Y de repente ocurre. Le conoces. Te enamoras de cada sonrisa. De cada tonteria. De sus chistes, de sus gracias. De la forma en la que se peina. Las caras que pone. Sus miradas, sus forma de caminar, de vestir. De sus gestos. Sus manias. Sus canciones. De cada lunar que tiene en el cuerpo. Y todo cambia. Para bien o para mal. Y sabes que es el, y nadie mas. Y te acuerdas de su primer beso, la primera tarde, la primera frase. El primer te quiero. Cuando te enseño a creer en tí, a valorarte mas. A caminar de la mano, a ver la vida desde la curva de su sonrisa. Y cuando piensas en olvidarle, se te olvida. Y empiezas de nuevo. A recordar, y te das cuenta que sus chistes nunca dejaran de tener gracia, y desde aquel dia, no solo le perdiste a el, sino que tambien, perdiste totalmente los cinco sentidos.