Capítulo I

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El amor puede ser un gran motivo por el que las personas hacen locuras. Algunas más locas que otras, pero cada uno sabe qué fue lo que los impulsó a realizarlas, y siempre es por alguien a quien queremos y amamos.

Y no fue la excepción conmigo.

He hecho tantas cosas por amor, ignorando que era por ello, creyendo que sólo deseaba justicia.

Mi historia no comenzó en la capital del Oeste, no inició cuando entré a esa escuela... ésta comenzó mucho antes, en una ciudad que está a muchísimas millas de la capital.

Yo nunca fui un aburrido toda mi vida. Yo era un chico normal, alegre, entusiasta y demasiado optimista. O eso era lo que decía mi mamá...

Y bueno, supongo que era cierto. Siempre trataba de verle el lado bueno a todo lo que sucedía.

Pero desde ese día creo que no le hallé nada bueno a lo que me pasaba...

—¿Y luego qué pasó?—La voz de una chica joven le sacó un momento de su historia.

—Ahora continúo, esperen.

Como iba diciendo...

Hubo un día en el que todo cambió para mí.

Decidí que dejaría de sólo intentar... y actuaría en su lugar. Ya no iba a dar marcha atrás y planeé todo junto a ella, tan cuidadoso, que nadie lo sospecharía, nadie sabría lo que haría al cabo de un mes o dos.

Sólo dos personas aparte de nosotros dos.

A pesar de ser un chiquillo, a pesar de tener poca madurez, logré hacer lo que me propuse.

Me la llevé.

—¡¿La raptaste?!—Esta vez interrumpió la voz de un niño.

—¡No!

—¡Silencio, quiero escuchar su historia!—la jovencita no quería que le interrumpieran otra vez.

—Está bien, tranquilos, tranquilos.

Digo que me la llevé, pero fue porque ella aceptó ir conmigo.

—¿Historia de amor adolescente?—Apareció detrás del sofá y apoyó sus brazos sobre la cabeza de Granolah.

—Black, cierra la boca—Amenazó un peliflama castaño que tomó del brazo a Black y lo jaló para que fuera a sentarse.

—¿Puedo continuar?

...

—Gracias.

Como decía... espero nadie más interrumpa este relato.

Todo empezó cuando... supe la verdad detrás de su familia, aunque aún no la conocía a ella. Pero quiero darles un contexto de un tiempo más atrás, cuando mi padre aún vivía.

.
.
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—Granolah, ven, hijo.

—¡Papá!

—Ven aquí—el pequeño de tres años corrió hacia él mientras se agachaba y lo tomó en sus brazos, elevándolo del suelo.

En eso, oyó el sonido de tacones, pasos que se acercaban a ellos.

𝑮𝑬𝑻 𝑨𝑾𝑨𝒀 《Granolah y Maki》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora