Capitulo 80 - Ataque de ansiedad

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AITANA

En cuanto salí de la cocina vi a Sebastián pálido, me empecé a preocupar y fui hacia él, le cogí la cara e hice que me mirara, estaba con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar

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En cuanto salí de la cocina vi a Sebastián pálido, me empecé a preocupar y fui hacia él, le cogí la cara e hice que me mirara, estaba con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar... de verdad que me estaba preocupando y decidí hablarle así reaccionaba

Aitana: Sebastián di algo por favor, necesito saber que ha pasado!!

Sebastián: Martin... martín está hospitalizado *dije con un nudo en la garganta*

Aitana: que martin está...?? *de repente me empezó a faltar el aire y me empecé a marear*

Sebastián: Aitana mi amor estoy aquí, mírame por favor

Aitana: me duele mucho...

Sebastián: tranquila cari *te seque las lagrimas* vamos al hospital ahora

Aitana: si si

Sebastián: *cogí las llaves del coche y salimos de casa, nos subimos al coche y pusimos rumbo al hospital*

MARTIN YATRA

Cuando vino la ambulancia no me podía mover, lo veia todo negro y solo queria despertar de esta maldita pesadilla que ahora se habia hecho realidad

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Cuando vino la ambulancia no me podía mover, lo veia todo negro y solo queria despertar de esta maldita pesadilla que ahora se habia hecho realidad... los doctores me intentaron reanimar para que respondiera a algunas preguntas pero fue todo en vano, cuando llegaron al hospital enseguida me llevaron al quirófano

Doctor: *sali de quirofano* familiares de Martin Yatra?

Aitana: aqui doctor! *me levante* ¿Cómo está mi niño? ¿que le paso?

Doctor: tuvo un accidente de moto, al parecer se ha roto una costilla y ha sufrido graves lesiones en la cabeza... de momento está en recuperación, cuando despierte podrán a pasar a verle

Aitana: gracias doctor

Doctor: de nada *me fui*

Aitana y Sebastián se quedaron en la sala de espera a la espera de más noticias, sin embargo Aitana no se podía estar quieta, quería ver a su niño cuanto antes y darle muchos mimos y un abrazo... el único consuelo que tenía ahora mismo era el de su marido Sebastián, que también estaba dolido por lo ocurrido 

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