No es más que un reflejo

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Navier podía sentir como su piel comenzaba a sentir un escalofrío al escuchar aquella confesión, era algo que no esperaba ya que aunque sospechaba que él podría ser el motivo de que ella estuviera ahí no creía que sería tan fácil que él confesara o siquiera considerara el decirle la verdad, parecía que aún no era capaz de confiar en él.








¿Qué es lo que quieres de mí? —Fue la pregunta que Navier se animó a hacer después de haber estado en silencio por poco más de 5 minutos, era demasiado que procesar y aún no lograba hacerlo del todo, quería respuestas pero con cada una que le era brindada, más duda se apoderaba de su ser. —







Aún es muy pronto para todo eso, por ahora solo puedo decirte que no debes de preocuparte, soy Henley y nunca te haría daño, después de todo, en todos los universos estoy enamorado de ti —El tono de voz de aquel Henley era más pesimista que el que tenía comúnmente el que conocía Navier, por lo que aún le costaba asimilar que él era la misma persona. —







Riflesso —murmuró Navier sin darse cuenta de ello, inconscientemente había admitido que no lo veía como una persona, luego de unos segundos por fin analizó sus palabras y se disculpó por ser tan grosera al haberlo llamado de ese modo. —







Si te hace sentir mejor llamarme así, no me molesta que lo hagas —Dijo él con una voz tranquila, incluso si no actuaba como el cachorro empalagoso que ella recordaba, viéndolo sin él miedo que sentía al principio, podía notar que realmente no parecía quererla dañar.—







Sígueme, te llevaré a tu habitación temporal, prometo que esto no durará mucho tiempo —Dijo el rubio mientras le hacía una señal para que lo siguiera, todo el palacio era completamente igual, incluso en las motitas de polvo, nada parecía diferente más que la apariencia de los objetos, el palacio parecía estar completamente solo y entre más caminaban podían observarse muchos más cuadros de lo que Navier había vivido a lo largo de su vida, lo que vivía actualmente y lo que parecía que viviría a futuro, esto de algún modo la hacía sentir incómoda pero intentaba disimular lo mejor posible, luego de una larga caminata llegaron a una habitación. —






Esta es tu habitación, si necesitas algo puedes hablarme a mí, ya que como ves no cuento con sirvientes en este momento... por cierto, ya no me digas Henley, dime Rif 4 para evitar que te confundas—Dijo Henley y sin más salió de la habitación, ignorando la sorpresa que había dejado y la incertidumbre que había sembrado. —







Navier comenzó a explorar su habitación, pudo ver como estaba intacta e idéntica a la que había estado horas antes de todo el incidente, decidió tomar una ducha para despejar su mente pero solo logró aturdirse más, ¿Cómo llegó ahí? ¿Qué es lo que él no podía decirle? ¿Cómo era posible que si quiera existiera más de un Henley? Luego de terminar se vistió con una pijama cómoda y salió a explorar, ver las pinturas para tal vez encontrar alguna respuesta. Cuadro tras cuadro, grande o pequeño, todos tenían el mismo inicio: momentos específicos de su infancia, el comienzo de sus conflictos con Sovieshu, su divorcio, para su sorpresa a partir de este punto algunos variaban, unos mostraban su boda con Henley, otros como Sovieshu se arrepentía en el último momento y había tan solo uno donde ella... ¿Huía con Kauffman? Eso la desconcertó e intentó ver más allá de eso, pero escucho una voz tras de si







El Hilo De Los ReflejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora