Hola a todos, gracias por estar aquí. Después de un tiempo, dejo otro aporte para el próximo Matsuri 2023. «Esta viñeta fue escrita para el Matsuri Mítico de la página de Facebook Shikatema: Hojas de Arena, el cual está inspirado en las criaturas marinas llamadas selkies, perteneciente a la mitología celta».
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Como siempre quiero agradecer a todas las personas que se dan el tiempo de dejarme un comentario; a las personas que votan; a las personas que me siguen; a las personas que agregan mis historias a sus listas y a las que simplemente leen. Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar :D
Esta viñeta la dedico con mucho cariño a: MajoriePerzAcosta, CarmindaMuoz, RoronoaSaki Andre3_21, Mariangel00000 y Sarasteo2. Gracias por sus comentarios, les mando un beso y un fuerte abrazo.
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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.
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Una historia de amor
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Cada verano venía a esa playa con la esperanza de reencontrarse con esa bella mujer. La conoció en época estival hace ya varios años, sin embargo, después de pasar una semana juntos nunca más la vio. Era como si se la hubiese tragado la tierra, aunque en realidad sólo había vuelto al mar. A su hogar. Sí, la bella joven que había conocido hace varios años atrás, y de la cual se había enamorado, era un selkie. Una criatura mágica del mundo marino que era similar a una foca, la cual tenía el poder del teriomorfismo, es decir, podía deshacerse de su piel original para así tomar una forma humana. En este caso, la selkie había tomado la forma de una hermosa joven rubia de ojos verdeazulados.
Él la conoció una noche de luna llena, a la orilla de playa, donde parecía estar jugando con el mar. Su inigualable belleza capturó la atención del joven de cabellera negra, por lo que se sentó en la arena a contemplarla hasta que la joven notó su presencia. Sin dudarlo, ella se le acercó. El chico entre nervioso y emocionado tragó saliva.
—¿Llevas mucho tiempo ahí sentado? —le habló de forma familiar, como si lo conociera desde hace años. El joven de coleta que la miraba embobado, reaccionó después de varios los segundos y miró su reloj de mano.
—Unos quince minutos para ser exacto —acotó volviendo a fijar los ojos en ese hermoso rostro —, pero si te incomoda mi presencia me puedo marchar. Hizo el amago de ponerse de pie, pero ella lo detuvo haciendo un además con las manos.
—No, no es necesario. Tú sueles venir seguido por estos lados —la respuesta de ella lo confundió.
—¿Me conoces? —inquirió mirándola con mucho interés. Si ella lo había visto por la playa, por qué él no. Era imposible que una mujer como ella pasara desapercibida.
—Sólo de lejos —espetó con una sonrisa que le aceleró el corazón —. Mi nombre es Temari, es un agrado coincidir contigo en este lugar.
Siempre recordaba el día que la conoció, y cómo fue que su cálida esencia, en los siguientes días, lo envolvió y lo enamoró. Por ese motivo, cuando ella le confesó quién era, supo que era el momento de decirle adiós. Conocía la leyenda de las selkies. Ellas solían regresar al mar. A su hogar.
No tuvo la intención de buscar su piel original entre las rosas y esconderla, ¡para qué! No podía retenerla en contra de su voluntad, aunque su corazón latiese fuerte por ella. Así que la dejó ir.
—Tranquila, vuelve con los tuyos y sé feliz— fueron las últimas palabras que le dijo, viendo una duda en sus bellos ojos almendrados.
—Gracias, tú también sé feliz —fue la última vez que la oyó.
Desde ese día, transcurrieron siete largos años. Siete años sin perder la esperanza de volver a verla y quererla. Por ese motivo, tomó la costumbre de viajar cada tres meses a esa pequeña ciudad. Recorría sus playas con la esperanza de encontrársela, hasta que un día ese sueño se hizo realidad.
—Es increíble que siempre vengas a fumar a este viejo muelle —escuchar esa voz aceleró su corazón, por lo que soltó el cigarrillo de inmediato. Sus ojos buscaron a la dueña de esa voz. Una gran felicidad lo desbordó.
—¿De verdad eres tú? —inquirió sólo para confirmar, porque estaba seguro que no estaba dormido.
—Sí, Shikamaru, soy yo —espetó regalándole una amplia sonrisa—. Veo que el tiempo te ha sentado muy bien. Estás muy guapo. Apenas ella terminó de hablar, el pelinegro se acercó emocionado y la abrazó.
—Temari, no sabes cuánto te extrañé —señaló con los ojos aguados, y ella enseguida correspondió el abrazo.
—Siento mucho no haber coincidido contigo durante todos estos años, pero las selkies tienen prohibido volver a encontrarse con el hombre que compartieron alguna vez, y si queremos volver a verlo, tenemos que esperar siete largos años de acuerdo a nuestra ley.
—Lo sé, mujer, lo sé —acotó comprensivo, sin dejar de estrecharla—. Leí mucho sobre selkie durante estos años.
Ella con suavidad cortó el abrazo para enmarcar el rostro del humano.
—Siento mucho haberte dejado ese día, pero mi corazón estaba muy confundido. Necesitaba ver a los míos antes de tomar cualquier decisión. Gracias por no haber escondido mi piel, ese último día. Gracias por haber continuado recorriendo la orilla del mar Siempre que te detenías a fumar en este viejo muelle, podía divisarte desde los roqueríos.
El pelinegro que la miraba con amor, besó sus labios por varios segundos.
—¿Te vas a quedar conmigo esta vez o piensas regresas dentro unos días al mar? —preguntó sin titubear, con la esperanza de que esta vez, la respuesta fuese favorable para él.
—Me voy a quedar contigo, porque te amo —al escuchar esas palabras, Shikamaru se sintió el hombre más feliz del mundo.
—Yo también te amo, mi bella Tem. Prometo frente a los tuyos que siempre te voy amar —espetó sincero, suponiendo que del mar estaba siendo observado —. Te haré la mujer más feliz de la tierra, y te juro que ninguna adversidad nos separará.
La rubia emocionada sonrió y lo besó.
Y fue así como esta pareja pudo reencontrarse después de varios años. Porque las historias entre selkies y humanos no deben ser siempre tragedias. Necesitamos más historias con finales felices para poder equilibrar.
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FIN
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Glosario mitológico.-
Selkies: En la mitología celta, las selkies, que significa «gente de las focas», son seres mitológicos con el poder del teriomorfismo, cambiando de forma de foca a humano al mudar su piel. Gracias a sus fantásticas narraciones existentes, son las una de las criaturas más queridas de Irlanda y Escocia
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Gracias por leer, espero que les haya gustado esta historia. Cualquier cosa que quieran decirme, pueden hacerlo a través de un comentario, me encanta leerlos y responderlos. Recuerden que los comentarios siempre motivan al escritor. Yo los amo con el corazón :D
Si les gustó la historia no olviden votar, la estrellita también motiva.
Disculpen las posibles faltas de ortografías, apenas tenga tiempo las corregiré (ayyy Kami... dame tiempo, por favor).
Nos vemos en una próxima publicación.
Besos y abrazos para todos.
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Una historia de amor
FanfictionPorque las historias entre Selkies y humanos no deben ser siempre tragedias. "Esta viñeta fue escrita para el Matsuri Mítico de la página de Facebook Shikatema: Hojas de Arenas, el cual está inspirado en las criaturas marinas llamadas selkies, pert...