor nos llegó en un momento inesperado, disfrazado de una situación común."
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"Como una burla de ese corto momento, nuestro amor duró años. Durante ese tiempo juntos, creímos que nuestro destino era invencible."
Wriothesley miraba con furia al otro, se encontraban fuera del mismo teatro donde se conocieron. Neuvillette trataba de explicar el porqué de su retraso, pero el otro ya no quería escuchar, pues siempre era la misma historia.
- Siempre pasa esto cuando está por terminar mi turno, estaba por irme pero llegó más papeleo...
Parecía que el otro hablaba sólo. Wriothesley le dio un sorbo a la cerveza de lata que había comprado durante la espera. Su corazón le dolió un poco, y sólo un poco, al ver como la camisa del otro estaba desaliñada.- No puedo seguir así.
No, Wrio... Lo siento. Es mi culpa. - Volvió a hablar el mayor, mirando con desespero al otro.- Wrio, por favor, yo...
Sus palabras fueron interrumpidas por el más joven, quien sostenía aún la lata, ahora vacía, entre sus pálidas manos. Wriothesley tomó aire, sintiendo sus ojos comenzar a llenarse de lágrimas, las cuales eran tan finas que casi no se notaban.- Deberíamos...
"Casémonos, iré a vivir contigo. ¡Cásate conmigo, Neuvillette!"
Y claro que así fue, se casaron y obviamente la boda fue todo un éxito. Sus amigos y familiares estuvieron ahí, y todos celebraron la unión entre ambos.
"Creímos en los 13 años juntos y pensamos... que serían inquebrantables."
