10 de mayo 2018
"pero criaturas malvadas vestidas de luto
asaltaron la alta autoridad del monarca..."
Kamakura, Japón.
Durante una tarde de otoño, cuando las hojas marchitas abandonan los altos arboles preparándose para una época de invierno silenciosa y las nubes que acompañan mi travesía transforman sus colores, dándole al paisaje un tono lúgubre y deplorable. Mi vista entonces se acostumbra a la tarde que esta por acabar, enfocándome apenas en los detalles que pasan fugaces ante mi vista a través de una diminuta ventanilla por la que se cuela el viento frio, jugueteando así con las hebras oscuras de mi desordenado cabello que se escapan de un gorro verde militar mal acomodado.
¡Qué más da!
No era como si alguien estuviera esperando ansiosamente por mí.
No.
Yo ya no tenía anhelo de ser recibido en el que alguna vez fue mi hogar.
Ya no lo era.
Mi única motivación para regresar en este instante era terminar una pagina amarga en el libro de mi vida, sin importar que este terminara bien o mal. Solo deseaba la oportunidad de defenderme como se me fue negado hace un par de años.
Dejo caer descuidadamente mi cabeza contra el marco de la ventanilla, agobiado por los pensamientos que surcan mi mente, importándome muy poco los sutiles golpes que recibo debido al andar del viejo autobús en el que voy a bordo.
Un suspiro amargo escapa de mis delgados labios al notar a lo lejos que el momento de descender estaba cerca. Acomodando sobre mi hombro el haz de la mochila que descansaba sobre mis muslos, me preparo mentalmente para lo que vendría.
A pasos lentos me acerco hasta el asiento del conductor, lo que detiene mis pasos de forma abrupta.
Quizás quien escuche lo siguiente que voy a narrar no lo vaya a creer en lo absoluto, ni yo mismo lo creería de no ser yo el protagonista de tal suceso.
Pues mi respiración entre cortada que impulsa a trabajar de manera acelerada a mi pobre corazón, se corta por una milésima de segundos. Ese era la sensación del miedo corriendo por mis venas. Puedo sentir un extraño calor expandirse por mi cabeza, provocando dolor.
El asiento del conductor está vacío.
En pánico trato de detener al autobús o abrir sus ventanas de emergencia y lo que viene a continuación me hace huir. El autobús se detiene justo donde he de bajar y sin pensarlo un solo segundo bajo corriendo, aferrándome al barrote que sostiene un techado pequeño que cubre del sol durante el día la parada, observando como el autobús se aleja con normalidad.
Agitado y sudando, me acomodo en el asiento de metal. Recuperándome de un shock fugaz. Me autoconvenzo de que no ha sido más que una mala jugada de mi aun adormilado cerebro.
― ¡Estúpido, Akira! ―farfullo entre dientes.
¡Claro!
Todo esto era su culpa.
Ese rubio oxigenado que tengo por compañero de cuarto; quien la noche anterior casi me obligó a ver un maratón de películas de terror psicológicos. Y muy a mi pesar, de que compartía un poco ese gusto, era inevitable que me calaran.
Soy un ser humano después de todo.
Una risa nerviosa escapa de mis labios, resuena contra mis oídos como un suave quejido que se desvanece al percatarme de que se escucha tan solitaria.
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KYÔUME DENSEN (Pesadilla contagiosa)
ParanormalTakanori Matsumoto, jamás fue un chico que se metiera en problemas que considerase graves, sin embargo tras un mal entendido su padre le hecha de casa, sin darle el tiempo de defenderse. Después de un par de años, Takanori regresa a la perfectura d...