Luego de unos minutos el rubio llegó y se llevó a Jisung para el apartamento para saber que sucedió pues el pelirojo no le dio muchos detalles — o casi ninguno — más que un :
" — Han está en una crisis de ansiedad, ven por favor. "
Para cuando el platinado ya se encontraba mejor el Rubio dudaba si preguntarle o no sobre lo que sucedió.
— Hannie... Yo quería preguntarte algo
Su voz salió en un tono titubeante.
— Ví a Yun-ho
— ¿Qué? Pero... ¿Cómo? Si se supone que el está en la cárcel
— No sé, solo se que lo vi ahí en la entrada del colegio esperándome
La respiración del platinado volvió a agitarse pero está vez el rubio tomo sus manos y guío su respiración.
Para cuando el platinado pudo regularse el rubio le extendió un vaso de agua.
— Si quieres podemos pasar el reporte en la comisaría e irnos un tiempo de este apartamento
— Pero yo no quiero ser una molestia con la mudanza.
El rubio soltó una ligera risilla y abrazo al platinado.
— Nunca dije que serías una molestia, así que no pienses eso, ¿Vale?
El Platinado asintio y escondió su cara en el pecho del contrario mientras esté acariciaba sus hebras dándole seguridad.
En ese momento no había nada más importante para el rubio que proporcionarle seguridad al platinado de alguna forma.
Quería que por tan solo un momento solo existieran él y el platinado sin nadie que quisiera lastimarlo o que todo fuera una broma de mal gusto para que él pudiera estar en paz.
— Contigo me siento en paz.
Levantó su cabeza para mirar los ojos del rubio.
— Me alegra mucho y espero que siempre sea así.
Y sin avisar o dar tiempo de a su cerebro de pensar sobre su acción simplemente se acerco besando la comisura de los labios del contrario.
Al estómago de ambos dio un vuelco, el corazón de ambos estaba latiendo muy rápido, sus emociones estaban disparadas y sus pupilas estaban dilatadas.
Aquel golpe repentino de endorfinas, oxitocina y feniletilamina hicieron que ese momento fuera único y quedará tatuado en la mente y corazón de ambos.
Varios días después el platinado no se había vuelto a encontrar con el pelinegro, aquello le gustaba pero le inquietaba.
La ansiedad no le dejaba dormir en las noches, la sensación de estar vigilado y sus pensamientos no le dejaban descansar en paz.
Gracias a ello estaba en tratamiento con el psicólogo y psiquiatra — junto a unos medicamentos para poder dormir—.
Ahora estaba empacando cosas solo mientras esperaba que llegara el rubio de la librería, pues había ido a reclamar unos nuevos libros que había pedido hace meses.
Todo estaba en calma hasta que el ruido de un cristal roto irrumpió en el ambiente.
El platinado, con miedo se acerco a ver qué había sucedido pero el miedo se apoderó de su cuerpo en el momento en que la figura del pelinegro se hizo presente.
— ¿Tu que haces acá? ¿Cómo escapaste?
La voz del platinado era trémula.
El pelinegro puso un dedo en la boca de Han y lo apego a su anatomía tomándolo de la cintura.
— Eso ahora no es importante mi querido Han, ahora solo importa que me dejes quererte.
Han intento separarse pero fue en vano, el contrario lo tenía acorralado y tenía mucha más fuerza.
— Pero tu... Tienes una orden de alejamiento, por favor aléjate
— Oh Cariño... Un pedazo de papel no me impediría estar con quién amo.
La voz era hostil y al mismo tiempo gutural.
El pelinegro recorrió el torso de han por debajo de su camisa, sus labios recorrían su cuello y clavículas.
Aquel momento para el platinado era execrable, mientras que para el pelinegro era inefable.
El platinado le golpeo la cabeza con un vaso de cristal que había cerca.
— No me vas a sacar así de fácil, Han —declaró mientras tocaba la sangre que salia de su cabeza—. Por mucho que digas que no, yo sé que en el fondo si te gusto. Solo tienes que dejarme demostrártelo.
Intento volverse a acercar pero el platinado tomo un cuchillo, sus sentidos estaban al cien en ese momento solo pensaba en poder tenerlo lejos de una manera o de otra.
— ¡Aléjate! ¡Un paso más hacia mí y te juro que voy a matar!
Exigió decidido el platinado.
— Vete a donde quieras, Cambia todo lo que quieras, siempre estaré ahí para buscarte y no dejar que nadie te toque. Porque sé que lo que sientes. Me necesitas, mi querido Han.
Sin más desapareció por el mismo ventanal roto que había hecho unos minutos atrás.
El platinado corrió a la sala tomo su teléfono, llamo a la policía y al rubio necesitaba irse lo más rápido posible de aquel lugar.
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❝ Veintitrés, diecinueve ❞ || Minsung ||
FanfictionLas relaciones del mismo género actualmente son más aceptadas que antes, no importa si son personas de distintos estatus o incluso con diferencia de edad. Pero esto jamás será bien visto ante una sociedad tan conservadora como lo es la coreana... ❝...