Despertó enfadado, abriendo los ojos con dificultad, mientras Heechul lo miraba sonriente. Miró el reloj, diez de la mañana. Bufó. Sólo quería dormir, dormir y olvidarse se todo. Desde luego, no había sido buena idea darle la llave de su apartamento al pelirrojo, éste se colaba allí cuando le daba la gana. Se dio la vuelta, quedando boca abajo, y cerró los ojos nuevamente.
-¡Hae! Despierta. -Movió la cabeza, apretando los párpados contra la almohada.- ¿No me digas que no recuerdas que día es hoy?
Pensó y pensó, era invierno. Su cumpleaños ya había pasado, ninguno de sus amigos cumplía años en Noviembre, ni su madre tampoco. No recordaba a que se refería el pelirrojo, así que con desgana, se dio la vuelta de nuevo, y lo miró con la ceja alzada.- ¿Qué?
-¡Es el concierto de Hannie! -Puso los ojos en blanco, por supuesto, el novio de Heenim y su banda de rock. El mayor siempre lo arrastraba a los eventos, él era lo único que lo hacía salir de casa un domingo, Kim Heechul.
-Quiero dormir. -Murmuró, contradiciéndose al ponerse en pie. Caminó hasta el lavabo y entró.
-Hae, vamos. Hannie nos va a presentar al nuevo integrante.
-Me da igual. -Se lavó las manos, y salió. Volvió a dirigirse a la cama, pero un brazo lo detuvo, cogiéndolo de la cintura.
-Venga. Hazlo por mí. -Un puchero se formó en sus labios y Hae rió. Le apretó la nariz con ternura y asintió.
-Pero en casa temprano.
-Si, mamá.
Después de que Heechul consiguiera vestir al castaño como él quiso, salieron de casa. El pelirrojo estaba orgulloso, mientras que Hae, andaba incómodo con esos pantalones agujereados, pero la camiseta blanca holgada y las converse, le gustaban bastante. Suspiró, su mejor amigo era un caso, entrando en su casa por sorpresa y acompañado de una mochila con ropa, ya sabía que su armario era un asco.
Llegaron a un local, a media hora en taxi desde su casa, y entraron. La música resonaba por todo el lugar, la gente bailaba o simplemente observaban a los músicos. Ambos se adentraron entre la gente hasta llegar al escenario, el menor agarrado fuertemente a la camiseta del otro, que bailaba mientras caminaba. Llegaron y enseñándole un tarjeta a un hombre de traje negro, entraron en lo que parecía ser el camerino, o algo por el estilo. Se sentaron en un gran sofá, dispuestos a esperar a los músicos.
-¿Por qué estamos aquí? -Dijo Hae, deslizándose por el suave sofá rojo.
-Porque no quiero que las fans nos molesten mientras hablamos.
El castaño soltó un bufido. Podría estar en su casa durmiendo, pero ahí estaba. Aunque pensándolo bien, desde que habían salido de casa, no había pensado en él, en el azabache que lo hizo tocarse aquella noche. Su rostro enrojeció y movió la cabeza, en un intento fallido de olvidarse de aquello.
La puerta se abrió lentamente. Heechul se levantó y se lanzó a los brazos del cantante. El chino lo alzó y le dio un cálido beso. Hae, avergonzado, dirigió su mirada a otro de los integrantes del grupo, aunque aquello fue mala idea.
EunHyuk.
Se mordía el labio, mirándolo, penetrándolo con sus ojos negros. Todo su cuerpo se tensó, buscando la forma de evitar aquella mirada. ¡Maldición! Él lo sabía, y por eso le había dicho que se verían.
-¿Tú? -Heechul se sorprendió al verlo, e inmediatamente una sonrisa de lado apareció en su rostro.
-Oh. Hola de nuevo. Heechul ¿Verdad? -Sonrió, recordando a un castaño chillando ese nombre y escapando de él en la tienda.
ESTÁS LEYENDO
Change [EunHae]
FanfictionSu vida era monótona, lo mismo día tras día, hasta que Eunhyuk apareció en ella.